Los efectos emocionales del poder social
- Autores: Aikaterini Petkanopoulou
- Directores de la Tesis: Guillermo Byrd Willis Sánchez (dir. tes.), Rosa María Rodríguez Bailón (dir. tes.)
- Lectura: En la Universidad de Granada ( España ) en 2016
- Idioma: español
- Tribunal Calificador de la Tesis: Miguel C. Moya Morales (presid.), Jesús López Megías (secret.), Pilar Carrera Levillain (voc.), Toon Kuppens (voc.), Verónica Betancor Rodríguez (voc.)
- Programa de doctorado: Programa Oficial de Doctorado en Psicología
- Materias:
- Enlaces
- Tesis en acceso abierto en: DIGIBUG
- Resumen
El poder social se define como la capacidad de las personas de tener influencia o control sobre los demás y repartir recompensas y castigos (Fiske y Berdahl, 2007; Keltner, Gruenfeld, y Anderson, 2003). Las diferencias de poder son uno de los aspectos más importantes de la vida social de las personas, y el impacto que tienen sobre su forma de pensar, actuar o sentir ha sido investigado desde la psicología social (Galinsky, Gruenfeld, y Magee, 2003; Guinote, 2007; Willis, Rodríguez-Bailón, y Lupiáñez, 2011), utilizando diferentes niveles de análisis (e.g., intrapersonal, interpersonal, intergrupal, ideológico; Bourhis y Brauer, 2006). Esta tesis doctoral se centra principalmente en un nivel interpersonal y trata de explorar cómo el poder afecta a la expresión emocional de las personas.
Desde la teoría de aproximación/evitación (Keltner, Gruenfeld, y Anderson, 2003), el alto poder está asociado con un mayor acceso a recompensas y una mayor desinhibición conductual, mientras que el bajo poder está asociado con amenazas y castigos, y por tanto con una mayor inhibición conductual. Además, se ha encontrado que las personas poderosas están menos limitadas por las normas sociales y por tanto pueden expresar sus emociones más libremente que las personas no poderosas (Hecht y LaFrance, 1998). Partiendo de estas ideas, en la primera parte empírica de esta tesis doctoral se estudió la relación entre el poder social y la supresión emocional y se mostró que el poder disminuye la tendencia de las personas a suprimir sus emociones.
En la segunda parte empírica, se estudiaron los efectos de poder sobre la expresión y supresión de emociones específicas. Para abordar este tema nos basamos, por un lado, sobre la teoría de las funciones sociales de las emociones, y por otro lado, sobre la literatura relacionada con las metas y las motivaciones de las personas poderosas y no poderosas.
Según la teorías sobre las funciones sociales de las emociones, la expresión de las diferentes emociones evoca señales sociales a los receptores de dicha expresión y ayuda al que las expresa a conseguir diferentes metas sociales; por ejemplo, las emociones pueden crear distancia social entre los individuos, pero también pueden crear vínculos afectivos entre ellos (Fischer y Manstead, 2008; Van Kleef, De Dreu, y Manstead, 2010). La expresión directa de la ira se considera un signo de dominancia y aumenta la distancia social. Por su parte, la expresión de la tristeza transmite señales de debilidad y promueve la cercanía y la afiliación (Fischer y Manstead, 2008; Van Kleef y cols., 2010).
En cuanto a las motivaciones relacionadas con el alto y el bajo poder, la literatura ha mostrado que los no poderosos están más motivados para afiliarse con los demás; en cambio, los poderosos están más motivados para incrementar la distancia social entre ellos y los demás (Case, Conlon, y Maner, 2015; Lammers, Galinsky, Gordijn, y Otten, 2008; Magee y Smith, 2013; Van Kleef y cols., 2008). Así pues, en la segunda línea de investigación encontramos que las personas poderosas, al estar menos motivadas a acercarse a los demás, tienden a suprimir aquellas emociones que cumplen una función afiliativa, como por ejemplo la tristeza.
En la tercera serie experimental nos enfocamos en la emoción de la ira y examinamos cómo el poder afecta a su expresión. Además, exploramos los motivos que subyacen a la expresión de la ira por parte de las personas poderosas y no poderosas. Tratamos este tema basándonos en la literatura que apoya que dicha emoción se puede expresar tanto de formas directas como indirectas (Kuppens, Van Mechelen, y Meulders, 2004; Linden y cols., 2003). Los resultados mostraron que las personas no poderosas (en comparación con las poderosas) anticipan que la expresión de su ira de manera directa puede tener más consecuencias negativas, y por tanto optan en menor medida por expresar su ira de esta forma. Sin embargo, estas personas optan más por expresan su ira de manera indirecta, compartiéndola con los demás. Este efecto del poder sobre la expresión de ira indirecta fue mediado por la motivación de las personas no poderosas para obtener control sobre la persona que les provocó la ira. Consideramos que estos resultados son importantes porque amplían el conocimiento previo sobre los efectos emocionales del poder social, y destacan el papel mediador que tienen los motivos sociales en la relación entre el poder y la expresión emocional.
