Este proyecto de tesis doctoral surge con el ánimo de transmitir el valor y la experiencia acumulada, a lo largo de los últimos ocho años, a través del trabajo pedagógico y colectivo desarrollado desde el Proyecto VegaEduca y la prioridad otorgada al papel que el hecho educacional juega en el reconocimiento del patrimonio cultural y agrario local, en nuestro caso la Vega de Granada, y las interrelaciones con otros movimientos sociales enraizados en el actual contexto global de ciudadanía en acción.
Decía Eduardo Galeano que “somos lo que hacemos, para cambiar lo que somos”.
Esa esencia es la que ha arropado, desde nuestro origen, la labor que ha guiado el impulso escolar transformador orientado a la construcción de competencias de ciudadanía y compromiso con la mejora del futuro que nos pertenece. Sentimos, desde nuestro proyecto, que tenemos que aprender a hacer para aprender a cambiar.
El doctorado en el que se inserta esta tesis sitúa al Patrimonio, en el sentido holístico del término, como objeto principal de atención en lo referente a su descripción o caracterización y en la función social que desempeña.
Las palabras claves que vertebran nuestro trabajo son las siguientes: Vega. Patrimonio - Espacio Agrario. EducAcción. Movimientos socio-ambientales. Ciudadanía. Habitar el común.
Pretendemos concentrar los esfuerzos en el estudio y análisis de cómo actuar en el conocimiento de la evolución histórica de nuestro patrimonio agrario y conseguir que la educación logre el anclaje con el común, con la necesidad de sentir cada paisaje, cada huerta, cada vega. Este estudio proyecta, en gran medida, sus anhelos en poner el foco de atención en la génesis y evolución del proyecto VegaEduca y someterlo a un análisis comparativo junto a otros movimientos socio-ambientales de reconocimiento de lo agrario.
Desde que un grupo de docentes nos pusimos a diseñar lo que podría ser VegaEduca como proyecto pedagógico hemos comprobado que la valoración y defensa de los espacios agrarios españoles -aún no suficientemente estudiados- necesitan de la sensibilización escolar, ciudadana, que posibilite sus posibilidades de regeneración, reconsideración y sustentabilidad. Las aulas pueden transformarse en un verdadero motor de cambio que apuntale la necesidad de recuperar la identidad, habitar el territorio, evitar su desaparición y frenar, en definitiva, nuestro propio exterminio como especie.
Esta dimensión social, ambiental, educativa, en nuestro caso a través de la capacidad que la educación debe ejercer en la custodia del patrimonio territorial, en particular el agrario, sirve de eje medular a este trabajo académico centrado en el deseo de fortalecer la construcción de una conciencia crítica sobre el valor de la conservación de cada parcela de la memoria histórica.
Hemos decidido afrontar la tarea bajo un enfoque multidisciplinar que posibilita dar a conocer campos de actuación de la puesta en valor del territorio a través del estudio de su ordenación y su valor como propuesta didáctica. Educación, Territorio, y Patrimonio. Cuestiones que no deben mantenerse alejadas de la participación ciudadana en acción. Estudiaremos y compararemos modelos que han apostado por la defensa y protección de la identidad común. Educar: aprender a defender el patrimonio milenario y su función social vital.
Nuestro trabajo se concreta, bajo estas premisas expuestas, en el análisis de algunos de los movimientos socioeducativos que han aparecido en un momento determinado de crisis moral, de desprecio al territorio valioso, prestando especial atención al estudio del caso VegaEduca, en contextos de dificultades y agresiones al patrimonio agrario. Queremos saber qué importancia ha tenido en cada experiencia social, ambiental, la dimensión educativa y en qué grado la sensibilización se ha convertido en agente protagonista de las experiencias de apropiación, recuperación y defensa de su entorno vivencial más inmediato. Esto exige abordar el estudio de la naturaleza de cada relato escogido, de sus agentes, logros, dificultades, esperanzas. Además queremos incidir en las dimensiones de enseñanza aprendizaje fundamentales que se han desarrollado en cada proceso.
Junto al pormenorizado estudio de nuestra experiencia denominada VegaEduca, construido mediante la suma de acción de un amplio grupo de centros escolares desde abajo, enfocamos la mirada en otras vegas, en otras luchas, en otras huertas. De Vega en Vega recorremos, a lo largo de este estudio, el arco mediterráneo para trasladarnos al Museo Escolar de Pusol en Elche; a Orihuela o la vega del bajo Segura; a Huermur, en Murcia capital; a Per L´Horta en Valencia y al Bajo Llobregat en Barcelona. Realidades cercanas, problemas similares, evoluciones diferentes, soluciones conjuntas.
Esta investigación pretende implicar a la comunidad educativa en el conocimiento, defensa, dinamización y disfrute del patrimonio de su territorio, en el marco de una educación para la ciudadanía básica. El objeto de estudio que proponemos nos sitúa en el análisis de este largo proceso de empoderamiento, de reclamación del patrimonio que nos pertenece como copropietarios, de defensa de los espacios agrarios y comprender el papel desempeñado mediante la sensibilización como vértice canalizador de esta conquista ciudadana.
El patrimonio del Arco Mediterráneo, conformado por un suelo de elevada fertilidad natural y excepcional uso agrario, ha sufrido en el último siglo un enorme desequilibrio y exterminio planificado. Desde Cataluña a Andalucía se hilvana la memoria ancestral del saber colectivo, de la sabiduría agraria. El delta del Baix Llobregat, l´horta de Valencia, la huerta de Murcia, la huerta del bajo Segura, el campo de Elche, son ejemplos de esta riqueza atesorada durante miles de años, fagocitada en escasos lustros. En nuestro contexto más próximo la Vega granadina ha experimentado un enorme desprecio al reposado diálogo con los cultivos que nos alimentan históricamente. El renovado rey Midas –poderoso don ladrillo especulador- y la destructiva rentabilidad que ha originado se han impuesto en el pódium del cortoplacismo. Resultado: la condena a presenciar la pérdida aproximada de un 30% / 40% de nuestro legado, de nuestros suelos, de las tradiciones, de nuestra riqueza comunal. Porcentaje similar a las tasas de desempleo de alguna de estas zonas generosas en recursos y de áspero paisanaje político.
Las razones que justifican esta investigación se asientan en la necesidad de encauzar la adquisición de comportamientos morales en aulas de responsabilidad, en plataformas ciudadanas comprometidas, en sociedades dotadas de comportamientos éticos, democráticos, responsables. El territorio global, por ende local, sufre amenazas severas, las escuelas no pueden mantenerse al margen de estos procesos. Ventilar las aulas es la cuestión, favorecer la llegada de discursos renovadores que trasvasen el caudal adquirido a las venas del asociacionismo, cooperativismo, emprendimiento, compromiso. Respirar ciudadanía en los centros escolares supone ejercerla, adquirirla, entrenarla, activarla antes de alcanzar la mayoría de edad.
En definitiva esta tesis, con todas sus limitaciones, aborda la ingente tarea de entender el componente educacional en los movimientos socioeducativos escogidos y buscar métodos, estrategias, en el reconocimiento y valoración de lo agrario. Visualizar y poner en común acciones que se pueden realizar en otros entornos o lugares comunes. Sumar esfuerzos, aunar fuerzas, que cierren las heridas de la desordenación del territorio, las venas abiertas que desangran la vida de las comarcas deshumanizadas, suponen un reto colectivo necesario para cambiar de rumbo hacia un modelo de convivencia que nos permita habitar el común.
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