Se realiza un análisis teórico de la determinación de la jornada de trabajo y su relación con el resto de variables que caracterizan el mercado laboral.
El interés se centra en el horario de trabajo y en su flexibilidad. Para ello se define la jornada a través de dos variables: el momento de inicio y la duración, y sobre esta base se construyen dos modelos. El primero es un modelo de equilibrio general con trabajo a turnos. En él se pone de manifiesto cómo la existencia o no de restricciones de capital condiciona los tipos de jornadas que se van a realizar. El segundo es un modelo de los denominados de emparejamiento o "matching" donde empresas y trabajadores difieren respecto a sus preferencias acerca del horario. Como resultado del equilibrio se determina el intervalo de horarios en el que transcurren las jornadas y que se considera un indicador de la flexibilidad de horarios.
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