La envoltura celular de las bacterias es la barrera que permite al mismo tiempo el aislamiento selectivo y la comunicación con el medio externo según las necesidades. Está compuesta principalmente por lípidos y proteínas. El estudio de los fosfolípidos ante estreses abióticos como la liofilización y la resistencia a disolventes orgánicos ha demostrado la importancia de los mismos y la existencia de una regulación que permite ajustar los componentes de membrana para que ésta siga siendo funcional.
Pseudomonas putida KT2440 y DOT-T1E son de gran interés por su posible aplicación en procesos biotecnológicos. P. putida KT2440 es una bacteria saprofita del suelo que coloniza las raíces de plantas y puede estimular el crecimiento de las mismas. El estudio de la conservación a largo plazo de esta cepa es importante por su potencial uso agrobiotecnológico. P. putida DOT-T1E es una bacteria resistente a disolventes orgánicos aislada en el grupo de Degradación de Tóxicos Orgánicos en Granada que puede ser usada en procesos de biorremediación y biotransformaciones en sistemas de dos fases.
En P. putida KT2440 hemos demostrado la importancia de los ácidos grasos ciclopropanos para aumentar la supervivencia tras el proceso de liofilización. En P. putida DOT-T1E demostramos el papel de la cardiolipina en la resistencia a disolventes orgánicos; además de los efectos compensatorios de mutaciones con efectos opuestos en la fluidez de membrana.
Las bacterias en general y Pseudomonas putida en particular, tienden a tener una membrana lo más plástica posible que pueda adaptarse a los diferentes ambientes que la rodean tratando de minimizar los daños que los distintos agentes estresantes provocan.
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