Ramón José de Arce fue un clérigo ilustrado que de forma sorprendente alcanzó la cumbre de poder eclesiástico durante el reinado de Carlos IV. Fue arzobispo de Burgos, de Zaragoza, Inquisidor General, además de "favorito" de Godoy, íntimo de José I, y el único prelado afrancesado que murió en el exilio. Su labor mereció las críticas furibundas de los historiadores reaccionarios y las alabanzas delos liberales. Sin embargo, no existían apenas estudios documentados sobre "el último inquisidor del Antiguo Régimen". En esta Tesis se recoge la promoción, las actuaciones y vacilaciones del prelado que en un momento histórico tan complejo sobrevivió a la crisis más dramática de la época.
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