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Joan Brotat y los avatares de la figuración primitivista en la segunda vanguardia en Cataluña

  • Autores: Alex Mitrani
  • Directores de la Tesis: Lourdes Cirlot (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universitat de Barcelona ( España ) en 2012
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Antonio Marí Muñoz (presid.), Alicia Suárez (secret.), Jaume Vidal Oliveras (voc.)
  • Materias:
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  • Resumen
    • Joan Brotat (Barcelona, 1920-1990) fue un artista destacado en el proceso de recuperación de la modernidad pictórica durante los años de la postguerra española, aunque luego cayó progresivamente en el olvido. Esta tesis estudia y establece su trayectoria profesional vinculada a su biografía personal (contexto familiar y social), a los factores inducidos por el sistema artístico local y en relación con en el contexto nacional e internacional (fortuna crítica, evolución artística y comercial). Brotat fue uno de los máximos exponentes de una tendencia que podríamos denominar como figuración primitivista. Definimos aquí las características de esta tendencia, su lugar frente a otras opciones de vanguardia de la época como la abstracción y apuntamos sus variantes y principales representantes. Abordamos también las razones de su declive a partir del análisis de la carrera profesional de Brotat. Descubrimos, gracias al estudio de su archivo familiar, la participación de Brotat en la guerra civil como parte de la Quinta del biberón republicana, hecho que escondió toda su vida y cuyo trauma influyó de toda evidencia en su obra. El análisis iconográfico y evolutivo del ingenuismo nos muestra una dimensión trágica y existencial. Así, su etapa expresionista, singular síntesis entre ingenuismo e informalismo, parece responder a una genuina necesidad psicológica. La comparación de su obra artística son sus proyectos profesionales en el campo de la ilustración infantil nos permiten hacer la diferencia entre naif el ingenuismo, que tanto preocupó a la crítica de la época. Un aspecto fundamental es el descubrimiento de una etapa abstracta a finales de los años cuarenta que contradice la jerarquía evolucionista que explica la figuración esquemática como un paso previo a la abstracción. El primitivismo ingenuista fue una opción consciente y deliberada. En su período de madurez, la obra de Brotat muestra una tendencia al amaneramiento y entra en decadencia, que se puede describir por la perdida de refinamiento y el estancamiento de los argumentos críticos que la apoyaron. La relación con los marchantes (Maurice Bonnefoy y Agustín Rodríguez Sahagún particularmente) se revela ambivalente en sus resultados. Lo mismo sucede con el aprovechamiento de la política artística franquista, dirigida por Luis González Robles. El primitivismo figurativo catalán de postguerra es una combinación coherente (aunque intuitiva y sin programa militante) de medievalismo e ingenuismo. El ingenuismo de vanguardia de postguerra tiene dos manifestaciones, a veces coincidentes y otras divergentes: la radical y la nostálgica. El primitivismo se apoyó en un discurso crítico específico y ocupó un lugar, móvil, en el debate artístico. Estudiamos las diversas fuentes de este primitivismo y constatamos la influencia fundamental de Joan Miró. De entre los referentes internacionales destaca Massimo Campigli. Asimismo, se encuentran paralelos y vínculos con artistas españoles como Rafael Zabaleta, Benjamín Palencia y el núcleo valenciano con Manuel Gil y Salvador Faus. Un caso especialmente interesante es el de Manolo Millares, quien tuvo una relación significativa con Cataluña en esos años. Entre los artistas catalanes, el primitivismo tuvo gran protagonismo y adoptó diversas formas. De Sucre o Joan Ponç representan la vertiente más radical y atormentada, Albert Ràfols Casamada o Joan Vilacasas la opción más ingenua y afrancesada. Se observa una clara tendencia a la politización (Francesc Todó, Josep Guinovart, Estampa Popular). La opción lírica o poética, representada especialmente por Brotat, fue dejada progresivamente de lado. A menudo teñido de nostalgia y religiosidad, coincidente con cierta moda franciscanista, el discurso teórico al respecto del primitivismo fue ambivalente y pasó de la modernidad al conservadurismo. La constatación de una corriente primitivista, de la cual Brotat sería la figura paradigmática en su éxito y su fracaso, obliga a repensar el canon del arte catalán de postguerra. El primitivismo no fue un estadio inmaduro de la modernidad en el camino hacia la abstracción sino que responde al contexto histórico particular de la España de postguerra con soluciones originales.


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