El análisis del género implica conocer, dar cuenta de avances y temas pendientes en la conformación de realidades para mujeres y hombres. En este marco se inserta la presente tesis, con el propósito de conocer el proceso de formación de las identidades de género entre el alumnado de un centro escolar suburbano.
La exploración se realizó desde un paradigma de investigación cualitativo. Para esta investigación utilicé las siguientes fuentes de información: entrevistas de grupo, entrevistas en profundidad, observación directa, análisis documental, análisis de imágenes.
La identidad de género es una de las significaciones primarias del ser, es el sustento a partir del cual se asumen comportamientos y características, es decir son factores subjetivos de los individuos sexuados, que llevan una primera adscripción incluso antes del nacimiento transmitidos y asumidos a lo largo del vivir.
La identidad de género la entiendo como un proceso, más allá de una definición o auto-adscripción a un grupo de individuos con atributos similares, al estar conformada a partir de sentimientos, actitudes, relaciones personales y sociales, modelos de identificación o de rechazo que a lo largo de la vida los personajes sexuados incorporan para sí en forma dinámica, en contextos complejos y plurales, que es necesario develar.
A la vez, asumo que la identidad de género es una experiencia social e individual de aprendizaje, proceso que es atravesado por relaciones de poder social e individual, las más de las veces vividas por los personajes como un hecho natural arraigado en la vivencia personal. Particularmente, la formación de las identidades de género entre los jóvenes, la comprendo como el conjunto de procesos de ajuste y búsqueda de nuevas miradas para su identificación, adscripción y diferenciación, esta vez en una búsqueda más personal o quizás en la reproducción del deber social marcado por el orden de género prevaleciente.
Asimismo, presumo que este proceso en el contexto social y de relación entre la juventud, no siempre se experimenta con conciencia y autonomía, las más de las veces en el medio de conflictos y como praxis inconsciente; la formación de las identidades de género no siempre es acompañado de orientación y espacios educativos que trabajen por la concienciación y la toma de decisiones para la vivencia del género. Esta ausencia de una política clara de acompañamiento del joven se torna crítica en un contexto marcado por la generación y difusión de información caracterizada por la presentación en forma digerida, indiscriminada y estereotipada, de modelos ideales acabados, propuestos a partir de miradas en ocasiones sexistas, con acento patriarcal.
Al tenor de lo expuesto, lo primero que nos surge es una aproximación a las identidades de carácter multidimensional en el que interactúan diversos aspectos, dando lugar a una variedad de identidades en coexistencia, de tal suerte que es conveniente hablar de identidades en construcción permanente, atravesadas por procesos sociales más amplios y fuerzas de poder a veces sutiles escasamente identificables que es relevante develar.
Cabe señalar que la socialización en los contextos culturales marcan diferencias en el ejercicio del poder, no todas las mujeres lo ejercen de igual manera. Del Valle (2000) propone que la experiencia personal sobre el poder en las mujeres puede ser negativa y propiciar trabas, obstáculos de carácter psicológico, de personalidad, que muchas veces son de carácter simbólico por ejemplo, el miedo, la culpa, la presencia en los contextos de discursos diferenciales y jerárquicos, que otorgan reconocimientos y categorizan a los hombres de manera diferencial respecto a las mujeres, factores claves en la conformación de las identidades reflejados en los roles a desempeñar.
Este estudio se llevó a cabo en un centro escolar a nivel de estudios de secundaria, ubicado en la zona suburbana, en la comunidad denominada ¿Montreal ¿. En el contexto yucateco en el que se desarrolló este trabajo de investigación, espacio en el que lo étnico es atravesado por el género a la vez que confluye el nivel urbano, suburbano y rural. Es el interés de esta tesis develar continuidad y cambios ante contextos escolares de múltiples confluencias ¿procedencia y condición étnica entre jóvenes en movimiento-.
En esta tesis el uso del lenguaje adjetiva a los personajes y revela el contexto en el que se produce, a fin de evitar expresiones sexistas, o bien de carácter androcéntrico, de tal forma que en el trabajo será posible encontrar diferentes usos del castellano, como expresiones comunes en el contexto mexicano, que es posible calificar de ¿mexicanismos¿ (expresiones con significados particulares para el contexto mexicano) y que son reproducidos intentado equilibrar el uso del idioma entre lo local y lo global. Al mismo tiempo quiero aclarar que los nombres de lugares y personajes son ficticios y fueron seleccionados a fin de evitar la evidencia o relación por asociación que garantice la confidencialidad total.
