Los sellos postales son empleados principalmente para certificar que el importe del coste del correo ha sido pago, pero tienen unos menos obvios. Los sellos son utilizados por los gobiernos para emitir mensajes ideológicos dirigidos a sus ciudadanos y los de otros países. La recepción de estos mensajes dependerá no sólo de las intenciones del estado emisor sino también de otros factores dependientes del receptor. Estos factores abarcan desde la alfabetización hasta el poder adquisitivo. Los sellos postales emitidos por cualquier estado reflejan el modo en el que su gobierno pretende que sea visto por su propia ciudadanía y, también, la de otros países. Un estado elige cuidadosamente qué mostrar y qué no en los sellos dependiendo de los resultados que quiera obtener. Los mensajes configurados en los sellos postales son el resultado de la combinación de textos, números e imágenes. Combinar texto e imagen en distintas formas generan un amplio abanico de significados. Así mismo las imágenes empleadas en los sellos postales para emitir mensajes, a menudo, son obtenidas de otras disciplinas artísticas. Algunas de las imágenes iconográficas usadas en los sellos, pese a ser antiguas, pueden adaptar -en el sello- sus connotaciones y contenidos a las necesidades del momento gracias a lo que Aby Warburg describió como "inversión energética". Para el régimen franquista, los sellos postales eran un símbolo de soberanía, portadores de valores espirituales e históricos ya que eran la expresión de una entidad nacional autónoma. El régimen de Franco a través del "Plan iconográfico nacional" (5 de julio de 1944) intentó configurar la imagen de España que se mostraba a través de los sellos postales. Este plan estableció una serie de pautas acerca de qué debía mostrarse y qué no en los sellos postales y cómo debía mostrarse.
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