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El potencial emprendedor en la formación profesional: Un análisis intencional desde la teoría de la conducta planificada

  • Autores: José Antonio Garzón Fernández
  • Directores de la Tesis: Ana María Orti González (dir. tes.), María del Carmen Aguilar Luzón (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Sevilla ( España ) en 2008
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: José Luis Galán González (presid.), M. Pilar Berrios Martos (secret.), Antonio Genaro Leal Millán (voc.), Ricardo María Hernández Mogollón (voc.), Antonia Calvo Salguero (voc.)
  • Materias:
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • EL POTENCIAL EMPRENDEDOR EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL: UN ANÁLISIS INTENCIONAL DESDE LA TEORÍA DE LA CONDUCTA PLANIFICADA La necesidad de las sociedades actuales de desarrollar el espíritu emprendedor ante la disminución del trabajo por cuenta ajena, es el elemento principal que ha motivado el desarrollo de esta tesis. Los emprendedores se han convertido en los grandes creadores de empleo; entre otros motivos porque emprender se traduce también en innovación y competitividad y en la literatura se constata la existencia de una correlación positiva entre emprender y las principales variables económicas de un país o región desde el punto de vista del desarrollo: crecimiento económico, creación de empleo, exportaciones, cambios tecnológicos, etc.

      Definimos sujeto emprendedor, como el individuo que puede planificar y ejecutar estrategias para generar valor, alineando sus expectativas personales con una necesidad y/o oportunidad identificada en su entorno y con la capacidad de llevar eficazmente su idea a la acción, buscando satisfacer distintas necesidades básicas o psicológicas. En sus esquemas mentales las oportunidades superen a las dificultades, valora más las ventajas que los inconvenientes y que utiliza de manera sistemática heurísticos1 para hacer inferencias y generar sus propias expectativas.

      1 Los heurísticos son procedimientos intuitivos que llevamos a cabo cuando hacemos juicios predictivos y de valor a la hora de tomar decisiones. En muchos casos estos procedimientos permiten hacer estimaciones correctas, pero en otras ocasiones nos llevan a ignorar aspectos importantes de la información que se nos presenta, así como algunos de los principios de la teoría de la probabilidad. Lo que determina que cometamos algunos sesgos.

      El trabajo de Investigación presentado está estructurado en dos partes claramente diferenciadas: la teórica y la empírica.

      Dentro de la parte teórica realizamos un repaso de algunas de las escuelas más importantes de la literatura emprendedora, centrándonos a continuación en el enfoque de proceso emprendedor y por último en el análisis del riesgo emprendedor.

      Con respecto a las principales escuelas de investigación emprendedora, un primer enfoque se centró en la identificación de la existencia de rasgos de personalidad propios de emprendedores, destacando entre otros la necesidad de logro, el locus de control, la tolerancia a la ambigüedad y la innovación.

      Otro enfoque que hemos analizado ha sido el demográfico con el estudio de variables como: la edad, el sexo, la educación (general o específicamente emprendedora), la experiencia laboral previa y los modelos de roles. Este enfoque buscaba la configuración de un perfil emprendedor.

      Un posterior enfoque objeto de estudio en el trabajo ha sido el cognitivo, que se presenta como un avance a los anteriores centrándose en las estructuras de conocimiento que le son propias a los emprendedores (sobre todo la denominadaalerta emprendedora, el mayor uso de sesgos cognitivos y heurísticos por parte de estos y la utilización de la autoeficacia percibida emprendedora como creencia que diferencia a los emprendedores de quienes no lo son.

      El enfoque basado en laactitudes no sólo contribuye a facilitar el conocimiento de distintos tipos de actitudes emprendedoras, nos deja también como gran aporte a este campo, el desarrollo de distintas escalas para medirlas. Entre las más relevantes encontramos la escala de la actitud hacia la orientación emprendedora (EAO) Robinson (1991) que identifica: la actitud hacia el logro, la innovación, la percepción personal de control sobre los resultados de la conducta emprendedora y la autoestima percibida. Y la escala de Lumpkin y Dess (1996) que identifica cinco actitudes emprendedoras: autonomía, innovación, asunción de riesgos, proactividad y competitividad agresiva.

      El último enfoque que hemos descrito es el económico que analiza la conducta emprendedora dentro del análisis de elección de carrera. Este enfoque intenta explicar porqué se elige un trabajo o una carrera y lo explica desde el punto de vista de la maximización de la utilidad. En el caso de los emprendedores la utilidad a maximizar será tanto de riqueza económica como de prestigio, poder, costes psíquicos, condiciones de trabajo, etc Por lo general en las investigaciones encuadradas dentro de este enfoque se suele comparar la utilidad de trabajar por cuenta propia con la utilidad de trabajar por cuenta ajena.

