Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


Estudio sobre la utilidad de la SPECT cerebral con HMPAO-Tc99m y la evaluación psicológica en el diagnóstico de la afección neurológica de la enfermedad de behçet

  • Autores: Francisco José García Hernández
  • Directores de la Tesis: Julio Sánchez Román (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Sevilla ( España ) en 2002
  • Idioma: español
  • Número de páginas: 134
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Pedro Sánchez Guijo (presid.), José Rafael Chacón Peña (secret.), Joaquín Calap Calatayud (voc.), Ignacio Montero de Espinosa (voc.), Francisco Gomez Rodriguez (voc.)
  • Materias:
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: Idus
  • Resumen
    • El reconocimiento de la enfermedad de Behçet corresponde a fechas relativamente recientes. Sin embargo, Hipócrates ya describió una fiebre caracterizada por afección orogenital y ocular, que en muchos casos conducía a la ceguera. Con posterioridad, no fue hasta entrado el siglo XX cuando diversos autores (Blüthe, Planner, Remenowsky, Adamantiades) encontraron en diversos enfermos la asociación de úlceras orogenitales con iritis. No obstante, estos autores atribuyeron tales síntomas a infecciones ya conocidas (estreptococo, lúes, tuberculosis). En 1937, el dermatólogo turco Hulûsi Behçet publicó sus observaciones en 2 pacientes que presentaban úlceras orales y genitales recurrentes e iritis con hipopion. Uno de ellos asociaba eritema nodoso, y desarrolló ceguera secundaria a uveítis. Al estudiar muestras histológicas procedentes de las ulceraciones de ambos pacientes, descubrió cuerpos de inclusión y propuso una etiología vírica para este cuadro clínico. En los 3 años siguientes, Behçet describió 4 nuevos casos, y reclamó la consideración de este complejo sintomático como una nueva enfermedad. Su aceptación por la comunidad médica fue inicialmente difícil, dada la descripción reciente de diversos síndromes óculo-muco-cutáneos, como los de Reiter y Steven-Johnson, que podían superponerse al nuevo cuadro apuntado por Behçet. Con posterioridad, diferentes autores encontraron que la triada inicialmente considerada se asociaba en muchos coas con afección de otros órganos: - Hipersensibilidad cutánea a la punción con aguja o fenómeno de patergia (Blobner, 1937). - Vasculitis cutánea (Touarine, 1941). - Sistema nervioso central (SNC) (Berlín, 1944). - Sinovitis, tromboflebitis (Adamantiades, 1949). - Inflamación de grandes arterias, con o sin formación de aneurismas (Fakuda, 1977). - Ulceraciones intestinales (Baba, 1981). Los objetivos de este trabajo son: 1.- Determinar la utilidad de la SPECT cerebral con HMPAO-Tc99m y los exámenes psicométricos en el diagnóstico de la afección neurológica de la EB. 2.- Comparar el rendimiento diagnóstico de la SPECT cerebral y los exámenes psicométricos con el de la RMN en la afección neurológica de la EB. 3.- Valorar el significado de síntomas neuropsiquiátricos de difícil interpretación (cefalea, cambios del estado de ánimo), frecuentes en una enfermedad con importante prevalencia de la afección neurológica, y relacionar su presencia o ausencia con la existencia de alteraciones demostradas mediante SPECT y/o exámenes psicométricos. 4.- Comprobar si existe correspondencia entre el patrón psicopatológico y los hallazgos en imagen de perfusión cerebral. 5.- Comprobar si existe un patrón psicopatológico común en los pacientes estudiados y, eventualmente, si pueden identificarse subtipos en ese patrón. Conclusiones: 1.- La RMN cerebral apareció alterada en el 40% de los pacientes estudiados. Encontramos alteraciones en la RMN cerebral de los pacientes con EB tanto en casos con clínica neurológica como en aquéllos que carecían de antecedentes neurológicos. 2.