Objetivos: Historiadores contemporáneos como Antonio Domínguez Ortiz, Carlos Martínez Shaw o Pablo Emilio Pérez-Mallaína Bueno han resaltado, en diferentes ocasiones, la falta de atención de las autoridades y de la historiografía nacional y regional, así como el desconocimiento general, sobre los marinos destacados de la Carrera de Indias. Eran almirantes y generales, que al mando de grandes flotas y con una gran responsabilidad sobre sus hombros, atravesaban el Atlántico afrontando múltiples peligros bajo unas condiciones muy duras. Son ya clásicos los comentarios de Sir John Elliott: "Nuestro conocimiento sobre la biografía de los españoles, incluso la de aquellos de gran importancia histórica, es terriblemente limitado. Peor es aún el desconocimiento casi absoluto en el que hay que moverse con personajes de segunda fila, pero de gran importancia en la vida del país. Decía Pérez-Mallaína en 2007: "Por el momento, para los marinos españoles de la Carrera de Indias no contamos con estudios modernos de conjunto que, a través de la perspectiva de análisis prosopográficos o de redes familiares y de poder, hayan presentado una valoración conjunta de esos personajes". No me cabía ninguna duda, con estos prolegómenos, un pasado de marino de guerra profesional y el contar con la fortuna de tener como director de la tesis al profesor Pérez-Mallaína, que el tema a investigar sería uno de los muchos generales destacados de la Carrera de Indias. De esta forma podía contribuir a dar a conocer a grandes marinos que afrontaron duros trabajos, atravesando el Atlántico en múltiples ocasiones, con una gran responsabilidad sobre sus hombros. La gran mayoría son hoy día unos desconocidos, y parece justo presentarlos, aunque sea tardíamente. A la hora de elegir personaje, Don Manuel López Pintado tenía cierto atractivo al discurrir su vida en Sevilla, mostrarse en un cuadro de la Torre del Oro y construir un magnífico palacio que reflejaba su poderío económico. Al final del trabajo veremos una figura polifacética que, supo moverse con soltura en la Sevilla de principios del siglo XVIII. Desarrollo: A lo largo de ocho capítulos, seguiremos a una persona ascendiendo en el ámbito económico, militar, naval y social, gracias a su buena fortuna, capacidad de trabajo, habilidad política en el manejo de su entorno, decisión e inteligencia. Inicia sus actividades navales a finales del siglo XVII y enseguida sabe asociarse a personas influyentes del Consulado de comercio sevillano, que lo tutelarán y ayudarán en sus negocios clientelares. Ingresa en la Marina y se convierte en un híbrido de marino-comerciante, figura que desaparecerá en poco tiempo con la reorganización naval llevada a cabo por Felipe V. López Pintado va a seguir las pautas marcadas en la sociedad sevillana para alcanzar una destacada situación en lo económico y lo social. Los padrinos, tutores, buenos contactos y los servicios a la Corona, le permitirán el acceso a honores y prerrogativas que le encumbrarán y facilitarán el contacto con la nobleza y las familias principales. De esta forma, se le ampliará el ámbito de sus negocios hasta llegar a ser una de las figuras más destacadas y poderosas en el comercio sevillano del siglo XVIII. Comentaba Isabel de Farnesio al duque de Riperdá en enero de 1725: el marqués de Tous, Varas y López Pintado manejan a su antojo el consulado sevillano. Consigue la limpieza de sangre, el hábito de la Orden de Santiago, la hermandad del Santo Oficio, la alcaldía de Bollullos de la Mitación y la veinticuatría del cabildo hispalense. Según la historiadora Márquez Redondo sería uno de los tres caballeros veinticuatros más destacados del siglo XVIII. Repartirá su actividad entre la mar y la tierra y mandará varias expediciones navales a Nueva España y Tierra Firme. Con estas actuaciones, además de satisfacer a la Corona van a enriquecerlo, al participar de las actividades mercantiles, directamente, o a través de un grupo clientelar de familiares y amigos que mantiene en su entorno. Como hacendado y cosechero será de los máximos cargadores de frutos de la tierra andaluces. Ascendido a la máxima categoría militar y tras recibir un marquesado de la Corona, muestra de lo que es capaz un toledano que había llegado a Sevilla en la pubertad sin apenas recursos. Conclusión: López Pintado va a mostrar que todavía en la primera mitad del siglo XVIII ese tipo de marino-comerciante es capaz de desarrollar una impecable carrera militar, la cual, además de rendir extraordinarios servicios a la Corona, le sirve para mejorar su estatus y ascender hasta la cúspide militar, económica y social de Sevilla; que en este caso particular fue la ciudad de adopción escogida por nuestro protagonista. Este trabajo rinde culto a una persona que con tesón, habilidad y trabajo supo alcanzar las mayores cotas, probablemente inimaginables para el muchacho recién llegado a Sevilla
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