Los edificios religiosos son una parte importante del patrimonio cultural, son documentos de nuestra herencia y tenemos la necesidad de preservarlos para el presente y para las futuras generaciones. El medio en el que está inmerso el patrimonio mueble es determinante, en la mayoría de las ocasiones, en la evolución de su estado de conservación. Estos forman parte de un ecosistema, donde los factores de medio físico, los edificios, los organismos vivos y la acción del hombre están íntimamente relacionados.
Las características esenciales de estos edificios son: a) su construcción (antiguas técnicas de edificación);b) espacios que no fueron diseñados como viviendas o como espacios de trabajo, c) uso discontinuo, d) edificios vulnerables por su decoración.
Originalmente, la mayoría de los lugares históricos de culto no estaban acondicionados, pero actualmente, estos edificios están siendo climatizados para proporcionar el confort térmico a los fieles y visitantes y para mejorar las condiciones del clima interior para la conservación de los edificios y de su contenido o para lograr una combinación de ambas. No obstante, los requisitos normales de climatización para el confort térmico pueden estar en conflicto con los de la conservación, y por lo tanto se necesita llegar a un equilibrio.
Muchos de estos recintos están siendo equipados de sistemas de acondicionamiento ambiental y, en muchos casos, de forma inadecuada. Así pues, para tratar estas cuestiones debemos cambiar la manera de intervenir en estos edificios existentes, de modo que reduzcamos los impactos negativos en su preservación y en el medioambiente.
En este momento nos encontramos en un contexto en el que Europa puede aplicar o no unos requisitos mínimos en estos edificios. Por lo tanto, este sector de la edificación queda eximido de tener que cumplir cierto requerimiento energético y las directivas europeas de eficiencia energética dejan al margen estos edificios. Sin embargo, la mayoría de expertos en el ámbito patrimonial tienen la opinión de que estos inmuebles no pueden quedar fuera de la adecuación energética; estas edificaciones son grandes consumidoras de energía, son poco eficientes debido principalmente al gran volumen que presentan y a su inercia térmica.
Así que con el fin de hacer frente a estos retos, es necesario desarrollar una metodología que pueda identificar el modo más adecuado de hacer este sector eficiente al mismo tiempo que respete su valor patrimonial.
El objetivo principal de esta investigación ha sido evaluar diferentes técnicas ambientales para mejorar tanto las condiciones de confort térmico de los feligreses como la preservación del patrimonio cultural de estos edificios.
La metodología utilizada evalúa la aplicación de técnicas ambientales pasivas y activas en las iglesias históricas localizadas en un clima mediterráneo. Esta ha sido desglosada en ocho fases, las cuales se han sucedido cronológicamente en el siguiente orden: 1. Toma de datos y recopilación de información básica.
2. Monitorización y realización de mediciones in situ, procesado y valoración higrotérmica.
3. Elaboración de modelos tridimensionales para la simulación del campo higrotérmico 4. Ajuste de los modelos informáticos a partir de las mediciones in situ.
5. Propuestas de mejoras del acondicionamiento ambiental de la muestra para la conservación y el confort térmico.
6. Simulación informática de las diferentes técnicas de acondicionamiento ambiental aplicada a la muestra.
7. Análisis y valoración individual de las condiciones ambientales tras la implantación de técnicas ambientales.
8. Análisis y valoración global de las condiciones ambientales de la muestra en su estado actual y tras las propuestas de acondicionamiento ambiental A partir del análisis de los diferentes indicadores de preservación del patrimonio, de confort térmico y eficiencia energética utilizados, se concluye que: • Las medidas higrotérmicas llevadas a cabo in situ en cada una de las iglesias objeto de estudio, nos ha permitido evaluar y caracterizar su comportamiento higrotérmico. Estos edificios poseen una elevada inercia térmica, derivada de sus sistemas constructivos.
• Las mediciones reflejan que las diferencias de temperatura y humedad relativa interiores (valores promedios) no son significativas, excepto en los meses más cálidos (finales de primavera, verano y principios de otoño).
• En todas las iglesias se han detectado humedades de capilaridad en la parte baja de los muros que provoca evaporación de agua y aumento la de la humedad ambiental interior.
• En cuanto a las condiciones de confort valoradas con el porcentaje PPD (porcentaje de personas insatisfechas) en todos los casos de estudio, y en régimen de libre evolución, se ha observado que: a) Prácticamente en el 100% del tiempo durante los meses de invierno no se alcanzan condiciones de confort en ninguna de las iglesias. b) Durante el periodo estival, los registros muestran los mayores porcentajes de tiempo dentro de los rangos adecuados para el confort térmico.
• En cuanto al riesgo de biodeterioro del contenido mueble (obras de arte) de las diferentes iglesias, el análisis de las mediciones in situ pone de manifiesto que: a )Durante los meses de primavera y verano es cuando tienen lugar los mayores periodos de riesgo alto de biodeterioro. b) Para el conjunto de la muestra (valor promediado), a lo largo de un año completo, existen algún tipo de riesgo de biodeterioro durante el 10% del tiempo registrado. c) La pluviometría tiene una notable influencia en el aumento del riesgo al biodeterioro.
• Del análisis del riesgo mecánico sobre el patrimonio mueble de las iglesias se concluye que las desviaciones de la humedad relativa tienen una mayor incidencia sobre la preservación de las obras de arte, pues el porcentaje de tiempo en riesgo es mayor que en las desviaciones de temperatura.
• Para validar los modelos de simulación higrotérmica en este tipo de edificios, es básico fijar adecuadamente la temperatura del terreno, ya que tiene gran influencia en los resultados.
• Las distintas técnicas ambientales pasivas consideradas en esta investigación no garantizan el confort a lo largo de un año, especialmente durante las estaciones de invierno y primavera.
• Las intervenciones que incorporan aislamiento térmico en el suelo de las iglesias repercuten desfavorablemente en el confort térmico de los feligreses, ya que se elimina su efecto como disipador térmico durante gran parte del año.
• En este trabajo de investigación se ha podido evaluar y estimar el consumo energético que supone la aplicación de distintos sistemas activos (instalaciones) en combinación con otros pasivos, observándose en casi todos los casos que la implantación de estas técnicas provocan en general, un gran consumo energético debido al gran tamaño e inercia térmica de los edificios.Los consumos energéticos oscilan entre 139 kWh/m2 (funcionamiento 24h), 98 kWh/m2 (funcionamiento 12h) y 15 kWh/m2 (funcionamiento uso). Según el documento básico HE Ahorro de energía existe unas limitaciones de consumo energético para edificios similares a los estudiados, entre 45-48 kWh/m2.
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