- Encontramos en nuestros pacientes los 3 tipos de alteraciones de la RMN cerebral descritos en pacientes con EB: lesiones vasculíticas (las más frecuentes), atrofia de estructuras del SNC (cerebral o cerebelosa) y TVC. La frecuencia con que se encontraron cambios atróficos fue sorprendentemente alta, si bien su significación es incierta. 3.- La edad media de los pacientes con alteraciones en la RMN cerebral tendió a ser significativamente superior (p = 0,05) a la edad de los pacientes que carecían de ellas. 4.- La prevalencia de alteraciones en la RMN cerebral fue superior entre los pacientes con alteraciones neurológicas, y la diferencia respecto a los pacientes sin tales antecedentes (52,94% frente a 23,07%) se aproximó a la significación estadísticas (p<0,1). La misma tendencia a la significación se mantuvo cuando sólo se consideró la existencia de lesiones vasculíticas en la RMN. La prevalencia de alteraciones en la RMN en pacientes con clínica neurológica de las 2 categorías consideradas fue muy similar, si bien el grupo de pacientes con alteraciones neurológicas de difícil interpretación era muy pequeño para permitir extraer conclusiones limitadas a dicho grupo. 5.- No encontramos diferencias significativas en la prevalencia de alteraciones de la SPECT cerebral entre pacientes con y sin alteraciones neurológicas, ni entre pacientes con afección neurológica definida y aquéllos con alteraciones neurológicas de difícil interpretación. Los resultados obtenidos al estudiar a los pacientes con alteraciones neurológicas de difícil interpretación no permiten extraer conclusiones, dado el pequeño número de pacientes que lo componían. 6.- El hallazgo más habitual en la SPECT cerebral consistió en áreas de hipocaptación, con mayor frecuencia múltiples. Sólo un paciente tenía un área hipercaptante, pero asociada a otras hipocaptantes. 7.- La prevalencia de alteraciones en la SPECT cerebral superó a la hallada en la RMN, tanto para la serie completa de pacientes (73,33% frente a 40%) como para los distintos subgrupos establecidos por la existencia (82,35% frente a 52,94%) o no (61,53% frente a 23,07%) de alteraciones neurológicas, y en las distintas categorías de alteraciones neurológicas definidas. No podemos extraer conclusiones sobre el subgrupo de pacientes con alteraciones neurológicas de difícil interpretación por su pequeño tamaño. 8.- La SPECT estaba alterada con una frecuencia significativamente superior a la RMN (22 frente a 12 de los 30 pacientes, p<0,02) en el grupo completo de pacientes con EB. La diferencia en el número de pacientes con alteraciones fue también significativa en el subgrupo de pacientes sin antecedentes neurológicos (p<0,05), y tendió a serlo en el subgrupo de pacientes con alteraciones neurológicas (p<0,08). 9.- Todos los pacientes con lesiones vasculíticas en la RMN tuvieron, a su vez, una SPECT alterada. Al contrario, la existencia de alteraciones en la SPECT no se correspondió necesariamente con la existencia de alteraciones en la RMN. 10.- La prevalencia de alteraciones cognitivas entre los pacientes de nuestra seria fue baja, sin que existieran diferencias significativas entre pacientes con y sin afectación neurológica. 11.- El funcionamiento cognitivo global del grupo control fue significativamente inferior (p<0,03) al del grupo de estudio. Creemos que esta diferencia puede atribuirse al número reducido de pacientes que formaron el grupo control, pues no se encontraron diferencias significativas al comparar cada variable cognitiva por separado. 12. La diferencia entre el número de pacientes con alteraciones en la batería de exámenes cognitivos y en la RMN no fue significativa, tanto al considerar al grupo completo de pacientes con EB como al estudiar a los diferentes subgrupos. En cambio, el número de pacientes con alteraciones en la SPECT fue significativamente superior al de pacientes con alteraciones en la batería cognitiva, tanto al considerar al grupo completo de pacientes con EB (p<0,002) como a los pacientes con y sin afectación neurológica por separado (p<0,003 y p<0,008, respectivamente). La significación estadística de la diferencia se mantuvo tras agrupar a los pacientes con resultado límite en los exámenes cognitivos con los pacientes con resultado alterado. Nuevamente, el número de pacientes con alteraciones neurológicas de difícil interpretación no permitió extraer conclusiones específicas para este subgrupo. 