      Con posterioridad y acercándonos al presente en el campo de la investigación emprendedora, hemos analizado el enfoque de proceso. El enfoque de proceso se vería como una forma de aglutinar las investigaciones anteriores para darles un sentido a todas a través de su acoplamiento en un todo secuencial. Nosotros hemos dividido estos procesos emprendedores en intencionales y no intencionales según aparezca la intención como actividad en ellos.

      Por último, en esta parte teórica nos centramos en analizar el riesgo, al ser un rasgo que la literatura le concede al sujeto emprendedor. Dentro del análisis del riesgo nos hemos planteamos conocer la diferencia entre percepción del riesgo y propensión al riesgo de los emprendedores, analizar dos emociones anticipadas en la toma de decisiones emprendedoras: el arrepentimiento por fallar cuando tomamos una decisión y el arrepentimiento por oportunidades perdidas. También el pensamiento contrafáctico y por último como afectan sesgos cognitivos como la ilusión del control, el exceso de confianza y la ley de los pequeños números a la toma de decisiones emprendedoras y al análisis del riesgo por parte de este.

      Seleccionamos alumnos de Formación Profesional Reglada como población de estudio, por varias razones:

      1. proximidad del investigador con este tipo de alumnos, 2. escasa investigación realizada sobre este tema concreto en este tipo de población, y 3. la actividad laboral de este tipo de alumnos suele comenzar tras su graduación.

      Esto les permite estar y sentirse muy cerca del mercado laboral por lo que las conclusiones aquí extraídas pueden ser muy válidas como punto de partida para desenmascarar, las actitudes, las expectativas, las motivaciones, etc obtenidas en esta investigación. Esto puede ser un elemento diferenciador de otras investigaciones realizadas con otro público objetivo (alumnos de secundaria, primeros años de universidad, etc..), que ven sus salidas profesionales mucho más lejanas en el tiempo y por tanto la capacidad de simular un escenario con ellas es más difícil.

      Para comprender qué es lo que motiva a los alumnos de Formación Profesional a llevar a cabo su propio proyecto, hemos utilizado la Teoría de la Conducta Planificada. Emprender un negocio, por ejemplo, requiere de un comportamiento planificado, siendo la intención el mejor predictor de la conducta. Para autores como Katz y Gartner (1988), estudiar la intención emprendedora mejora notablemente la investigación en este campo si la comparamos con modelos anteriores. Hemos utilizado la teoría de la Conducta Planificada por su probada validez y capacidad explicativa sobre distintas conductas como la prevención del SIDA, el control de la natalidad, la intención de voto, etc. La utilización de esta teoría para explicar la conducta emprendedora ha sido llevada a cabo por autores como (Fayolle, Gilly y Lassas-Clerc, 2006a, 2006b; Kolvereid, 1996ª; 1996b, 2006; Krueger, Reilly y Carsrud, 2000; Shane, Kolvereid y Gestead, 1991; Souitaris, Zerbinati y Al-Laham, 2007; Tkachev y Kolvereid, 1999; Zapico, 2007).

      Según sus defensores, la teoría de la conducta planificada supone un nivel más evolucionado de la teoría de la acción razonada, por lo que partimos de esta última para explicarla en su totalidad.

      .

      La TEORÍA DE LA ACCIÓN RAZONADA, de (fishbein y ajzen, 1975; ajzen y fishbein, 1980) parte de que las personas somos seres racionales que actuamos a partir del conocimiento que podemos tener sobre una determinada situación u objeto. Se trata de un modelo diseñado con el fin de predecir y explicar la conducta humana que parte de dos premisas básicas:

      1. las personas nos comportamos de forma racional, es decir, tenemos en cuenta la información disponible y, en consecuencia, evaluamos los resultados que tendrá la realización o no de una acción determinada.

      2. las acciones estarán determinadas por la intención de llevarlas o no a cabo ya que se encuentran bajo el control voluntario de la persona.

      Por otra parte la intención conductual, viene determinada por otros 2 componentes:

      1) Actitud hacia la conducta, o evaluación global positiva o negativa del comportamiento estaría determinada por las creencias conductuales, o creencias acerca de la probabilidad de que la realización de la conducta tenga unas determinadas consecuencias, junto con la evaluación de esas consecuencias.

      2) Norma subjetiva, o el grado de presión social percibido por el individuo a la hora de comportarse. Estaría determinada por las creencias normativas, o creencias acerca si otras personas importantes aprobarían o desaprobarían la ejecución de la conducta, junto con la motivación a tenerlos en cuenta a la hora de actuar.

