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Resumen de Competición en una maratón: efectos de parámetros cardiovasculares, composición corporal y hábitos nutricionales sobre el rendimiento de la prueba

Víctor José Fernández Torres

  • La importancia del ejercicio físico y su recomendación por la mayoría de especialistas para conseguir un nivel óptimo de salud es conocida por todos. Correr maratones se ha convertido en uno de los deportes populares que más está incrementándose en los últimos años. Los parámetros que afectan al rendimiento de la prueba son muchos y variados, y, aunque las investigaciones con atletas están extendidas, hay pocas realizadas con atletas de nivel amateur.

    Para ello contamos con una muestra de 16 atletas entrenados de nivel no profesional que corrieron una maratón, a los que se le pasó una encuesta para conocer su entrenamiento durante las últimas cuatro semanas antes de la competición, y que posteriormente fueron evaluados con pruebas antes (PRE) y después de la prueba (POST). En la fase PRE hicimos un test para conseguir su consumo máximo de oxígeno (VO2máx) y el cociente respiratorio (RER) mediante un protocolo de esfuerzo progresivo en tapiz rodante. También se obtuvieron parámetros derivados de Electrocardiograma (ECG) y Ecocardiograma (ECO), Absorciometría de Energía Dual de Rayos X (DXA) para conocer la composición corporal de los atletas, y un análisis de la dieta por el método de la pesada de la última semana antes de la competición. Además, otras pruebas fueron realizadas tanto PRE como POST, como fueron la Bioimpedancia para analizar el contenido de agua corporal, tomas de sangre para analizar niveles de Creatinquinasa (CK), tensión arterial y frecuencia cardiaca (FC), y autopercepción del esfuerzo mediante escala de Borg.

    Tras dividir la muestra en dos grupos, según la marca conseguida en la prueba, en grupo "rápido" y grupo "lento", se determinó que el porcentaje de velocidad máxima se correlaciona fuertemente con la marca de la competición, (r=-0.8; p<0.001), encontrando que aquellos que son capaces de correr a una mayor intensidad de su velocidad máxima, poseen una mejor marca en la maratón. Asimismo, hubo una asociación negativa entre los kilómetros recorridos en el mes antes de la competición (r=-0.7, p<0.001) demostrando que un mayor volumen de entrenamiento conlleva a una mejor marca en la prueba. Por otro lado, la masa grasa total y el % de masa grasa (r=0.8, p<0.001; para ambas) se asoció positivamente con la marca en la prueba. El agua corporal total disminuyó justo al acabar la prueba (POST) sin ser significativo (p=0.94) pero aumentó a las 4h y a las 24h de recuperación con respecto a POST (1.1 kg y 1.6 kg respectivamente en cada grupo, p<0.01) observando mayor recuperación en el grupo de los rápidos (p<0.05).

    La ingesta de hidratos de carbono fue mayor en el grupo de los rápidos que en de los lentos (p<0.05), siendo los gramos ingeridos de fructosa y fibra vegetal asociados positivamente con el rendimiento en la prueba (r=-0.6, p<0.05, para ambas asociaciones). La ingesta de lípidos y alcohol es mayor en el grupo de los lentos mostrando una disminución del rendimiento en la prueba (p<0.05, para ambas asociaciones). La ingesta de cafeína es mayor en el grupo rápido (+89%; p<0.05), a la vez que de vitaminas A, B, C, D, E y K (p<0.05). También la ingesta de minerales fue mayor en el grupo de los rápidos.

    Los kms. entrenados al mes y la media a la semana se correlaciona con el VO2max absoluto (r=0.7, p<0.001; para ambas asociaciones). A su vez, los años practicando maratones se asocia directamente con el VO2max relativo al peso (r=0.5, p<0.05), presentando el grupo rápido unos valores incrementados del 14% en VO2max absoluto (p<0.05).

    En cuanto a los parámetros cardiovasculares, el grupo que terminó más rápido muestra un 39% más de volumen de aurícula izquierda (VOLAI) comparado con los lentos (p<0.05). A su vez, el grupo de rápidos presenta mayor clasificación de bradicardia (χ2=5.33, p<0.05), mostrando también una correlación inversa entre frecuencia cardíaca en resposo y tiempo en la maratón (r=-0.6, p<0.05). Si nos centramos en la frecuencia cardiaca, tenemos un aumento de +35 latidos justo al finalizar la prueba, permaneciendo aumentado +21 latidos a las 4h y volviendo a los niveles basales PRE a las 24h. Por el contrario, la presión arterial asistólica disminuye de PRE a POST ~23 mmHg tras realizar la maratón (p<0.001), y aumenta desde ese punto a las 4h (~12 mmHg), continuando aumentando hasta las 24h (~21 mmHg), sin que la presión arterial diastólica demostrara cambios ni interacción entre grupos de manera significativa.Los valores de CK aumentaron tras 24h en un 35% respecto al valor basal (p<0.001).

    Nuestro estudio demuestra que la edad es un factor determinante a la hora de conseguir realizar una mejor marca en maratón. También se confirma que el aumento de la grasa corporal es un factor limitante a la hora de conseguir una mejor marca, aunque la mayor cantidad de masa magra no es concluyente a la hora de mejorar la marca. La ingesta de macronutrientes (hidratos de carbono, lípidos y proteínas) son similares a las recomendaciones calóricas diarias para nuestros sujetos. Para conseguir igualar la ingesta a la de los atletas de elite se necesita una ingesta mayor de hidratos, ya que la ingesta de lípidos y proteínas se ve satistecha con una dieta normal. Del mismo modo, la ingesta de vitaminas y minerales se ve superada a lo recomendado, y se asocia a una mejor marca en la prueba.

    En concordancia con los resultados anteriores, el VO2max se asocia con la edad, siendo los corredores más jóvenes los que presentaban mayor VO2max y por lo tanto mayor rendimiento en la prueba, viendo evidente que la mejora de parámetros respiratorios con el entrenamiento de resistencia. También se demostró que hay una serie de cambios estructurales del corazón asociados al entrenamiento de maratón, como más volumen en la aurícula izquierda (VOLAI), siendo necesario un estudio de esos cambios con problemas cardiacos en un futuro. Asimismo, la FC en reposo es menor en el grupo rápido, pudiendo ser debido al aumento del volumen del corazón (Vol. sistólico) con el entrenamiento, ya que se sabe que el gasto cardíaco en reposo no cambia en personas entrenadas, disminuyendo por tanto la frecuencia cardíaca por la fórmula de GC= FC x Vol. sistólico.

    Finalmente, podemos afirmar que la marca en la prueba está estrechamente relacionada con la composición corporal, ya que se han obtenido ecuaciones con gran potencia estadística en la regresión lineal tanto con el IMC como con la grasa corporal.


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