Sobre los usos políticos de la memoria: la actualidad del 'Problema de España'

• Autores: Manuel Artime Omil
• Directores de la Tesis: Antonio García Santesmases (dir. tes.)
• Lectura: En la UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia ( España ) en 2014
• Idioma: español
• Tribunal Calificador de la Tesis: José María Hernández Losada (presid.), Francisco Colom González (secret.), Antolín Sánchez Cuervo (voc.)
• Materias:
  • Filosofía
    • Filosofía social
      • Filosofía de la historia
      • Filosofía política
• Enlaces
  • Tesis en acceso abierto en: hdl.handle.net
• Resumen

  • Goza hoy de alguna actualidad el 'Problema de España'? ¿Qué sentido tiene seguir alimentando los viejos desvelos por el devenir nacional? ¿No tenemos acaso problemas más urgentes que demandan dirigir nuestra mirada al presente? ¿No son suficientemente dramáticas las penurias económicas para dejar a un lado aquellos irresolubles debates identitarios y las querellas sobre el pasado? Para una parte importante de la inteligencia española la cuestión política debe estar delimitada respecto a las preocupaciones históricas y particularistas. España estaría perfectamente integrada en las naciones de su entorno, lo que le permitiría mirar al presente con ojos de futuro, sin necesidad de interrogarse acerca de deudas históricas o de injusticias estructurales que pudieron quedar sin resolverse. Todo tiempo pretérito debe ser considerado una pieza de museo o de archivo, que en nada puede conmover a las instituciones vigentes, un objeto de estudio reservado exclusivamente a historiadores. Sin embargo, para otra parte de la sociedad española, una parte que crece con los nuevos tiempos y que busca restablecer los puentes cortados con la España de sus abuelos, el pasado no puede darse políticamente por resuelto. Es por contra necesario, seguir interrogándose por aquellas formas de violencia que nos han asolado secularmente, preguntarse en qué medida hemos hecho justicia a esos crímenes y si de una manera u otra los seguimos permitiendo. Esa política emergente en nuestros días no se va a dar pues por satisfecha con las instituciones fundadas y reivindica su problematización a la vista de las emancipaciones pendientes. La democracia española estaría hoy poniendo en entredicho algo que hasta hace bien poco la mayoría dábamos por clausurado, el relato de nación ha vuelto a convertirse en problema, en objeto central de controversia. La narrativa hasta ahora hegemónica entre nosotros, la reconciliatoria, nos hizo creer no sólo que habíamos fundado un consenso, sino que el propio disenso acerca de estos temas habría pasado definitivamente a la historia. La querella suscitada en este momento entre historiadores y memorialistas contendría pues una invitación a reflexionar sobre los tópicos en los que hemos edificado nuestra democracia, sobre en qué medida podemos por resuelto el pasado y si la política puede pensarse al margen de la historia.