      El modelo también recoge una relación de variables que los autores denominan externas, en las que se incluyen aquellas que, aunque no se han considerado en la teoría, pueden ejercer su influencia sobre la conducta, a través de su efecto sobre los determinantes de la actitud hacia la conducta y la norma subjetiva.

      Esta teoría fue diseñada con el objetivo de analizar aquellas conductas que están bajo control voluntario de la persona. Por tanto, para aquellas otras conductas en la que la persona tiene poco o ningún control, esta teoría no ha resultado apropiada. Por esta razón, años más tarde, Azjen (1985, 1991), reformuló el modelo, pasando entonces a denominarse: la teoría de la conducta planificada añadiéndole un tercer predictor de la intención y de la conducta:El control conductual percibido (CCP) o las creencias del individuo acerca de lo fácil o lo difícil que le resultará ejecutar la conducta.

      En consecuencia, la intención conductual, según la TCP, estará determinada por: la actitud hacia la conducta, la norma subjetiva y el control conductual percibido.

      Según la teoría, el CCP actúa como un determinante de la conducta. Por tanto, el CONTROL REAL.

      Recoge la vía directa desde el CCP hasta la CONDUCTA.

      Esta teoría también ha recibido algunas críticas. Destacamos entre ellas: .

      La asunción de que la actitud influye sobre la intención, y que a su vez ésta media necesariamente entre actitud y conducta .

      La relación entre los distintos constructos del modelo. Mientras la teoría propone que los distintos constructos son independientes entre sí, hay autores que proponen que hay relación entre ellos (Aguilar-Luzón, 2006; Sparks, Hedderley y Shepherd, 1992).

      .

      Por último, el poder de predicción de la teoría podría verse incrementado si se incluyen otras variables no contempladas en el modelo, como predictoras de la conducta. Entre estas variables, se han señalado: la conducta pasada, la norma personal o moral, o los valores. Como el propio Azjen indica, la TCP se trata de un modelo abierto a la incorporación de otras variables, siempre y cuando, demuestren su capacidad de predecir la conducta.

      OBJETIVOS DEL ESTUDIO.

      Al tratarse de un estudio exploratorio el proceso de elaboración de la tesis se ha estructurado a través de la Identificación de una serie de objetivos a conseguir, y a partir de ahí la formulación de las hipótesis derivadas del modelo de referencia. Esta estructuración sigue la siguiente secuencia:

      OBJETIVO 1: Comprobar como se ajusta el modelo de la TCP y sus variantes a la predicción de la intencionalidad emprendedora El OBJETIVO 2: Analizar cómo se forman los antecedentes de la actitud y de la norma subjetiva que conforman la intención OBJETIVO 3: Explorar un modelo alternativo sobre la intención emprendedora Concretamente, la definición de estos Objetivos iniciales, dió lugar al planteamiento de las HIPÓTESIS DE PARTIDA:

      OBJETIVO 1: En este objetivo, se establecieron 5 HIPÓTESIS de trabajo.

      a) En las tres primeras hipótesis se utilizaron medidas indirectas para calcular la actitud y la norma subjetiva manteniendo constante la medición del control conductual a lo largo de todo el estudio:

      .

      En la HIPÓTESIS 1.1. planteamos que los constructos de la TCP (Actitud hacia la conducta, Norma subjetiva y control conductual), inciden de forma positiva y significativa sobre la intención emprendedora.

      .

      En la hipótesis 1.2. planteamos el cálculo de la actitud y la norma subjetiva de forma distinta a como los autores de la TCP sugieren.

      .

      En la hipótesis 1.3. ese cálculo distinto solo sería para la actitud.

      b) En las dos últimas hipótesis de este objetivo 1 se utilizaron medidas directas para calcular la actitud y la norma subjetiva. Así : .

      en la hipótesis 1.4. se mantenía la misma forma de medir el control conductual.

      .

      la hipótesis 1.5. además, añadimos un constructo (percepción del riesgo) con la intención de estudiar se podía mejorar el modelo de predicción.

      OBJETIVO 2: Planteamos dos hipótesis para comprender qué variables: (tanto de rasgos, de roles, demográficas, situacionales, emocionales y cognitivas extraídas de la literatura); inciden sobre la actitud medida de forma directa y sobre la norma subjetiva también medida de forma directa. Y también comprender cómo esas variables inciden de una manera más eficaz: bien directamente o a través de las creencias. Ello dio lugar al planteamiento de la hipótesis 2.1. y la 2.2.

