La llegada de Adolf Hitler al poder el 30 de enero de 1933 supuso el inicio de una persecución racial y política dirigida contra todo aquel calificado como ¿no ario¿ y contra aquellos cuyos puntos de vista, tanto políticos como artísticos, se oponían a los defendidos por el partido nacional-socialista alemán. La posición del gobierno nazi ante el arte moderno quedó claramente definida en 1937 con la organización en Munich de dos grandes exposiciones: - Grosse Deustche Kunstausstellung (Gran Exposición de Arte Alemán) - Entartete Kunst (Arte degenerado) Este férreo control del gobierno nazi no se limitó al campo de las Bellas Artes, sino que se extendió a todas las facetas culturales. Joseph Goebbels, desde marzo de 1933 Reichminister für Volksaufklärung und Propaganda (Ministro del Reich de Educación y Propaganda), estableció el mismo año de su nombramietno siete Reichskammern (Cámaras del Reich) dedicadas al cine, la música, la radio, la prensa escrita, el teatro, la literatura y las Bellas Artes. Ante este panorama, los artistas alemanes de la época tenían tres posibles opciones, tal y como señala la historiadora del arte Stephanie Barron : - Permanecer en casa y dejar de trabajar en un estilo que ofendía a las autoridades - Comprometerse con los nazis - Huir La mayoría de artistas que optó por la primera opción fueron recluidos primero en guetos y más tarde en campos de concentración, siguiendo las leyes de Nuremberg de 1935. Estos son los protagonistas de esta tesis que, tal y como se recoge en su título, consiste en la investigación y recopilación de todos los artistas que crearon obras de arte durante su internamiento en los guetos y en los campos nazis, el análisis y la catalogación de estas obras y el estudio del estado de conservación de las mismas.
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