La tesis plantea la importancia que tuvo el anarquismo para la popularización de la lectura en nuestro país al promover fórmulas, al margen de los modelos culturales establecidos, que prendieron con facilidad en las nuevas masas de lectores procedentes del proletariado, que apenas se identificaban con los productos culturales existentes. Acorde con el ideario ácrata, se trataba de crear las condiciones para la emancipación intelectual de los trabajadores, paso previo e innegociable para la revolución, y algo que de ningún modo podía lograrse dentro de la cultura establecida por la burguesía. Posponiendo, a diferencia de otros movimientos sociales, la revolución política a la cultural, el libro anarquista tuvo su momento álgido entre 1917 y 1923 cuando la dictadura de Primo de Rivera puso fin abruptamente a ese intento de construir una cultura específicamente proletaria.
En su segunda parte, el trabajo aborda los esfuerzos de la izquierda republicana radical por hacerse con una parcela propia en el panorama político de los años finales de la monarquía, y cómo, en su búsqueda de especificidad política, acabaron acercándose a los modelos culturales alternativos descubiertos por el anarquismo. Fue el movimiento editorial de avanzada. La lucha por conquistar a ese nuevo lector proletario y atraerlo hacia el republicanismo, es analizada también, así como las numerosas deudas que "el nuevo romanticismo" contrajo con el movimiento cultural libertario. La llegada de la República y el efímero éxito de partidos que, como el PRRS, se pretendieron representación parlamentaria del proletariado militante, puso fin asimismo a este proceso.
El trabajo se completa con los catálogos editoriales de las principales editoras ácratas del periodo, seguido de los repertorios promovidos por "el Nuevo Romanticismo".
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