      OBJETIVO 3: Planteamos una hipótesis con toda la información obtenida en los dos objetivos anteriores, con el fin de extraer un modelo global de predicción de la intención emprendedora.

      Esta hipótesis trata de comprobar qué variables (de rasgos, de roles, situacionales, emocionales y cognitivas) inciden sobre la intención emprendedora y también cómo inciden, si de forma directa o a través de las creencias y esta a su vez a través de la actitud, la norma subjetiva, el control conductual y la percepción del riesgo.

      MÉTODOLOGÍA DEL ANÁLISIS EMPÍRICO.

      Método: análisis multivariante Técnica: Basada en el enfoque PLS (Partial Least Squares) El procedimiento de investigación secuencialmente ha sido: .

      Propuesta de un modelo basado en la teoría .

      Especificación y validación del modelo de medida .

      Diseño y evaluación del modelo estructural .

      Depuración y ensayo de diferentes alternativas que mejoren el modelo TCP ESTUDIO EMPÍRICO Estudio de carácter transversal Obtención de la información: entrevista personal con cuestionario cerrado Estudio piloto: Ventajas e inconvenientes de Emprender un negocio sobre el que se diseñó posteriormente el cuestionario.

      Población Objetivo: Estudiantes de Formación Profesional de Grado Medio y Superior Tamaño muestral: 235 estudiantes.

      Selección de la Muestra: escogidos de forma aleatoria sobre la totalidad de la población objetivo y cumpliendo con las restricciones del procedimiento de tratamiento de la información.

      DEFINICIÓN DE LAS VARIABLES En cuanto a las variables seleccionadas para este estudio fueron:

      1. Variables de la teoría de la conducta planificada 2. Un segundo grupo de variables donde aparecerían las creencias y evaluación de las consecuencias del resultado de la conducta 3. Un tercer grupo denominado Variables cognitivas 4. Y por último un grupo donde se encuadrarían las demás (emocionales, de rasgos de personalidad, sociodemográficas, roles, situacionales y de expectativas de éxito) MEDIDA DE LAS VARIABLES Medida de las variables de la TCP . Intención Conductual (1 ítem, escala 1 a 7) . Actitud Indirecta= S creencias conductuales (1- 7 ) x valoración de esas creencias (-3 +3) . Norma subjetiva indirecta = S creencias normativas (-3 +3) x motivación para cumplir (1- 7) . Control Conductual Percibido (4 ítems según TCP: Aguilar-Luzón, 2006; Madden, Ellen y Ajzen, 1992; Tkachev y Kolvereid, 1999) sobre lo fácil o difícil y sobre lo que depende de ellos o no depende de ellos . Actitud directa (-3 - +3) . Norma subjetiva directa (1- 7) Variables cognitivas . Percepción del riesgo. Adaptación del caso de Keh, Foo y Lim, 2002 con 3 ítems para medirlo.

      . Ley de los pequeños números. Sobre el mismo caso anterior tienen que señalar las informaciones del mismo que le alerten de una oportunidad o no, extraído de Mark, Houghton y Aquino (2002).

      . Exceso de confianza. 10 preguntas numéricas a las que se les da un intervalo y tiene que estar seguro al 90% como mínimo de la que respuesta es correcta. Extraído de Simon, Houghton y Aquino (1999) y Keh, Foo y Lim (2002).

      . Pensamiento contrafáctico. Escala de (1 - 7) sobre frecuencia de pensamientos alternativos, según Baron (1999).

      . Autoeficacia percibida emprendedora. 8 ítems de la escala propuesta por Markman, Balkin y Baron (2002).

      Variables emocionales . Arrepentimiento por fallar o fracasar. 1 ítem (1- 7) sobre frecuencia. Extraído de Baron (1998; 1999) . Arrepentimiento por oportunidades perdidas. 1 ítem (1- 7) sobre frecuencia.

      Variables de rasgos de personalidad . Motivación de logro. 5 ítems del (1- 5). Extraído de Steers y Braunstein (1976).

      Variables sociodemográficas, de roles y situacionales. Medido con 1 y 2; posteriormente recodificados a 0 y 1.

      Variable de expectativas de éxito. 2 ítems (1- 7) sobre posibilidad de éxito. Extraído de (Aguilar-Luzón, 2006; Bagozzi y Kimmel, 1995; Madden, Ellen y Ajzen, 1992; Tkachev y Kolvereid, 1999).

      RESULTADOS 1. Los resultados obtenidos en el objetivo 1 se pueden resumir de la siguiente manera: a) La hipótesis 1.3. es la única que no se cumple.

      b) Todos los modelos donde se calculan la actitud y la norma subjetiva de forma diferente a como lo hace la TCP, mejoran la predicción de la intención.

      c) Cuando utilizamos medidas directas para calcular la actitud y la norma subjetiva, el % de varianza explicada de la intención aumenta d) La introducción de un nuevo constructo, (percepción del riesgo) mejora el modelo.

