Las capillas musicales de las catedrales y templos españoles fueron auténticos centros de formación musical. La documentación en ellos conservada tendrá unagran importancia por el aporte de toda una serie de testimonios, vestigios que contribuirán a ampliar el conocimiento acerca de los diferentes personajes y obras musicales que tantos años de historia han generado.
Hasta hace relativamente poco tiempo,el siglo XIX se presentaba, en lo relacionado con la música religiosa, como una centuria carente de referencias y casi desconocida en nuestra historia musical, existiendouna exigua investigación y publicación al respecto.Los estudiosmusicológicos dieron preferencia al medievo, al renacimiento, a la exuberante época barroca, a estudiar incluso las relaciones musicales con Hispanoamérica....en definitiva, a redescubrir nuestra música más lejana sin apenas ofrecer inquietud por completar lo que teníamos más cerca: el siglo XIX.
Este hecho ha sido general en la musicología, tanto nacional como extranjera.En consecuencia, la musicología internacional se ha desentendido de la España del XIX, derivándose por tantoque nuestro país no aparezca prácticamente en las grandes monografías que sobre el XIX se escriben, cuestión que no sucede con otros siglos.
Por fortuna, esta situación en los últimos años está cambiando y hoy sabemos bastantes máscosas. El hecho de que la disciplina musicológica esté íntimamente ligada al tema catedralicio, favorece e incita a que los diferentes estudios acrecienten en número y nos acerquena un mayor conocimiento denuestro pasado musical.
Esta realidad hace posible la presentación del actual trabajo de investigación, que desde lahumildady respeto del principiante, se ofrece y se predispone para colaborar en la recuperación de parte del legado heredado de sociedades pasadas, intentando con ello contribuir al conocimiento y enriquecimiento de nuestro patrimonio musical para/con la denostada y ya, cada vez menos, desconocida época decimonónica.
El estudio que aquí ve la luz está basado en la investigación previallevada a cabo como trabajo de investigación de doctorado para la acreditación del DEA. Sobre esta base,el estudioha seguido su curso con la profundización, ampliación y cumplimentación de toda aquella nueva información localizada y recuperada en torno a la vida y obra de Evaristo García Torres, maestro de capilla de la catedral hispalense durante la 2ª mitad del siglo XIX.
Nuestro protagonista nace en Santo Domingo de la Calzada en 1830. A la cercana edad de diez años, en agosto de 1839 (por otra parte algo común para el aprendizaje musical), inicia su educación musical como alumno interno en el colegio de Santa Cruz de Burgos, donde se formó en canto, órgano y composición. Junto a estos estudios musicales tomó lecciones en otras disciplinas importantes para su instrucción como latín, religión y moral. Transcurridos estos primeros años de formación en Burgos, obtendrá el beneficio de maestro de capilla en la catedral palentina después de opositar a la misma en 1854. Pasados seis años, y tras las pertinentes oposiciones, García Torres ocupará idéntica plaza en la catedral de León, en 1860, precedida esta de varios intentos al mismo puesto para las respectivas catedrales granadina y zaragozana.
Finalmente, llega a Sevilla en 1864 para participar mediante oposición al beneficio vacante que ha de tener unido el oficio de maestro de capilla de la catedral sevillana, tomando posesión a dicho beneficio el 12 de octubre de 1864.
Los datos que se muestran en la presente investigación pretenden ofrecer una visiónlo más amplia posiblede la vida y obra de nuestro músico en base a la documentación existente; el análisis de su trayectoria,los acontecimientos sociales que le tocó vivir serán,junto a las características musicales propias de su creación compositiva, otros de los aspectos fundamentalesen el proceso constructivo en este estudio que a continuación se expone.
Tal y como se explicita en el título, la delimitación espacio-temporal se centra en la Sevilla de la 2ª mitad del s.XIX; estableciendo como marco cronológico los años que estuvo al frente del magisterio de capilla Evaristo García Torres, de 1864 a 1902; aunque también se incluye en el análisis los itinerarios particulares que nuestro protagonista tuvo hasta su llegada a Sevilla.
Igualmente resaltar que hemos elaborado el catálogo general de toda la producción musical de García Torres. Este incluye 120 obras localizadas hasta el momento, siendo mayoritariamente religiosas y vocales. La mayoría de las composiciones tienen el texto latino (88 frente a 32 con texto en castellano). Son escasas las obras que contienen copias y/ o arreglos para plantillas vocales o instrumentales diferentes. Podemos establecer dos etapas en la producción musical de Evaristo García Torres:
1.- En su primera etapa, de formación (1839 a 1864), en un estilo eminentemente clásico, sencillo, equilibrado y proporcionado en la forma compositiva, siendo ésta la rúbrica que acompañe a Evaristo en sus inicios como compositor y maestro de capilla (en Palencia y León);
2.- En su segunda etapa, este estilo musical y personal irá madurando y evolucionando hacia una nueva estética que comienza a asomarse por entonces en España, fruto del influjo italianizante, el resurgimiento de la zarzuela, y la poderosa influencia que tuvo la figura de Hilarión Eslava en todos aquellos (maestros de capilla) que debían ejercer los puestos de mayor responsabilidad musical en las catedrales españolas.
Así pues, la figura de Evaristo García Torres aunará diversos aspectos relevantes: 1) fue un músico importante en la teórica y práctica en la 2ª mitad del s. XIX; 2) trabajó en diversas catedrales españolas como maestro de capilla (Palencia, León y, finalmente, Sevilla); y 3)realizó un gran esfuerzo en elevar ostensiblemente el nivel artístico de su Capilla vocal e instrumentalde la catedral hispalense estuviera a la altura de tan insigne templo, dado que disponía de escasos medios para dignificar las ceremonias religiosas, todo ello a base de ilusión, entrega y esfuerzo. La interpretación de su música se llevará a cabo dentro de su especial manera de entender la composición y ejecución de las mismas, legando una obra musical de buena calidad y considerable belleza, merecedoras de formar parte del repertorio de los actuales coros y orquestas.
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