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La dramatización del sujeto como construcción del proceso agencial. La analogía del actor en David Velleman

  • Autores: Mercedes Rivero Obra
  • Directores de la Tesis: Fernando Broncano (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad Carlos III de Madrid ( España ) en 2016
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Carlos Moya Espí (presid.), Diana I. Pérez (secret.), Antonio Gaitán Torres (voc.)
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  • Resumen
    • Esta tesis indaga sobre por qué el agente acciona en determinados contextos sociales del modo en que lo hace, sobre qué es lo que sucede cuando este interactúa en ciertos escenarios y se relaciona con otros agentes. Para ello, se basa en el trabajo de una larga tradición de investigadores que apostaron por la dramatización del sujeto ¿que fue denominada Interaccionismo simbólico¿ y que tenía como principales exponentes a Herbert Blumer, Kenneth Burke y Erving Goffman (seguidores de George H. Mead). Estos indagaron sobre la manera en la que sujeto acciona en entornos sociales. Según dichos autores, las estructuras sociales generan ciertos roles que pasan a formar parte de la identidad del sujeto, cuando este los acepta como algo natural e intrínseco. Así, se concibe la acción que realiza el agente de un modo simbólico: como si la vida fuera un drama. La dramaturgia sería la manera en la que las personas se presentan a sí mismas en determinadas situaciones. El sujeto, para llevar su acción a cabo, recurriría a ciertas pautas de actuación que guiarían su comportamiento para que este fuera inteligible y apropiado. Como consecuencia, ser un actor en la escena es situar a una persona en determinadas circunstancias en las que se valdría de ciertos patrones de acción, como en el teatro. El Interaccionismo simbólico llega, de algún modo, hasta nuestros días gracias a David Velleman que propone que el sujeto actúa como si una audiencia le observara en todo momento e improvisa sus acciones, junto con los demás agentes, según las circunstancias en las que se halle. La presente tesis se apoya en esta línea de investigación cuando propone la teoría de la acción dramática o agencial del sujeto que se basa en las tres miradas. El sujeto, cuando trata de actuar en contextos sociales, necesita recurrir a tres miradas que le sirven de andamiaje para elaborar y llevar a cabo su acción: 1) La primera ¿la que el agente dirige hacia sí mismo, hacia su propia experiencia y sus propósitos, deseos, creencias, etc¿ le servirá para sustentar sus acciones sobre las pautas de actuación que ha acumulado a lo largo de su vida. 2) La segunda ¿la que conduce la interacción del actor cuando se halla en una escena¿ le ayuda a modificar, si ello fuera necesario, tales pautas de actuación o a encontrar otras nuevas, al tratar siempre de dar sentido a sus acciones. Como se ve, esta mirada no aboga por una visión reduccionista de la interacción. 3) La tercera ¿que condiciona o impulsa las acciones del sujeto¿ se refiere a, por ejemplo, las prácticas que se suelen dar en un supuesto particular. Pero esta mirada también ¿ya provenga de personas que observan al actor o de lo que piensa este que los demás opinan de él¿ actuará como si fuera un público que juzga sus actos. Estas tres miradas se producen a la vez cuando una persona actúa, siendo capaces de influirse y modificarse entre ellas. Las tres miradas son la base de la actuación que cualquier sujeto lleva a cabo en un entorno social. Estas, le ofrecen una guía para actuar de una forma que tenga sentido según el supuesto en el que lo hace, siendo parte, de este modo, la inteligibilidad en el misma acción. Como resultado, el proceso actoral-agencial ¿que se sustenta en el modelo de las tres miradas¿ estará compuesto por dos Momentos (el de personificación y el de ensayo) que impulsarán al agente a realizar una acción que tenga sentido, tanto para el agente como para los demás, en un supuesto social específico.


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