      2. Los resultados del objetivo 2 muestran que la incidencia directa de las variables demográficas, de roles, situacionales, de rasgos, cognitivas y emocionales, sobre la actitud explica un 18,7% de la varianza de ésta frente al 32,4% cuando la incidencia es a través de creencias. Lo mismo ocurre con la norma subjetiva cuya explicación pasa del 11,8% al 31,3%.

      3. Los resultados del objetivo 3 : la incidencia directa de las variables comentadas anteriormente en el objetivo 2 explican un 15,7% de la intención emprendedora, cuando la incidencia es indirecta a través de creencias, y éstas a su vez a través de la actitud, norma subjetiva, control conductual y percepción del riesgo, explican el 50,8% de la intención.

      DISCUSIÓN Emprender un negocio es un proceso intencional y la Teoría de la Conducta Planificada es hoy por hoy una de las mejores que explican las conductas razonadas y por tanto intencionales. A lo largo de esta investigación nos hemos planteado la forma de mejorarla y obtener un modelo global, que tomando como raíz la TCP aumentase la explicación de la intención emprendedora.

      Ese modelo global que hemos obtenido, fruto de este trabajo de investigación muestra lo siguiente:

      1. Que la intención emprendedora se explica, ordenadas según su importancia por: la actitud hacia emprender, por la norma subjetiva, por la percepción del riesgo y por el control conductual. Con órdenes distintas y exceptuando la percepción del riesgo, que no ha sido estudiado en otros modelos, estos resultados coinciden con los de Kolvereid (1996b); Tkachev y Kolvereid (1999); Parcialmente, a excepción del control conductual, con Kolvereid y Isaksen (2006); y también parcialmente con los hallazgos de Krueger et al. (2000) (actitud y control conductual).

      2. En este modelo global la actitud hacia emprender medida de una manera directa viene explicada, según su importancia por: i. La atracción por las consecuencias negativas de montar un negocio.

      Estos resultados sólo coinciden parcialmente con los obtenidos con Davidsson (1995) en lo que respecta al trabajo duro; sin embargo entran en contradicción con investigaciones como la de Barba Sánchez (2000), Steffens, Fitzsimmons y Douglas (2006); Kolvereid (1996a, 1996b, 2006). En la apetencia por el riesgo coinciden con (Begley, 1995; Caird, 1991; Douglas y Shepherd, 2002; Sexton y Bowman, 1984). Esa atracción por las desventajas, se explica a su vez por las creencias negativas de que, efectivamente, ocurrirían si se montara. De forma positiva por la existencia de una altísima necesidad de logro en consonancia con (Heggestad, 1998); Shane, Locke y Collins (2003) y negativamente por la existencia de una alta autoeficacia global.

      También de forma positiva se explica por la creencia de que controlan la conducta y por último por la existencia de una oportunidad o una vocación que viene representada por el ciclo formativo, hecho coincidente con Zapico (2007) y Kolvereid (1996a, 1996b).

      ii. La segunda variable por orden de importancia que incide sobre la actitud es la motivación para cumplir, siempre que al individuo le atraigan las consecuencias positivas de montar su propio negocio: (ganar mucho dinero y tomar sus propias decisiones).

      iii. La tercera variable que explica la actitud es la creencia normativa (la creencia de que los demás significativos aprueban que el individuo montase su propio negocio). Ésto dependerá a su vez de si se está dispuesto a hacerle caso a esos referentes: los amigos con negocio que les vaya bien, la atracción por las consecuencias positivas de montar un negocio (ganar mucho dinero y tomar sus propias decisiones), de poseer necesidad de logro pero en menor cuantía que los anteriores y, por último, de estar estudiando un ciclo formativo que como antes se ha comentado puede ser una oportunidad o vocación. Estas conclusiones, por lo que respecta a la creencia normativa, coinciden con las investigaciones de Daviddson y Honig (2003); de Greve y Salaff (2003); Kolvreid (1996b; 2006); Lahm, Souitris y Zerbinati (2007). Y en discordancia con Reitan (1997) y Krueger et al. (2000).

      iv. La actitud también se ve influenciada por las expectativas de éxito que a su vez será influenciada de forma positiva por la existencia de la necesidad de logro, por la creencia de que se controla la conducta (Locke et al. 1984) y negativamente por el exceso de confianza en las predicciones de los sujetos, ésto último en contradicción con Busenitz y Barney (1997); Cooper, Woo, y Dunkelberg (1988); v. Las creencias negativas también influyen en la actitud pero en este caso de forma negativa. Estas creencias surgen por contraposición a las positivas, por la existencia del pensamiento contrafáctico, y por tener un familiar con un negocio que cree que funciona bien vi. La siguiente variable que incide sobre la actitud es la evaluación positiva de las consecuencias positivas. Esta atracción por los resultados positivos de montar un negocio depende a su vez de creer que de verdad se pueden conseguir y también del pensamiento contrafáctico.

