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Continuidad y cambio social. Las actividades de mantenimiento en el poblado argárico de Peñalosa (Baños de la Encina, Jaén)

  • Autores: Eva Alarcón García
  • Directores de la Tesis: Francisco Contreras Cortés (dir. tes.), Margarita Sánchez Romero (codir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Granada ( España ) en 2010
  • Idioma: español
  • ISBN: 978-84-693-5382-0
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Fernando Ricardo Molina González (presid.), Carmen Risquez Cuenca (secret.), Marina Picazo Gurina (voc.), Paloma González Marcén (voc.), Pasthena Galanidou (voc.)
  • Materias:
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: DIGIBUG
  • Dialnet Métricas: 16 Citas
  • Resumen
    • Los distintos espacios que constituyen un poblado prehistórico no son espacios abstractos, reducibles a patrones o esquemas formales generalizables a un grupo arqueológico determinado, sino que, conforman lugares activos y escenarios que recogen, conductas, decisiones y modos de vida de una sociedad particular, siendo hombres, mujeres, individuos infantiles y personas de edad avanzada quienes les dan un sentido lógico y social.

      En ésta tesis doctoral hemos analizado los artefactos arqueológicos del poblado argárico de Peñalosa, para observar las tecnologías del pasado, ya que éstos son la muestra material y tangible de las prácticas sociales desarrolladas por cada uno de los individuos, quienes con su manufactura y uso les dieron significado; así mismo analizaremos su distribución y organización espacial y los interrelacionaremos con el conjunto de actividades en que pudieron participar. Por lo tanto éste análisis tendrá como fuentes de estudio dos escalas: la temporal y la espacial, la escala de la cotidianidad y la de los contextos domésticos respectivamente.

      Consideramos, la escala básica de la temporalidad, la cotidianidad, como reflejo del conjunto de relaciones y actividades de mantenimiento que marcan el desarrollo de la vida diaria de un grupo social, por lo que el estudio del pasado desde esta perspectiva nos permitirá obtener una interpretación histórica de los diferentes momentos vividos por los individuos de una sociedad; por otro lado, el soporte físico de esta cotidianidad son los contextos domésticos, lugares de relación y cooperación interpersonal, que nos permiten acercarnos aquellas figuras olvidadas en la mayoría de las interpretaciones históricas, las mujeres e individuos infantiles y sus producciones.

      Entendemos que la vida cotidiana no está fuera de la historia, sino en el centro del acaecer histórico. Las grandes hazañas no cotidianas arrancan de la vida cotidiana y vuelven a ella. Toda gran hazaña histórica concreta se hace particular e histórica precisamente por su posterior efecto en la cotidianidad. Con lo cual, cualquier engranaje social, político y económico ha de ser operativo en la escala de la cotidianidad como ámbito donde se desarrollan las redes interpersonales siendo estas las que reflejen las continuidades o cambios a través de la creación, recreación o desaparición de relaciones.

      Precisamente, la transversalidad en el tiempo y en el espacio de las actividades de mantenimiento ha sido una de las principales características utilizadas para no considerarlas dentro de las miradas de las interpretaciones sociales de las sociedades. Sin embargo, nosotros pensamos que precisamente en esta característica radica su valor. Porque son los únicos trabajos que se mantiene a lo largo del tiempo y del espacio, reflejando así su importancia y consideración dentro de cada uno de los grupos sociales, ya sean pasados o presentes. Si bien esto no quiere decir que éstas no sufran cambios o más aún, que no sean reflejos de los cambios que acontecen en los grupo humano, sino todo lo contrario. Porque estos trabajos han tenido, irremediablemente, que influir y ser influidos por el resto de cambios acontecidos en cualquier sociedad.

      En nuestro estudio sobre Peñalosa, hemos identificado diferentes actividades de mantenimiento a través de la organización del espacio y de los restos culturales documentados. Concretamente, nos referimos a prácticas sociales como el almacenamiento, la preparación de alimentos y el cocinado; los trabajos textiles; la reparación y mantenimiento de herramientas y utensilios; las prácticas de socialización y aprendizaje infantil. Todos estos trabajos se encuentran no solo interrelacionados en el espacio de este poblado de la Edad del Bronce, sino también en el tiempo, por su perduración y presencia en todas las formas sociales y culturales conocidas. Se tratan de actividades que pueden ser interrumpidas y reanudadas sin que pierdan su esencia y su valor. Esto solo es posible debido a su interrelación e interacción. Porque conllevan la capacidad de perpetuación de las sociedades a través de sus procesos que se desarrollan en el marco de la vida cotidiana.

      Es por todo ello que reivindicamos la importancia de valorar, considerar y reflexionar de la capacidad informativa que contienen los contextos domésticos. Porque son espacios que producen y reproducen las relaciones y las prácticas sociales. Donde se estructuran y reproducen las rutinas esenciales de la vida diaria; donde se manifiestan las diferencias de género, sexo, edad y estatus; donde se establece el nexo de relación entre generaciones junto con el entramado de las relaciones sociales y de género; y porque es en estos espacios donde podemos visualizar con mayor claridad las diferentes actividades de mantenimiento y por extensión la presencia de las mujeres y su producción.

      PALABRAS CLAVE:

      PREHISTORIA, GÉNERO, MUJERES


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