El CDT, que incluye al Carcinoma Papilar y al Carcinoma Folicular de tiroides, supone más del 90% de los tumores tiroideos, que son la neoplasisa del origen endocrinológico más frecuente. A pesar de que su incidencia no es excesivamente elevada, su prevalencia sí que lo es, debido a su bajo índice de mortalidad.
Teniendo en cuenta la elevada tasa de recurrencias, cifrada en torno al 20-30%, el seguimiento de este grupo de pacientes ha de realizarse durante un largo período de tiempo, por lo que la optimización del mismo supondría un beneficio evidente. En la actualidad las técnicas usadas son fundamentalmente el rastreo con radioyodo y la determinación de tiroglobulina sérica. Estas dos técnicas tienen el inconveniente de precisar para su utilización en condiciones óptimas la supresión del tratamiento con levotiroxina, determinando la aparición de síntomas de hipotiroidismo, además del posible crecimiento tumoral. Por otra parte, la presencia de anticuerpos anti-tiroglobulina que pueden invalidar la determinación de esta en sangre del paciente. Además los diferentes protocolos de seguimiento tratan de manera homogénea a todos los pacientes, realizando toda la batería de pruebas sin estratificar por factores de riesgo o presencia o no de recidiva previamente.
Las técnicas de detección de enfermedad mínima residual en sangre periférica se han venido utilizando hace poco tiempo en determinadas neoplasias de origen hematológico y tumores epiteliales sólidos para estratificar el riesgo de recidiva de estos pacientes y someterlos a unas técnicas diagnósticas o terapéuticas diferentes.
En los últimos años diferentes trabajos han establecido la posibilidad de la detección de ARNm de tiroglobulina en sangre periférica de pacientes con CDT. Esta técnica según los autores podría obviar los problemas existentes con los actuales métodos de seguimiento y mejorar la sensibilidad de la detección de recurrencias.
Si se demuestra que la determinación de RNAm de Tiroglobulina es un método de screening sensible para detectar recidivas en los pacientes diagnosticados de Cáncer diferenciado de tiroides, supondría varias ventajas con respecto a la situación actual:
1º) Posibilidad de diagnosticar recidivas sin necesidad de suspender el tratamiento sustitutivo hormonal, es decir, evitar la situación de hipotiroidismo clínico que actualmente se precisa.
2º) Permitiría evaluar la posibilidad de recidivas en aquel grupo de pacientes que presentan anticuerpos anti-tiroglobulina elevados, en los cuales en el momento actual no es válida la determinación de TG y por tanto el único sistema de control es el rastreo. Esta técnica nos permitiría espaciar los rastreos en este grupo de pacientes.
3º) Podríamos identificar a un grupo seleccionado de pacientes en riesgo, que precisarían realización de rastreos con I-131 con mayor frecuencia, mientras que otro grupo con RNAm de Tiroglobulina indetectable requeriría menor frecuencia e intensidad de exploraciones, con la consiguiente disminución del gasto sanitario.
4º) Nos permitiría identificar a un grupo de pacientes que requerirían otras exploraciones distintas al rastreo, por presentar niveles detectables de RNAm de Tiroglobulina y rastreos negativos.
Todos estos factores facilitarían el seguimiento de los pacientes con Carcinoma Diferenciado de Tiroides, ya que se limitarían el número de exploraciones (rastreos) y las molestias derivadas de la situación de hipotiroidismo, que se obviaría.
OBJETIVOS 1) Evaluar la sensibilidad y especificidad de la determinación de RNAm de Tiroglobulina, como marcador tumoral para detectar recidivas o enfermedad residual en los pacientes diagnosticados de Carcinoma Diferenciado de Tiroides.
2) Comparar los resultados de la detección de RNAm de Tiroglobulina con los niveles de Tiroglobulina plasmástica (en situación con y sin tratamiento sustitutivo hormonal). Valorar las posibles ventajas de la determinación de RNAm de Tiroglobulina frente a la Tiroglobulina en el diagnóstico y seguimiento de las recidivas del Carcinoma Diferenciado de Tiroides.
2) Determinar la posible ventaja de la determinación de RNAm de Tiroglobulina en pacientes con elevación de anticuerpos anti-tiroglobulina, en los cuales está invalidad la determinación de TG plasmática.
4) Establecer, en la medida de lo posible, una cuantificación de RNAm de Tiroglobulina, lo cual permitiría, realizando mediciones periódicas, la identificación de la progresión de la enfermedad.
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