13.- Ninguna de las 3 pruebas diagnósticas evaluadas demostró tener la fiabilidad necesaria para ser considerada ideal. Cuando se considera como referencia el diagnóstico clínico de afección definida del SNC, la SPECT fue la prueba más sensible (84,61%) y los exámenes cognitivos constituyeron la más específica (77,78% y 94,44%, según se consideraran los resultados límite como alterados o como normales, respectivamente). La sensibilidad y especificidad de la RMN se situaron entre los valores de estas 2 pruebas (sensibilidad 53,84% y especificidad 70,58%). Los valores predictivos positivo y negativo de las 3 pruebas diagnósticas evaluadas oscilaron entre el 50 y el 75%). 14.- Los exámenes cognitivos tuvieron la menor sensibilidad diagnóstica de todas las pruebas evaluadas. Aunque su especificidad fue la más elevada, su alta tasa de falsos negativos desaconseja su uso en la práctica clínica diaria. 15.- La prevalencia de alteraciones en el MMPI fue alta, tanto entre los pacientes (sólo un caso normal y 6 con resultados límite de los 31 evaluados) como entre los controles (ninguno de ellos obtuvo una puntuación normal). No encontramos diferencias significativas en el resultado del MMPI entre pacientes y controles, ni entre pacientes con y sin afectación neurológica. La mayor prevalencia, estadísticamente significativa, de alteraciones del MMPI entre pacientes con aftas genitales creemos que se deber al corto número de pacientes de nuestra serie con esta manifestación clínica. 16.- Las escalas del MMPI que predominaron en el grupo de pacientes fueron, por orden de frecuencia, la 2 (depresión), la 1 (histeria) y la 8 (hipomanía). La escala 2 (depresión) fue significativamente más frecuente entre pacientes con afectación neurológica definida que entre el resto de pacientes. La escala de organicidad (una escala denominada de investigación) fue significativamente más frecuente entre pacientes que entre controles, lo que sugiere que muchas quejas somáticas de los pacientes con EB, interpretadas como funcionales con frecuencia, pueden tener una base orgánica. 17.- Los tipos MMPI más frecuentes fueron el 21 y el 28. Nuestros hallazgos definen un perfil de personalidad peculiar de los pacientes con EB (considerados como grupo). Sus características fundamentales son: formulación de quejas somáticas múltiples, ansiedad y sentimientos disfóricos subyacentes, introversión y retracción frente a las relaciones sociales, y escasa autoconfianza. 18.- Después de un periodo de seguimiento prospectivo prolongado, ninguno de los pacientes son SPECT cerebral alterado y sin antecedentes neurológicos, o que referían sólo síntomas neurológicos de difícil interpretación, desarrolló un brote de NB. Así, creemos que esta técnica carece de valor para delimitar un grupo de pacientes de riesgo para el desarrollo de NB, y sus alteraciones no son indicativas, per se, de la necesidad de iniciar tratamiento con glucocorticoides y/o inmunosupresores. 19.- Sólo 2 pacientes fueron evaluados durante un brote neurológico agudo, y uno de ellos había sufrido previamente brotes de NB. Aunque la existencia de alteraciones en la SPECT cerebral de la paciente con un primer brote de NB, en ausencia de alteraciones en la RMN, sugiere un papel importante de la SPECT en esta situación, no se pueden extraer conclusiones similares a partir de casos aislados.


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus

Opciones de compartir

Opciones de entorno