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Condiciones sociales y atributos actuales de la convivencia familiar: una aproximación al origen y consecuencias de la familia diluida

  • Autores: Mª Jesús Cámara Muñoz
  • Directores de la Tesis: Miren Josune Aguinaga Roustan (dir. tes.)
  • Lectura: En la UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia ( España ) en 2013
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: José Félix Tezanos Tortajada (presid.), María Jesús Funes Rivas (secret.), Rosario Sampedro Gallego (voc.), Gerardo Meil Landwerlin (voc.), Gerardo Hernández Rodríguez (voc.)
  • Materias:
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • Desde la década de los setenta del pasado siglo, la aceleración que acompaña a todo aquello en lo que el ser humano interviene afecta también al ámbito social, de modo que la familia, su organización y funcionamiento, tampoco se ha podido sustraer a una transformación empujada por los cambios vertiginosos que afectan a todos los espacios, sociales y no sociales. Estos cambios se pueden presentar agrupados en dos grandes conjuntos, aunque en la realidad están estrechamente interrelacionados. Por un lado, en lo que atañe a los miembros de la familia, se presentan numerosas novedades. Los roles paternos se han modificado: el padre ya no ejerce el papel distintivo de autoridad máxima, a la madre ya no se le atribuye la exclusiva labor familiar que la mujer ha realizado durante siglos y cada vez en mayor número se ha incorporado a la actividad laboral remunerada; además, el aumento de la esperanza de vida y la variedad de oportunidades de realización personal que ofrece la sociedad han hecho que los intereses individuales y personales de ambos progenitores no se abandonen como ocurría antes al aparecer los hijos. Estos, por su lado, reciben desde más tempranamente su educación y convivencia separadamente de la familia, se incorporan más temprano a una organización social más diversa, con estilos de vida menos estables que en épocas anteriores. Estos y otros profundos cambios conducen a una modificación del sistema de relaciones en la institución familiar, de la propia relación de la pareja y entre padres e hijos, y de la redistribución de los equilibrios de poder mantenidos hasta ahora en el grupo, en el que a menudo la cohesión, la disciplina y el orden son desplazados por la relajación, la transigencia y la negociación. Por otro lado, como el sistema de aprendizaje socializador en la familia no es estanco ni permanentemente estable, recibe el desafío constante de otros espacios de relación; por tanto, absorbe influencias y sufre en consecuencia modificaciones de diversa importancia en cada momento, que son al menos condicionantes, si no limitadoras, de la labor de socialización familiar. Cuanto más potente es la influencia exterior a la familia, lógicamente menor es la recibida de ésta. Esto viene a significar una disociación entre las creencias, incluidos los mitos relativos a la familia como institución, que los padres tratan de inculcar a sus hijos y las que los hijos van adquiriendo por sí mismos. A mayor distancia de los hijos respecto a los mitos sobre la familia y las pautas de actuación, más complicada es la convivencia, sobre todo para los padres, quienes ven que la sobredosis de realidad que reciben sus hijos, cada vez más tempranamente, les aleja de su influencia, control y poder, y de paso les dificulta la labor socialmente atribuida, y personalmente interiorizada, de ocuparse de la educación de sus hijos y de que tal educación se produzca según un modelo consolidado. Todo ello confluye en un proceso individualizador, que aúna en sí todas las influencias modernas de la globalización y de Internet, y en general el tipo de relaciones que impone el desarrollo y uso de los medios soportados por la tecnología digital y audiovisual, que tendrían ahora la iniciativa en la tarea de socialización de los individuos, labor que durante siglos se han disputado la familia, la Iglesia y el Estado. También son esenciales la promoción del hiperconsumo, la alteración de los antiguos modelos estables de relación laboral y estructuras de producción, la incorporación masiva de la mujer al trabajo remunerado (quien anteriormente ocupaba un lugar central en la socialización de los nuevos miembros de la familia), la consiguiente redistribución de poder en el seno de la propia familia con el abandono del padre de su posición preeminente anterior. El concepto de ¿familia diluida¿ corresponde a unas relaciones familiares diluidas, donde el armazón de relaciones, compromiso, comunicación y cohesión familiares de épocas anteriores es deteriorado por el avance imparable de un vasto proceso social en cuyo devenir descuellan, entre otros agentes citados más arriba, los procesos de globalización, de comunicación digital y de individualización. Los atributos de la individualización son los que mejor cuadran a la familia diluida, pero también los del feminismo. Ambas corrientes se consideran claves en la explicación de la transición de la familia nuclear a la familia llamada posmoderna, y de ahí a la familia diluida que se propone en esta tesis.


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