El trabajo de investigación que constituye esta tesis doctoral plantea como objetivo determinar empíricamente la relevancia y naturaleza de la estrategia de fragmentación internacional de la producción, conocida como offshoring, en la industria española. La primera hipótesis que se baraja es que, al igual que ocurre en los países con un mayor grado de desarrollo económico, dicha estrategia ha sido objeto de una creciente utilización por parte de las empresas industriales de nuestro país desde principios de los años noventa. No obstante, las características propias del sistema productivo español y el perfil de sus principales fuentes de ventaja comparativa en el contexto de los países más avanzados sugieren la posibilidad de que las empresas españolas participen en la estrategia de forma distinta a las de los países con una superior base industrial y tecnológica. Para contrastar esta segunda hipótesis se ha efectuado una estimación de la incidencia del offshoring sobre la demanda relativa de empleo que nos permite avanzar en la delimitación de la naturaleza de dicha estrategia; es decir, en el modo en que nuestro país interviene y participa en el proceso de internacionalización de la producción. Los resultados confirman que la industria española, en un importante grupo de ramas de actividad de contenido tecnológico medio-alto junto a algunas más intensivas en mano de obra, se ha visto involucrada en el desarrollo de estas estrategias empresariales de organización de la actividad productiva, el offshoring de producción. Si bien, el dinamismo ha sido más importante en la segunda mitad de la década de los noventa. Definido el indicador de offshoring como la variación en los consumos intermedios importados por unidad de producto se consigue una mejor interpretación y delimitación del fenómeno que permite detectar si el aumento en la proporción de los inputs intermedios foráneos se debe a la sustitución de inputs intermedios nacionales por importados, lo cual no constituiría offshoring en sentido estricto. No obstante, el cambio en la fuente de aprovisionamiento muestra una escasa entidad en el avance del offshoring. Además, el estudio comparado con algunos países de la UE pone de manifiesto que la estrategia, basada principalmente en la segmentación del proceso industrial y traslado al extranjero de producción previamente realizada en el seno de la propia empresa y de la economía nacional, es compartida por otras economías europeas como Alemania y Austria. Sin embargo, el índice de offshoring empleado no permite identificar si la mayor necesidad de consumos intermedios de origen foráneo se produce porque las empresas residentes en nuestro país desplazan progresivamente más tareas productivas rutinarias e intensivas en mano de obra a otros mercados con ventajas salariales para, posteriormente, a través de importaciones, incorporar los bienes transformados en el exterior a su proceso productivo; o, por el contrario, porque nuestras empresas han sido empleadas como plataformas de producción con origen en países más desarrollados, que localizan en nuestra economía las fases intermedias de sus procesos de fabricación. Y dado que ambos escenarios son factibles en la economía española dado su nivel de desarrollo económico, tratamos de delimitar la dirección de la estrategia de offshoring en las manufacturas españolas a través de su incidencia sobre los cambios en la composición relativa del empleo y las desigualdades salariales. Los resultados en este sentido ponen de manifiesto que, contrariamente a lo ocurrido en la mayoría de países desarrollados, el offshoring en la industria española durante los noventa ha favorecido el empleo y la ganancia salarial de la mano de obra con categorías laborales más bajas. Dicha incidencia parece estar más en línea con la que se obtiene para los países menos desarrollados, por lo que se deduce que la dirección de la estrategia de offshoring en la industria española difiere de la de los países más avanzados de nuestro entorno, es decir, que nuestras empresas realizan tareas de ensamblaje o transformación de bienes intermedios, intensivas en mano de obra, que permiten obtener un producto final bien para su consumo en el interior, bien para su exportación a otros países. No puede obviarse la creciente importancia de la población inmigrante ocupada y el elevado recurso a los contratos temporales que, igualmente, han jugado un papel relevante en la explicación de los cambios en la demanda relativa de empleo en la economía española. Por último y para confirmar la participación de la industria española en cadenas transnacionales de producción se estudia el comercio de partes y componentes. Así, el análisis revela la creciente internacionalización de los procesos productivos en que participan las empresas manufactureras españolas principalmente en el mercado regional europeo. Se vislumbra, además, la existencia de déficits generalizados en el comercio de partes y componentes indicativo de ventajas comparativas en operaciones de ensamblaje y transformación de partes y componentes. Por tanto, la mayor dependencia de la industria española de inputs intermedios de origen foráneo durante la década de los noventa ha sido, en gran medida, la consecuencia del atractivo de nuestra economía para la localización de las fases del proceso industrial más intensivas en mano de obra, en el contexto de globalización, internacionalización de la producción y reorganización de la actividad productiva que ha experimentado la industria mundial y particularmente, la europea.
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