La crítica de la modernidad como crítica de la autonomía del arte

• Autores: Ana Navarrete Tudela
• Directores de la Tesis: José Luis Brea (dir. tes.)
• Lectura: En la Universidad de Castilla-La Mancha ( España ) en 1993
• Idioma: español
• Tribunal Calificador de la Tesis: José Vicente Selma (presid.), Salomé Cuesta Valera (secret.), Juan Vicente Llorens Montoro (voc.), José María Lillo Pérez (voc.), José María Yturralde López (voc.)
• Materias:
  • Ciencias de las artes y las letras
    • Teoría análisis y critica de las bellas artes
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• Resumen

  • En el momento en que decidimos atacar el tema de la autonomía del arte durante el modernismo afrontar un fenómeno tan complejo. Las implicaciones de esta categoría no pueden apartarse de consideraciones políticas, sociales, económicas, filosóficas, psicológicas, etc; de hecho el estatuto de esta categoría se establece cuando traspasa el horizonte de la estética y se convierte en un fenómeno sociocultural. Nuestro análisis parte del hecho de que la independencia del arte del resto de las demás esferas del saber, y su progresiva independencia a nivel institucional, se convierten en el nucleo de gestacion de el arte llamado "autónomo". Tras estas determinaciones, sin la intención de objetividad pero sí de rigor, partiamos a la busqueda de las raíces del problema, que han llevado a la actual situación de ensimismamiento de la práctica artística. Tras una toma de contacto inicial, necesitabamos retroceder en el tiempo hasta el momento en que se perfilan y se establecen las bases de una sociedad. El análisis retrocede hasta el nacimiento de la ilustración, del universalismo, cosmopolitismo, y sus efectos la unificación y el progreso; (todos estos conceptos conllevan la destrucción de las tradiciones, las religiones y los mitos). La idea de una razón universal se impone sobre cualquier otro tipo de pretensión. De este modo, se espera que el progreso material conduzca al progreso intelectual y éste, a su vez, al progreso moral. Es en el propio concepto de razón en el que mejor se refleja la utopía que el hombre ilustrado elaboró. Los ilustrados encomendaron a la estética y a las diversas artes la labor de encaminar al hombre a la felicidad. La estética, que acaba de alcanzar en la ilustración el estatuto de disciplina filosófica autonóma, no subordinada ni a la ética ni a la epistemología, se convierte en una disciplina de moda que tendera a defender cada vez con más ahínco la autonomización progresiva de la esfera artística.