Con base en la investigación realizada es posible señalar que las identidades de género en formación son elaboradas a partir de constructos binarios, -por diferenciación- con una presencia importante de elementos definitorios que fueron adquiridos en la socialización inicial, enseñanza reforzada con base en la enseñanza del sexo fundamentalmente como cuerpo biológico, anatomía diferencial.
En el análisis de lo personal es posible advertir estereotipos hechos cuerpo, que en el caso de las chicas destacan los atributos físicos, de imagen corporal, afectivos y en el deber ser; para chicos la imagen corporal y atributos como la fuerza, la agresividad predominan en las expresiones de lo masculino, así como el deber ser de proveedor y autoridad; cabe señalar que la mirada de los chicos a las chicas revela menor detalle y un fuerte énfasis en la imagen corporal y en los deberes.
Los estereotipos del género constituyen el referente para establecer las diferencias y naturalizar los cuerpos. La imagen corporal elemento importante para las significaciones de lo masculino y lo femenino; elaboran modelos de cuerpo para la conquista (cuerpo de chicos) y el cuerpo para ser conquistado (cuerpo de chicas).
Sin embargo, se observan elementos que dan cuenta de un amplio continuo de ser chica o ser chico, en el que son presentados atributos antes señalados para un sexo y ahora se presentan en forma alternativa. Este proceso de redefinición es asumido en forma de valor positivo para las chicas ¿mirada construida desde las chicas- y en los chicos parece incorporarse nuevos modos de vivir la masculinidad, que refuerzan la virilidad y la distinción ¿mirada de chicas y chicos, a la que las chicas expresan en forma negativa-.
Estas miradas distintas al orden del género local, expresan en las chicas referentes familiares; en chicos los referentes son prácticas de chicos urbanos y en el contexto mundial, al asumir practicas juveniles de moda a nivel mundial. Se observó esta influencia del consumo cultural mundial en chicas y chicos, con énfasis en los chicos, lo que coloca a la juventud de zonas rurales en desventaja frente a los de procedencia suburbana y urbana.
Es posible afirmar que la construcción de la identidad de los chicos es más "global", mientras que la de las se construye más "localmente", más tradicional, aunque haya elementos del otro elemento en ambos casos, naturalmente.
Por otra parte, se hallaron algunas expresiones que desvalorizan la procedencia, lo indígena, entre el alumnado y el profesorado, de manera que se observa en el alumnado indígena adopta las pautas de los chicos urbanos y subsume su identidad étnica; asumen los modos de los chicos ¿urbanos¿ y/o el aislamiento.
La igualdad de género es percibida como un valor en el centro escolar por el alumnado y en el profesorado; se impulsa para la construcción de expectativas, que se traducen en proyectos de vida basados en el desarrollo profesional, lo que fue notorio, aunque no contundente en chicos y chicas.
Por su parte, el profesorado asume roles entre reforzar las pautas culturales y subvertir el orden desigual, por medio de estrategias que propician la expresión, la interacción y la reciprocidad, así como impulsar la igualdad de oportunidades. Al tiempo que realizan prácticas que segregan por sexo o que unifican.
Por último es importante señalar que el análisis del discurso del profesorado revela que en el acto del habla desdibuja a chicas, con o sin intensión discriminatoria, se habla en forma sexista, dato que argumenta una escasa formación en el género, expresa un currículo del profesorado del nivel medio con potencialidades a desarrollar, y por tanto impulsar acciones en política educativa al respecto.
El análisis del espacio escolar mostró que se reproducen formas de relación que corresponden a un orden jerárquico masculinizado en el que los chicos o chicas ¿sin poder¿ son discriminadas (os) o violentadas (os); en este caso se encuentran las chicas ¿tímidas¿ y los y las ¿pueblerinas¿, o bien los chicos que no constituyen el grupo banda. A la vez, chicos y chicos encuentran formas de expresión y de subversión a la normatividad escolar y al contexto familiar -extensión del contexto escolar- ante la política educativa de unificación-segregación de los cuerpos y las conductas.
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