La inflamación es una respuesta inmediata del cuerpo cuya finalidad es repara el daño y mantener la homeostasis de los tejidos frente a alteraciones causadas por agentes patógenos, daño tisular o estímulos nocivos como sustancias químicas.
La respuesta inflamatoria es la base de muchos procesos fisiológicos y también de procesos patológicos. Si la respuesta inflamatoria es controlada y a corto plazo, como la que se da en el caso de infecciones, por lo general resulta en la curación. Por el contrario, si la respuesta es prolongada y está mal regulada, entonces se produce una inflamación crónica que va asociada a la destrucción de los tejidos, y es la causa de muchas afecciones y enfermedades humanas, como la sepsis, artritis, colitis, psoriasis, cáncer y enfermedades autoinmunes. Además, la inflamación está asociada a obesidad, aterosclerosis o diabetes. Todas estas patologías tiene un alto impacto en el bienestar de la población y son los principales problemas de salud en nuestra sociedad (extracto del informe de la doctora Dª. Ana Isabel Cuenda Méndez).
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