El arte de la vidriera no contaba con tradición en las Islas Canarias. La conquista del Archipiélago a lo largo del siglo XV, coincidente con los últimos momentos del arte gótico, y la adopción de la arquitectura mudéjar, no permitió la llegada de vidrieras artísticas a las Islas. Las primeras vidrieras arribabas a Canarias fueron colocadas en sus iglesias durante la segunda mitad del siglo XIX. La centuria del ochocientos viene a significar la resurrección de este arte en Europa, así como la época de profunda relación entre las Islas y el Viejo Continente. Las potencias europeas utilizaron los puertos canarios como escala hacia las colonias africanas y asiáticas, lo que implicó el asentamiento de comunidades europeas en el Archipiélago y la llegada de los productos de vanguardia de países como Francia, Alemania, Inglaterra o Bélgica. Las primeras vidrieras en Canarias tienen estas procedencias. Posteriormente, y especialmente tras la Guerra Civil, serán los talleres españoles los que tomen los encargos de los templos insulares. Las vidrieras fueron vistas, y aún lo son, en Canarias, como un arte de vanguardia, un ejemplo de modernidad; y por ello utilizadas tanto en las iglesias antiguas como en los nuevos proyectos arquitectónicos. El objetivo de este estudio es conocer las vidrieras artísticas de las iglesias canarias, origen, artistas y talleres, técnicas, donantes, estudio iconográfico, etc. que permitan comprender y valorar un arte generalmente foráneo y frágil, como un importante patrimonio de las Islas, reflejo de sus relaciones comerciales, culturales y cultuales durante la Edad Contemporánea.
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