María del Rosario Conejero Gómez
La aterosclerosis es la principal causa de muerte y discapacidad prematura en el mundo desarrollado, siendo múltiples factores de riesgo de carácter sistémico los que favorecen su desarrollo. Afecta preferentemente determinadas regiones y produce manifestaciones clínicas singulares dependiendo de su localización. Así, la enfermedad aterosclerótica produce una lesión focal, afectando así en arterias coronarias, en la porción proximal de la descendente anterior, porción proximal de arterias renales, bifurcaciones carótidas y bifurcaciones femorales, dando lugar en este tipo de lesiones a un flujo turbulento.
En las últimas décadas los niveles de lípidos son la diana de múltiples terapias y se ha demostrado que su disminución mejoran el pronóstico y disminuyen el numero de eventos cardiovasculares. Además, las estatinas en concreto presenta un ¿efecto antiinflamatorio¿ independiente del efecto antilipemiante. La mayoría de estos efectos están estudiados en patología coronaria y carotidea, en menor medida en patología femoral.
En estos dos grupos de patologías femoral y carotidea, donde el tratamiento con estatinas, estando claramente recomendado, no está tan implantado en la práctica clínica diaria como a nivel coronario.
Por ello nos planteamos cuál era la situación de estas patologías en nuestra población y la morbimortalidad en nuestro grupo, y así estudiar y conocer los determinantes que podemos modificar en nuestra práctica clínica para la mejoría de nuestros resultados.
Los nuevos avances en genoma y proteomica en arterosclerosis, nos indican que existen gran cantidad de proteínas secretadas por la placa de ateroma implicadas en la evolución de la enfermedad y que en un futuro pueden tener un importante uso clínico.
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