La tesis plantea uno de los problemas filosóficos más radicales del los Derechos Humanos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948: se trata de determinar si esos derechos fundamentales son naturales y, por tanto, de valor universal, o si, por el contrario, son derechos convencionales y, por tanto están sujetos al principio de relatividad cultural, sin que por ello haya que caer en un relativismo, filosóficamente insostenible. Se toma la doctrina moral y jurídica de Kant para determinar si, desde esa doctrina, se puede resolver el dilema y en qué sentido. De Kant se tiene en cuenta principalmente, aunque no sólo, la Metafísica de las costumbres.
Es importante la frecuente comparación que se hace con la cultura bantú (negroafricana) para fundamentar la crítica que se hace a la doctrina kantiana, para poner más en claro las limitaciones teóricas de su universalismo moral y jurídico, y para poder determinar mejor hasta qué punto esa doctrina puede ayudar a esclarecer el carácter natural o convencional de los Derechos Humanos.
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