la evolución de los centros de educación ambiental varía mucho depende del país en el que se encuentren. Un ejemplo es la diferencia de trayectorias entre países que hubo en la década de los ochenta. Mientras en España proliferaron los equipamientos cuyo principal objetivo era la educación ambiental (Gutiérrez, 1995a; Cid, 1998 y Serantes, 2005a), en Costa Rica, lo hicieron aquellos que pretendían fomentar el ecoturismo (Ceballos-Lascurain, 2001; Zamora y Obando, 2001 y Horton, 2009). Estos centros de educación ambiental son muy diversos tanto en su modelo de gestión (pueden ser públicos o privados), como al tipo de destinatarios a los que se dirigen (Cid, 1998 y Serantes, 2005b).
sin ninguna duda, estos centros o equipamientos de educación ambiental desempeñan una función social importante (Serantes, 2007 y Jiménez y Benayas, 2011) tanto en el nivel educativo como en el recreativo y enfocados al bien colectivo. Debido a esta función social, muchos de estos centros, como museos, acuarios, centros de ciencia, jardines botánicos, parques, zoológicos, granjas escuela, aulas de la naturaleza, etc., en el mundo reciben subsidios económicos que les permiten afrontar parte de los gastos de su gestión (Garrod, Pickering y Willis, 1993; Frey y Meier, 2003; Coppola y González, 2009).
Sin embargo, también existen otros centros de índole privado que no reciben ningún tipo de apoyo económico para hacer frente a los altos costos de operación que se generan para cumplir con estas mismas funciones (Garrod, Pickering y Willis, 1993; Serantes, 2000; Frey y Meier, 2003). Esta gestión privada, sin apoyo del sector público en muchos de estos centros o equipamientos de educación ambiental, conlleva enfrentar situaciones financieras delicadas y con dificultades que limitan sensiblemente conseguir una sostenibilidad entre su operación y el cumplimiento de sus objetivos. Además, la proliferación de múltiples opciones de ofertas educativas y recreativas que compiten en mercados, en ocasiones muy limitados, provoca que algunos de estos centros se comercialicen en exceso para generar los recursos económicos necesarios, y pueden perder de vista con cierta facilidad su importante misión educativa original (Cid, 1998; Cid y Gutiérrez, 1998 y Serantes, 2007).
Por otra parte, son numerosos los centros de educación ambiental que generan y ofrecen programas que no contemplan la evaluación de los resultados y logros de sus actividades, lo que supone un obstáculo más en la consecución de su función educativa, así como en el desarrollo de sus funciones sociales (Norris y Jacobson, 1998; Gutiérrez, Benayas y Pozo, 1999). Numerosos autores insisten en esta idea y sugieren que no es suficiente con desarrollar los equipamientos y actividades de educación e interpretación ambiental, sino que es necesaria desarrollar actuaciones de evaluación y seguimiento de la calidad educativa de sus programas (Gutiérrez 1995a, 1996a, 1996b; Serantes 2000; Sureda, 2002; Jiménez y Benayas, 2011).
Por todo lo anterior, muchas iniciativas no prosperan y se quedan en la cuneta del camino. Proyectos valiosos desde una perspectiva educativa sucumben ante marcadas carencias económicas o acaban estancándose ante la falta de evaluación de los resultados reales que alcanzan con sus programas. Esta investigación pretende profundizar en esta línea de análisis y contemplar estos aspectos en relación con un equipamiento de educación ambiental concreto.
la complejidad en la gestión económica del INBioparque, así como la carencia de una adecuada evaluación de la calidad educativa y recreativa es un reto que aún quedaba por superar.
Por estas razones, surge la necesidad de desarrollar este trabajo, que se plantea como un estudio en profundidad de un caso o situación concreta. De este modo se ha pretendido recoger datos válidos producto de una investigación que permitan analizar la evolución del INBioparque en el tiempo, e identificar las percepciones de los usuarios sobre la oferta educativa y recreativa del INBioparque. Además, se pretende sistematizar su evolución económica, así como recoger la percepción del grado de aprendizaje, satisfacción, expectativas, y recomendaciones, tanto de los visitantes como de otros usuarios incluyendo docentes, monitores o guías naturalistas o, incluso, expertos especializados en temas relacionados a la gestión de este tipo de instalaciones.
Por otra parte, debido a la carencia de centros de educación para la conservación de la biodiversidad en Costa rica, el INBio tiene una importante responsabilidad añadida: mantener activo y en funcionamiento los programas ligados al INBioparque. Este centro debe seguir cumpliendo su función educativa de aula abierta en la zona metropolitana, dado que es uno de los pocos espacios dedicados a la educación no formal sobre conservación de la importante bioversidad del país.
De este modo, la presente investigación se ha adaptado a las necesidades particulares del INBio, y busca analizar la evolución del INBioparque, las expectativas y necesidades de los usuarios y las recomendaciones de los expertos sobre el parque. Tomando esta información como referencia, se pretende proponer cambios, medidas y acciones en el INBioparque que garanticen su misión educativa sobre la importancia de conservar la biodiversidad. Esperamos y deseamos que los resultados de esta investigación puedan permitir que este equipamiento se pueda mantener abierto al público por muchas décadas y desempeñe con éxito su función.
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