Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


Resumen de O poder constituinte: do tempo das patrias à era da globalização

Luzia Marques da Silva Cabral Pinto

  • Se recorre el ciclo vital del poder constituyente, desde su génesis teórica hasta la proclamación de su muerte en el contexto del fin de la modernidad. En el origen está la concepción del pueblo construida como entidad homogénea por las teorías del pacto social y recibida y reforzada por la teoría del poder constituyente de Sieyès. Una visión más realista de los fenómenos políticos hizo indefendible el mito de la homogeneidad social. La epistemología del consenso, oriunda de la tradición contractualista, dio lugar a la epistemología de la discrepancia de un positivismo sociológico que reduce el poder constituyente al dominio político de las fuerzas socialmente dominantes. En este cuadrante doctrinario, la revolución es el contexto más común y natural de la manifestación del poder constituyente. La historia constitucional hasta la segunda mitad del siglo XX acumula ejemplos de la forma revolucionaria de los procesos de sustitución de las constituciones y de la parcialidad sociológica de esos mismos procesos. Este paradigma parece cancelado en las últimas décadas del siglo XX. Ciertamente, asistimos desde entonces a las llamadas ¿transiciones constitucionales¿. Inclementes dictaduras se metamorfosearon en regímenes democráticos sin solución de continuidad jurídica. Con notable arte e ingenio, se utilizaron los mecanismos de revisión para crear el nuevo ordenamiento constitucional. El éxito de la producción legal y pacífica de las nuevas constituciones evidenció el anacronismo de la imagen de un poder constituyente autoasumido como fuera de la ley. Pero la condena inapelable de esa figura histórica fue, sobre todo, sentenciada por los avatares de la democracia que el mundo occidental irónicamente le debe. En la actualidad, la democracia se tornó inconciliable con la pretensión de un proyecto político unificador. La sociedad está ahora pulverizada en grupos sociales competitivos, cada uno poseedor de su proyecto propio. Esto va al corriente de una globalización que pone inexorablemente en cuestión las tradicionales formas de organización nacional y estatal. Sumergidos en el pragmatismo, los gobiernos adoptan el modelo de gestión propio de las empresas privadas (New Public Management) y limitan sus obligaciones constitucionales a la ¿reducción de la complejidad¿ inducida internamente por la dinámica de la competitividad mundial. El tiempo no es, pues, propicio para una ¿constitución metanarrativa¿. Y, no obstante, se presiente por todos lados el peligro letal de una democracia sin solidaridad social. Se impone, entonces, recuperar la idea del poder constituyente como expresión de disconformidad de los sujetos oprimidos. Éste surgió en la historia como manifestación de la consciencia de sí mismo de un pueblo que decidió conducir su propio destino. Será siempre por esa autoconsciencia y autodeterminación por lo que el poder constituyente se hará realidad en movimiento, un movimiento tan perpetuo y profundo cuanto lo sean las posibilidades de emancipación humana. Si atribuimos al poder constituyente una radical intencionalidad emancipadora, es entonces en la lucha por el reconocimiento de los aún no emancipados donde lo vemos actuar en persona. En nuestra tesis, el pueblo que, en los Estados nacionales o postnacionales, en cualquier parte del mundo, carga en los hombros todo el peso de un adelanto basado en la competición y en la guerra, es el sujeto adecuado del poder constituyente, porque es él el que, a corto o largo plazo, por cualquier forma que sea, hasta por el simple efecto del escándalo de la injusticia en la opinio communis universal, obligará a una aplicación cada vez más extensa y profunda de los derechos humanos.


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus