En esta tesis doctoral se estudia el lugar que ocupó el baile social en el Madrid romántico (1833-1868), etapa en que se articuló como una de las prácticas más significativas de sociabilidad. La consulta de una amplia gama de fuentes —archivísticas, hemerográficas, iconográficas, musicales y literarias— permite analizar el papel cumplido por el baile en los diferentes ámbitos de Madrid, Villa y Corte, desde la familia real, la aristocracia de sangre y del dinero hasta las clases medias y las populares, pasando por , los cuerpos militares y diplomáticos. Los espacios donde cada sector bailaba y aprendía a bailar, los preparativos y rituales del acto social, el repertorio de bailes de moda, los acompañamientos musicales, la transmisión a través de los maestros y la industria de consumo generada alrededor de este tipo de convocatorias son objeto de estudio.
Por otra parte, el cruce de discursos y prácticas que implica aspectos económicos, morales, sociales y estéticos es analizado desde el marco teórico de la sociabilidad —en la línea planteada por Villacorta, Cruz Valenciano o Guereña— y se demuestra que en este período de consolidación de la cultura burguesa la significación del ritual coreográfico fue diferente para cada clase social: mientras para las élites el baile cumplía una función legitimadora como lugar de exhibición del capital social, económico y simbólico que poseían —en los términos de Pierre Bourdieu— las clases medias experimentaban procesos de alodoxia y las clases trabajadoras se limitaban a un uso lúdico del mismo, como un puro divertimento.
Dentro de la categorización de los bailes que en la tesis doctoral se establece —bailes de etiqueta, de trajes, de confianza, de niños, de piñata, patrióticos, de caridad, de artesanos, de candil, públicos, campestres o populares—, se analiza en profundidad uno de los tipos más relevantes para la sociedad del ochocientos: el baile de máscaras.
El estudio de la educación de los cuerpos, a través de maestros, academias y manuales, se complementa con el análisis coreológico de los géneros más característicos de la época: el rigodón, el vals, la polka, el cotillón, la mazurka, el galop, el schottisch y la habanera. Dentro del catálogo de partituras, manuscritas y editadas, destinadas al baile, se describen con especial detenimiento dos tipos de fuentes mixtas: las coréutico-musicales, con indicaciones sobre el baile, y las de bailes coreados, que incluyen textos. Igualmente se contempla una floreciente industria editorial que generó numerosas colecciones de piezas bailables, la mayoría para piano, destinadas a los hogares burgueses y por lo tanto a la práctica de las clases medias.
El cuerpo de la tesis doctoral finaliza con el estudio de la presencia de la escena de baile en la narrativa del siglo XIX, donde se configura como un cronotopo, según la terminología de Mijail Bajtin. Rito de pasaje, encuentro o desencuentro amoroso, lugar de inclusión o exclusión o marco de aventuras galantes, el baile aparece en diversos modelos narratológicos que son comparados.
La tesis doctoral se completa con un volumen de anexos documentales y de partituras musicales seleccionadas que, junto con el amplio repertorio de imágenes distribuidas por los diversos capítulos, ejemplifican e ilustran el discurso escrito.
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