En este breve resumen de aproximación a la obra ilustrada de León de Arroyal (1755-1813) hay que tener en cuenta el carácter ambiguo del pensamiento de su autor, que se sitúa entre unos presupuestos neoclásicos e ilustrados y unos presupuestos liberales. En el discurrir de su obra su posicionamiento se va transformando hacia una actitud más radicalizada oponiéndose mediante la crítica al sistema del Despotismo ilustrado y la búsqueda de soluciones más liberales. Su obra Pan y toros es un exponente de su actitud revolucionaria que al chocar con el poder establecido produce en él una pérdida de ilusión y una progresiva marginación social.
Arroyal es un escritor que participa de las contradicciones existentes en el pensamiento ilustrado, si por una parte sus planteamiento y proyectos son opuestos al modelo de la monarquía absoluta, por otra considera a esta como un instrumento válido para la transformación de la sociedad. Por ello utiliza distintos géneros literarios según sea su incidencia política: la expresión de la crítica del sistema la realiza utilizando de un modo progresivo la oda, el epigrama, la sátira y el panfleto, y se sirve de la prosa para la formulación de sus propuestas constitucionales liberales y para la educación de los jóvenes según el modelo del `hombre de bien`. Sus traducciones litúrgicas responden a su intención de acercar las fuentes del cristianismo el pueblo. De este modo, el uso de los distintos modelos expresivos, incluidos los clandestinos, obedece a las distintas necesidades de comunicación y situación.
Así mismo su producción literaria, a pesar de tener una factura poco lograda, es representativa de las contradicciones en que se desenvuelve la Ilustración española; busca su definición retórica en los modelos del pasado humanista pero se separa de él utilizando nuevas formulaciones expresivas para dar respuesta a los problemas del momento, inserto en el proceso que conduce desde la Ilustración al Liberalismo.
Pero lo que trasciende a Arroyal, primer constitucionalista del siglo XVIII, y constituye su legado para la historia constitucional española son sus Cartas económico-políticas en las que hace una profunda revisión de los aspectos políticos y económicos sobre los que se basaba la convivencia social en la España ilustrada. Para él la situación política era inaceptable y solo podía ser superada con una reforma general de la constitución. Para ello los cambios que proponía eran radicales y debían plasmarse en una constitución que con la fuerza de las leyes limitara el poder del monarca y fomentara la libertad económica y la igualdad.
Tal constitución debía promover un cambio radical de la estructura religiosa y del sistema judicial, eliminando los privilegios de la nobleza y nacionalizando la distribución del territorio. En el modelo que proponía hacía residir la soberanía en la nación; el monarca era el primer magistrado, quedando sometido al poder de las leyes y al poder judicial pues la constitución debía establecer la división de poderes según abogaba Montesquieu. Esta opción por el sistema constitucional, fundamentado en la separación de poderes e incompatible con el absolutismo, se basaba en el pacto social y acogía la formulación de la libertad concebida en términos burgueses a partir de la defensa del derecho de propiedad.
Así mismo Arroyal dedica una atención especial a la reforma de la Hacienda. Sus ideas económicas son de raíz liberal pretendiendo suprimir todas las leyes que coarten la sociedad civil, y en este sentido proponía una reforma legislativa inspirada en los principios de simplificación y sencillez.
Para la intelección de todos estos aspectos nos ha servido de guía y conformación las propias palabras del autor dentro del contexto literario e histórico al que hemos hecho referencia.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados