El daño se configura como uno de los elementos imprescindibles para poner en funcionamiento el mecanismo de la responsabilidad civil y su consecuente reparación, tanto en la esfera contractual como en la extracontractual. Se trata de la clase de bóveda o piedra angular del sistema, ya que sin daño o perjuicio no hay obligación de resarcir y su importancia es tal que, la responsabilidad civil se viene aplicando últimamente desde la óptica de los daños.
Para la valoración y cuantificación precisa de los diferentes tipos de daños es preciso hacer un detallado estudio de cada uno de ellos, tanto de los daños patrimoniales (daño emergente y especialmente al estudio del lucro cesante) como de los daños extrapatrimoniales (daño moral y daño corporal). Tambien se hace un análisis de los daños punitivos , finalizando la misma con un análisis procesal de la materia.
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