Antecedentes: La Ortoqueratología (OK) o terapia refractiva corneal (CRT) es un tratamiento para corregir el error refractivo mediante el moldeo la cara anterior de la córnea con la aplicación programada de unas lentes de contacto rígidas permeables al gas (RGP) diseñadas especialmente (LC). La técnica es efectiva y la FDA la aprobó para un error refractivo de -6,00D de esfera y -1,50D de cilindro. Algunos profesionales afirman que se pueden conseguir correcciones para valores superiores de miopía y astigmatismo, hipermetropía y presbicia, pero estas aplicaciones están en este trabajo fuera de contexto. A pesar de su eficacia, la técnica tiene algunas desventajas intrínsecas a la remodelación de la córnea, como son los efectos adversos en la calidad de la visión, con manifestaciones objetivas (aberraciones) y manifestaciones subjetivas tales como el resplandor, los halos y el starburst, también conocidos como distorsiones de luz o perturbaciones de luz con diferentes formas, casi siempre en ambientes de baja iluminación. Objetivos: El objetivo de esta tesis se basa en la hipótesis de que la OK afecta negativamente a la calidad de la visión del ojo y teniendo, a su vez, un efecto en la percepción de la distorsión de la luz. Como objetivo secundario de esta tesis, fue proporcionar evidencia de que tal distorsión luminosa se atenúa con el tiempo, contribuyendo al rendimiento satisfactorio de los pacientes incluso cuando las aberraciones ópticas siguen siendo constantes en el tiempo. Métodos: Esta tesis se divide en cuatro partes, incluyendo: a) Análisis de la sintomatología en pacientes de OK con antigüedad de entre 1 a 2 años (n=44 pacientes) en condiciones de baja iluminación. b) Análisis transversal de las condiciones de distorsión luminosa, aberraciones corneales, sensibilidad al contraste y síntomas en pacientes pacientes de OK con antigüedad superior a 2 años (n=24 pacientes). c) Un análisis longitudinal a corto plazo (1 mes) de, aberraciones corneales, sensibilidad al contraste la distorsión luminosa medida con un dispositivo experimental (n=29 pacientes). d) Un análisis longitudinal a largo plazo (1 año) de las aberraciones corneales, sensibilidad al contraste y la distorsión luminosa medida con el mismo dispositivo experimental (n=20 pacientes). Los síntomas fueron obtenidos mediante una encuesta personalizada que incluye preguntas relacionadas con la percepción de la distorsión luminosa bajo condiciones de baja iluminación tanto en interiores y exteriores. La agudeza visual (AV) y la función de sensibilidad al contraste (CSF) se registraron al inicio del tratamiento, tras el 1º día, 1º y 2º semanas, tras 1 mes y después de 1 año de tratamiento en el caso del estudio longitudinal, y los pacientes del estudio transversal fueron antiguos pacientes de al menos 1 año de tratamiento. La topografía y el análisis de las aberraciones ópticas de la superficie corneal anterior se obtuvieron con un anillo topógrafo Easygraph Plácido (Oculus, Alemania). Los análisis de la distorsión luminosa se realizaron usando un dispositivo experimental (Light Distortion Analysis, University of Minho). Resultados: La frecuencia de uso de las lentes en los pacientes de OK puede ser muy irregular, lo que empeora la sintomatología en cuanto a la mala calidad de la visión. Esto es particularmente relevante en los pacientes con mayor cantidad de miopía inicial. Los síntomas relacionados con la distorsión luminosa se reportan con menos frecuencia tras varias semanas de uso de las lentes. En el caso de los pacientes más jóvenes, la sensación de distorsión disminuye de la 1º a la 5º semana. Los pacientes más mayores tienden a ser menos tolerantes y suele pasar más tiempo la hasta que sus distorsiones disminuyen. La Distorsión luminosa que se midió experimentalmente mostró un pico tras 1 día de tratamiento, disminuyendo después de 1 semana de uso, volviendo a los valores basales después de 1 año. Los valores de tamaño y la regularidad de la distorsión luminosa fueron significativamente mayores monocularmente que en condiciones binoculares. Esta disminución ocurrió a pesar de la persistencia de los altos valores de las aberraciones de alto orden, y en particular para los tamaños de pupila mayores de 4,5 y 6mm. Para probar la hipótesis de los cambios más a largo plazo, también se confirmó que los parámetros se mantuvieron invariables durante 1 año de seguimiento, a pesar del patrón irregular del uso de estas lentes observado en el primer estudio. Conclusiones: El análisis de la distorsión luminosa proporciona una métrica valiosa de adaptación visual en el tratamiento de OK. A pesar de la estabilidad de aberraciones de alto orden, tanto la distorsión luminosa como la CSF mejoraron con el tiempo en el corto y en el largo plazo tras esos momentos iniciales de la adaptación. Esto confirma la hipótesis de que existe una adaptación neural a la distorsión luminosa que confirma la disminución de los síntomas de mala visión en condiciones de baja iluminación subjetivamente reportada por los pacientes. El un trabajo futuro se debería abordar las causas orgánicas de este fenómeno de adaptación.
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