      Aquí coincidimos con numerosas investigaciones que también encuentran que esas creencias positivas crean la actitud emprendedora Thachev y Kolvereid, 1999; Davidsson (1995); Douglas y Sheperd (2002); Bird, 1989; etc.

      vii. Por último la actitud depende de las creencias de control, Thachev y Kolvereid, 1999; Kolvereid (1996a, 1996b, 2006); Lam, Souitris y Zerbinati (2007), que dependerán de las creencias positivas y negativamente de las negativas.

      3. La norma subjetiva medida de manera directa, dependerá de 4 variables, que por orden de importancia son: la motivación para cumplir, las creencias normativas, la evaluación positiva de las consecuencias negativas y de las creencias de control. Las variables que inciden sobre cada una de ellas se han explicado anteriormente al analizar la actitud ya que las 4 inciden a su vez sobre ésta, pero en un orden distinto a como lo hacen sobre la norma subjetiva.

      4. La percepción del riesgo. No hemos estudiado los antecedentes de esta variable.

      5. El control conductual dependerá de dos variables (las creencias positivas y las creencias negativas, estas últimas con signo negativo). A su vez las CP dependerá del arrepentimiento por oportunidades perdidas, coincidente con Markman, Baron y Balkin (2005). Investigaciones que respaldan nuestros descubrimientos con respecto al control conductual son las deKolvereid (1996b); Tkachev y Kolvereid (1999); Souitriais, Zerbinati y Al-laham (2007); Fayolle, Gailly y Lassas-Clerc (2006ª; 2006b) y Krueger et al. (2000).

      CONCLUSIONES La tabla siguiente muestra desde un punto de vista gráfico las conclusiones que se extraen del modelo global extraído de esta investigación:

      INTENCIÓN EMPRENDEDORA ACTITUD 0,386 Beta Creencias, Valencias, Motivación y Expectativas Éxito Beta Variables Exógenas, cognitivas y emocionales 0,211 ECN (Evaluación positiva de las consecuencias negativas) 0,479 Creencias Negativas (CN) 0,199 Necesidad de Logro -0,186 Autoeficacia 0,184 Creencias de Control 0,158 Ciclo Formativo 0,208 MCG1 (Motivación para Cumplir) 0,453 ECP 0,199 NSG1 (Creencias Normativas) 0,269 Motivación Cumplir 0,154 Amigo negocio bien 0,136 ECP 0,122 Necesidad de Logro 0,117 Ciclo Formativo 0,186 Expectativas (Expectativas de Éxito) 0,359 Creencias de Control -0,176 Exceso de Confianza 0,161 Necesidad de Logro -0,173 CN (Creencias Negativas) 0,603 Creencias Positivas 0,172 Pensamiento Contrafactico 0,117 Negocio familiar bien 0,152 ECP (Evaluación positiva de las consecuencias positivas) 0,623 Creencias Positivas (CP) 0,193 Pensamiento Contrafáctico 0,12 CONTROL (Creencias Control) 0,289 Creencias Positivas (CP) - 0,251 Creencias Negativas (CN) NORMA SUBJETIVA 0,356 0,308 MCG1 (Motivación para Cumplir) 0,270 ECP 0,265 NCG1 (Creencias Normativas) 0,269 Motivación para cumplir 0,154 Amigo con negocio bien 0,136 ECP 0,122 Necesidad de Logro 0,117 Ciclo Formativo 0,160 ECN (Evaluación positiva de las consecuencias negativas) 0,479 Creencias Negativas (CN) 0,199 Necesidad de Logro -0,185 Autoeficacia 0,184 Creencias de Control 0,158 Ciclo Formativo 0,125 CONTROL (Creencias Control) 0,289 Creencias Positivas (CP) - 0,259 Creencias Negativas (CN) CONT ROL 0,128 0,289 CP 0,453 Arrepentimiento por Oportunidades perdidas - 0,259 CN 0,603 Creencias Positivas 0,172 Pensamiento Contrafactico 0,117 Negocio familiar bien PERCEPCIÓN DEL RIESGO 0,224 1. La influencia de las variables exógenas sobre las creencias explican mejor la intención emprendedora que cuando esas variables inciden directamente sobre la misma, ratificando la TCP.

