Los problemas de sueño son una de las quejas más frecuentes en los pacientes que sufren fibromialgia. Aunque tradicionalmente se ha asumido que el dolor es la causa de los problemas de sueño de estas personas, las evidencias al respecto muestran que la relación entre estas variables es más compleja. Por una parte, diversos estudios experimentales (tanto de restricción de sueño como de inducción de dolor durante el sueño) e investigaciones clínicas (transversales y longitudinales) sugieren que las relaciones entre sueño y dolor podrían ser bidireccionales. De esta manera, el dolor perturbaría tanto la calidad como la continuidad del sueño (ya sea en forma de despertares o en forma de arousals que aligeran el sueño y, por lo tanto, modifican la arquitectura del sueño) y un sueño de mala calidad agravaría la experiencia de dolor (al disminuir los umbrales nociceptivos). Por otra parte, existen estructuras cerebrales comunes tanto a los mecanismos asociados a la modulación del dolor como a los asociados al funcionamiento del ciclo sueño-vigilia. Por lo tanto, es esperable la existencia de alteraciones estructurales y funcionales en el sistema nervioso central de los pacientes con fibromialgia. Este hecho sugiere que el tratamiento de los problemas de sueño podría ser un objetivo terapéutico crucial en los pacientes con fibromialgia, ya que los potenciales beneficios irían más allá de la mejora del sueño y se relacionarían con una disminución de la intensidad del dolor y cambios positivos en otros síntomas asociados (como pueden ser el distrés psicológico, el funcionamiento diario o la ejecución neuropsicológica). La presente tesis se ha planteado para intentar dar respuesta a varios de los interrogantes acerca de las interrelaciones que se dan entre el sueño y el dolor en pacientes con fibromialgia, intentando superar ciertas limitaciones habituales en este tipo de estudios (asociadas principalmente a una evaluación inadecuada del sueño).
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