¿“Las Naciones Unidas no son nada”?: Pablo de Azcárate y el fracaso de la ONU en Palestina (1947-1952)
- Autores: Jorge Ramos Tolosa
- Directores de la Tesis: Ismael Saz (dir. tes.)
- Lectura: En la Universitat de València ( España ) en 2016
- Idioma: español
- Tribunal Calificador de la Tesis: Aurora Bosch Sánchez (presid.), Ignacio Álvarez-Ossorio Alvariño (secret.), John Collins (voc.)
- Programa de doctorado: Programa Oficial de Doctorado en Historia Contemporánea
- Materias:
- Enlaces
- Resumen
El objetivo de esta tesis doctoral es analizar la labor de la Organización de las Naciones Unidas en Palestina-Israel entre 1947 y 1952 a través del diplomático español Pablo de Azcárate. Los tres actores o problemáticas fundamentales que convergen en esta investigación histórica son Pablo de Azcárate, la ONU y el enfrentamiento colonial sionista-palestino. La cuestión de Palestina, que estuvo y sigue estando en el centro de la agenda política internacional, fue el primer gran problema que la institución afrontó en toda su amplitud y complejidad. Las dos primeras sesiones extraordinarias de la Asamblea General de la ONU estuvieron dedicadas íntegramente a este territorio, al que se dedicó el primer mediador de la historia de las Naciones Unidas o su primera misión de mantenimiento de la paz. Sin embargo, aunque la historia no estaba predeterminada y existieron márgenes de acción, las Naciones Unidas estaban atenazadas por una incipiente Guerra Fría, muchos de sus miembros actuaban con la creencia de que el pueblo judío debía ser reparado después del Holocausto y actuaron de manera parcial en distintos episodios fundamentales. En este contexto, la contraposición de intereses de diversos actores regionales e internacionales conllevaron que la ONU incumpliese algunos aspectos de su Carta y que sancionase unos desequilibrios que marcaron el futuro de Palestina. Pablo de Azcárate, uno de los diplomáticos españoles más importantes de la primera mitad del siglo XX, trabajó como funcionario internacional en varios organismos de las Naciones Unidas y fue un testimonio extraordinario de lo que acaeció en los primeros cinco años en los que la ONU intervino en Palestina. Sin embargo, tanto él como la propia institución internacional fueron incapaces de resolver la cuestión de Palestina. De hecho, durante aquellos años no se aplicó el contenido fundamental de diversas resoluciones trascendentales, se crearon nuevos problemas irresueltos (como el de los refugiados palestinos) y, en definitiva, la paz nunca llegó.