      2. LA ACTITUD Y LA NORMA SUBJETIVA son las dos variables que más influyen sobre LA INTENCIÓN, seguidas de la percepción del riesgo y el control conductual 3. La norma subjetiva y el control a su vez influyen sobre la actitud, rompiendo uno de los principios de la TCP.

      4. LA ACTITUD POSITIVA la tienen aquellos a los que le atrae el trabajo duro, sin horas, con la posibilidad de gastar bastante dinero, que le permita asumir responsabilidades y que creen que montando un negocio van a conseguir todas estas cosas. Este deseo, por las desventajas, es fruto de la existencia en estos individuos de una muy alta necesidad de logro (buscan mejorar su desempeño, competir y ganar, saber como evolucionan, etc.) y aunque creen que son bastante fuertes para manejarse en la vida y afrontar con éxito y garantías los problemas y dificultades que le trae ésta, esta creencia sobre esa fortaleza no lo es en grado sumo debido a su desorbitada necesidad de logro que le lleva a ser extremadamente exigentes consigo mismos con el fin de mejorar. Utilizan el emprendimiento como una estrategia de mejora personal, de demostrarse a sí mismos cosas y de avanzar y abrir nuevos caminos. Encuentran recompensas intrínsecas en ese DESAFÍO, que le supone una experiencia muy excitante. Al mismo tiempo creen que les sería fácil montar un negocio y por otro lado tienen la oportunidad (que puede ser una vocación), que les ofrece el ciclo formativo que estudian. Entendemos que estos individuos son emprendedores por naturaleza.

      5. La actitud también se forma por la presión social de los AMIGOS que tienen su propio negocio y que les va bien. Estos amigos esperan y aprueban que el individuo monte su negocio. Lo que les atrae de montar un negocio son sólo las ventajas (ganar más dinero, tomar sus propias decisiones), en comparación con los individuos anteriores (los emprendedores por naturaleza) que lo que les atrae son las desventajas. Al igual que los anteriores comparten con ellos la necesidad de logro, pero de una forma menos acusada. Se les podría calificar de emprendedores evaluadores o tal vez oportunistas. Los delata el pensamiento contrafáctico que poseen y que les hace plantearse trabajar por cuenta ajena además de por cuenta propia. La oportunidad para conseguir las ventajas que ellos persiguen se la ofrece el ciclo formativo que están estudiando.

      6. Las expectativas de éxito crean actitudes positivas. La necesidad de logro y creer que se controla la conducta, influyen sobre la creación de estas expectativas. Por otro lado estas expectativas de éxito se asientan sobre bases reales, ya que los que las muestran no están sometidos al sesgo cognitivo del exceso de confianza.

      7. De la familia con negocios los alumnos extraen las creencias negativas que a su vez les provocan una actitud negativa. Esta actitud negativa se acrecienta cuando los individuos saben que montar un negocio también tiene sus ventajas (ganar más dinero, tomar sus propias decisiones) y alguna vez han podido pensar también en esa salida profesional (delatados por el pensamiento contrafáctico), porque podrían arrepentirse si dejasen pasar la oportunidad que la familia les ofrece. Este quiero, pero no puedo, hace que se remarque aún más el peso de las creencias negativas y por tanto de la actitud negativa.

      8. Las personas que creen que es fácil para ellas montar un negocio tienen una actitud y una intención positivas 9. Las personas a las que sólo les atraen las consecuencias positivas de montar un negocio como son: ganar más dinero y tomar sus propias decisiones, tienen una actitud positiva; que se acrecentará si creen que montando el negocio lo conseguirán, valorando la posibilidad del arrepentimiento por no aprovechar la oportunidad que se les presenta, sabiendo que podrían conseguir ganar más dinero y tomar sus propias decisiones si la llevaran a cabo. También esa mayor atracción por ganar más dinero, por tomar sus propias decisiones se incrementa y, por tanto, la actitud emprendedora, cuando utilizando el pensamiento contrafáctico el individuo imagina otra salida laboral que no sea montar su propio negocio, es decir, que otra salida laboral no le permitiría ganar tanto dinero y tomar sus propias decisiones. A este tipo de personas les falta sobre todo la necesidad de logro para ser auténticos emprendedores, cosa que sí tienen los emprendedores por naturaleza y los evaluadores. Además también les falta tener una oportunidad. Su actitud positiva surge solo y exclusivamente de un análisis de la utilidad que le proporciona esa conducta. Si la ocasión (la situación) surge: una oportunidad, quedarse en paro, etc. Estos individuos pueden llegar a montar su propio negocio.

