El ajuste pasivo se define como el “grado de ajuste en que la prótesis se puede atornillar sin generar ningún tipo de tensión o deformación sobre el sistema prótesis-implante, salvando la precarga”. Para ello, se debe realizar una correcta toma de impresión de la que se obtenga un modelo de trabajo que garantice una total precisión y exactitud en la fabricación de la prótesis sobre implantes, consiguiendo así un ajuste de la estructura que sea correcto y fiable. Actualmente se consideran aceptables valores entre 30 y 100µm, aunque no se conoce la cantidad exacta de estrés estático que puede tolerar el hueso periimplantario, resultando clínicamente inaceptable faltas de ajuste mayores de 450µm que podrían desencadenar complicaciones de tipo biológico o protésico. En nuestro estudio se elaboró un modelo maestro de titanio en el que se introdujeron seis análogos de conexión interna. Sobre él se tomaron impresiones con cuatro técnicas diferentes: dos convencionales, como la directa o pick-up (EIM) y la directa con ferulización con férula FRI®(PRS); y dos digitales, como el escáner intraoral True Definition®, del cual obtuvimos unos modelos físicos estereolitográficos (SSM) y unos modelos digitales (SDM), y el sistema de medición por fotogrametría llamado Pic Camera®(SPC). En total se obtuvieron diez modelos de cada uno de los sistemas. Para conocer qué técnica era la más reproducible (precisa) y valida (exacta), tanto individualmente como respecto al modelo maestro de referencia, se empleó una máquina de medición por coordenadas CMM con el fin de calcular las distancias entre análogos contiguos, cruzados y distales. La reproducibilidad se conoce como la capacidad de cada técnica de impresión para obtener valores cercanos o agrupados para cada parámetro y distancia al realizar varias repeticiones de una misma medida. La validez, sin embargo, consiste en identificar qué técnica de impresión obtiene valores más próximos al real o modelo maestro para cada parámetro y distancia. Para evaluarlas se empleó la fórmula d Dahlberg y el coeficiente de variación (CV) para la reproducibilidad, y el test t-student para la validez cuyo nivel de significatividad fue del 5% (p=0,05). En cuanto a la reproducibilidad, se observó que todas las técnicas de impresión estudiadas se podían considerar reproducibles individualmente, pero que al compararlas con respecto al modelo maestro, la técnica con férula rígida (PRS) se consideraba la más reproducible de todas. Respecto a la validez, para un máximo de tres implantes contiguos o adyacentes, la técnica con férula rígida (PRS), la técnica directa (EIM) y el escáner intraoral True Definition®, del que se obtienen unos modelos físicos estereolitográficos (SSM), se consideran los más validos. En el supuesto de la distancia cruzada entre el primer y cuarto implante, el escáner True Definition® se considera la técnica que mejores resultados ha aportado, tanto en los modelos estereolitográficos (SSM) como digitales (SDM). Para la distancia cruzada del tercer y sexto implante, no hemos encontrado ninguna técnica exacta que obtenga datos próximos al maestro, con unos errores que varían entre 34µm y 109µm. Y finalmente, para la impresión de una arcada con seis implantes, ninguna de las técnicas se puede considerar válida para la distancia entre los implantes más distales, por lo que existen diferencias estadísticamente significativas entre ellos, con unos errores entre 40 y 118µm. Ello indica, clínicamente, que en casos de rehabilitaciones se va perdiendo exactitud conforme nos alejamos del pilar de referencia, lo que se traduce en un modelo poco exacto, por lo que nuestra estructura protésica no tendrá un correcto ajuste pasivo aunque se encuentre dentro de los márgenes de tolerancia.
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