Estudio monográfico del escultor asturiano Sebastián Miranda (1885-1975) centrado en su biografía y análisis de su obra artística. Nacido en Oviedo, realizó su formación en Alemania, Francia e Italia. Instalado en Madrid desde 1910, residió en la capital española el resto de su vida, salvo los años de la Guerra Civil, que pasó en París; y breve temporadas en Gijón, donde estuvo trabajando en los años treinta y cuarenta en su obra más conocida: El Retablo del Mar. En el ambiente madrileño, donde produjo la mayor parte de su obra, entabló relación de amistad con destacados personajes de la Edad de Plata española, como Azorín, Pío Baroja, Gregorio Marañón Ramón Pérez de Ayala, Indalecio Prieto y Ramón del Valle-Inclán, con los que mantuvo una interesante y nutrida relación epistolar, básica para el conocimiento de la historia contemporánea española.
Dedicado a la escultura figurativa y al dibujo, fue a pesar de su inconstancia autor de numerosa obra. En la primera década de siglo se centró en el dibujo y realizó caricaturas posmodernistas de personajes ovetenses. Tras su viaje a París se inició en la escultura, actividad en la que continuaría trabajando el resto de su vida, modelando figuras de pequeño formato que retratan casi un siglo de la historia de España y que evolucionaron desde la estética posmodernista, hacia el expresionismo, Art Decó y clasicismo de posguerra. A partir de los años cincuenta mantuvo un estilo personal donde predominaba el anecdotismo y la instantaneidad de los temas, lo que ha generado una lectura impresionista de su producción última, al tiempo que se alejaba de los movimientos de vanguardia que comenzaban a desarrollarse en aquel momento. Considerado tradicionalmente como un escultor anecdótico y diletante, el presente estudio reivindica su papel como artista vinculado a la renovación artística de las primeras décadas de siglo XX, y pretende contribuir a una revisión de la historiografía s
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