      10. A mayor percepción de riesgo mayor intención emprendedora. Ésto se explica porque estas personas son propensas al riesgo y cuando lo perciben se adentran en él. El riesgo es un rasgo típico emprendedor y su menor percepción no hace sino corroborar esta afirmación.

      De las conclusiones anteriores podemos extraer la existencia de dos grandes grupos de emprendedores:

      el emprendedor por naturaleza y el emprendedor evaluador u oportunista. Aunque ambos tienen una actitud positiva hacia montar un negocio, solamente el primero muestra intención de hacerlo. La diferencia entre ambos está en la cantidad de necesidad de logro que despliegan, siendo el primero el que muestra una más alta necesidad de logro que el segundo. El primero quiere utilizar su negocio como forma de mejorar a través del trabajo duro, del esfuerzo, de la lucha, de la asunción de responsabilidades, es decir del DESAFÍO que supone montar un negocio, lo que supone un alto grado de excitación. Este emprendedor no necesita un entorno favorable para emprender. Por el contrario al segundo lo que le interesa, son los aspectos positivos de montar un negocio sobre todo ganar dinero y sentirse más libre que frente a otras opciones (trabajar por cuenta ajena). Este segundo es oportunista porque contempla tanto trabajar por cuenta ajena como trabajar por cuenta propia. El que se decida por una o por otra dependerá de la situación. Esa situación puede ser: la aparición de una oportunidad, de un suceso positivo o negativo que actúe como desencadenante tal y como muestran Shapero y Sokol (1982) (quedarse en paro, mudanza de ciudad, una herencia, una nueva relación, etc.), cuando exista una tensión existencial que determinada una disonancia cognitiva, etc.. El emprendedor oportunista evaluará la situación y si concluye que a través de su propio negocio puede ganar más dinero y ser más libre lo llevará a cabo. Las personas que cuenten con el apoyo de amigos con negocios, que crean tener expectativas de éxito, los que utilicen mayores sesgos cognitivos y heurísticos, los que crean que controlan y les es más fácil llevar la conducta a cabo, los que sean más propensos al riesgo, los que muestren más arrepentimiento por oportunidades perdidas y además una determinada necesidad de logro evaluarán la situación de una forma más positiva.

      LAS FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN 1. Al ser un estudio exploratorio, sería aconsejable confirmar con posteriores investigaciones los dos perfiles básicos de emprendedores extraídos de los datos 2. Introducir otras variables de rasgos como por ejemplo: la innovación 3. Seguir profundizando en estudios posteriores sobre esas formas alternativas propuestas en esta tesis para calcular la actitud y aplicarla a otro tipo de muestras 4. Profundizar en el análisis del papel de los sesgos, sobre creencias y expectativas de éxito 5. Calcular la actitud teniendo en cuenta no solamente las ventajas y desventajas de montar un negocio propio sino también contraponiéndolas a las ventajas y desventajas de trabajar por cuenta ajena 6. Identificar más creencias salientes para las ventajas y las desventajas y comprobar si de esta manera aumenta la explicación de la actitud emprendedora.

      7. Aplicar el modelo a otro tipo de población para detectar la naturaleza de las variables en otras realidades sociales.

      APLICACIONES A LA PRÁCTICA:

      A pesar de tratarse de un estudio de la carácter exploratorio y trasversal, consideramos muy útiles los resultados obtenidos, pues, dada la naturaleza de la población analizada (estudiantes de formación profesional), y teniendo en cuenta las necesidades extremas que tiene nuestra realidad social de potenciar el espíritu emprendedor, para fortalecer el crecimiento económico (muy deteriorado en la actualidad), la utilidad estriba en que nos ofrece mucha información a la hora de PROPONER SISTEMAS DE PLANIFICACIÓN E IMPLEMENTACIÓN de actividades formativas ORIENTADAS A DESPERTAR Y FORTALECER, precisamente, LA INTENCIÓN DE LOS JÓVENES a desarrollar un proyecto emprendedor consistente y que vaya consolidándose con el tiempo. Dada la relación existente entre creación de empresas y desarrollo económico, esto puede contribuís a potenciar el desarrollo económico y social de forma sostenible.

      Cuanto más tempranas sean las actividades educativas (en los diferentes estadios educativos), más probabilidades tendremos de conseguir nuevas generaciones de jóvenes emprendedores por naturaleza, frente a los que hemos denominadoemprendedores oportunistas, desgraciadamente, más efímeros y responsables de las fluctuaciones económico-sociales más acusadas.


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