Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


Resumen de Pasionario Hispánico: (introducción, edición crítica y traducción)

Pilar Riesco Chueca

  • El Pasionario Hispánico es un libro litúrgico formado por el relato de los martirios (pasiones) y destinado a la lectura con motivo de los aniversarios de los santos dentro del oficio, en maitines o parcialmente en la misa. La costumbre de leer estos textos dentro de la liturgia era práctica introducida en España ya en el siglo VII. Así lo confirma S. Braulio en la dedicatoria de la Uita S. Emiliani (ed. Vázquez de Parga p. 5): Libellum de eiusdem sancti uita breuem conscripsi ut possit in misase eius celebritate quantocius legere. En un principio existieron libelli aislados. En la última etapa visgoda se forma una colección de ellos a medida que la liturgia cobra auge gracias al impulso de los grandes obispos españoles del siglo VII. En este siglo estaba ya formado el Pasionario hispánico. El desarrollo de las distintas pasiones está estrechamente relacionado con la historia del culto a estos santos. La redacción de la passio suele ser la culminación del culto y veneración a un mártir. El texto era redactado por un autor muchas veces no contemporáneo de los hechos y recogía los acontecimientos que se mantenían vivos en la tradición oral de las comunidades cristianas. Las passiones surgen después de la persecución, cuando entre los fieles cristianos se siente la necesidad de tener por escrito la vida de aquellos mártires a los que rendían culto sobre sus sepulcros en las basílicas levantadas sobre sus reliquias. En la composición de estos relatos influyeron de manera decisiva los panegíricos o sermones que elogiaban las virtudes y méritos de los mártires de la fe, así como los himnos hagiográficos, género literario poético de capital importancia en la fe popular. Los catorce himnos que componen el Peristefanon de Prudencio, destinados a ser recitados anualmente en la conmemoración de cada santo, ejercieron un enorme influjo en la liturgia y la formación del Pasionario. A algunos mártires hispanos dedicó una pieza completa: Stos. Emeterio y Celedonio I, VIII; Sta. Eulalia de Mérida III, Stos Innumerables de Zaragoza IV; s. Vicente V; Stos, Fructuoso, Augurio y Elogio Vi. Además hay alusiones a otros martirios: S. Acisclo, S. Zoilo, Stos. Fausto, Genaro y Marcial, S. Félix, S. Cucufate, Stos. Justo y Pastor.

    De las pasiones hispanas interesa conocer la fecha aproximada de su composición. A ello dedico Fábrega gran parte del tomo I de su Pasionario Hispánico. Las pasiones más antiguas son las de S. Fructuoso, escrita a finales del s. III o principios del IV; y la de s. Vicente, de fines del IV. La pasión de Sta. Eulalia Emeritense del siglo VIII está inspirada en una versión original del s. IV. El s. VII es el momento culminante de nuestra liturgia.

    Además de la pasión de las Stas. Justa y Rufina, compuesta a fines del s. VI o principios del s. VII, se redactaron las denominadas pasiones del ciclo de Daciano, inspiradas en la de S. Vicente: Stos. Innumerables de Zaragoza: Sta. Leocadia; Stos. Justo y Pastor; Sta. Eulalia de Barcelona; S. Félix de Gerona; Stos. Vicente, Sabina y Cristeta; S. Cucufate y Sta. Eulalia de Barcelona. Después de la invasión árabe la actividad literaria litúrgica no se detuvo, y así en el siglo VIII se redactarían las pasiones de S. Torcuato, Stos. Fausto, Genaro y Marcial; Stos. Emeterio y Celedonio; Stos. Servando y Germán; y se refundieron las de S. Cucufate y Sta. Eulalia Emeritense. A época más tardía corresponden las de los Stos Facundo y Primitivo; Stos. Acisclo y Victoria (s. X) y S. Víctor de Braga; S. Zoilo; Sta. Argentea; S. Mancio; S. Pelagio; S. Víctor de Cerezo; y Stas. Nunilón y Alodia (c. XI).

    Las pasiones aparecen ordenadas en los manuscritos cronológicamente por el día del mes en que se conmemoraba la fiesta del santo. Cada pasión suele estar formada por tres partes claramente distinguibles: 1. Un título donde aparece el nombre del mártir; la fecha del martirio según la cronología del Emperador o el praeses; la ciudad, el día y mes en que se celebraba el aniversario en la liturgia. 2. A continuación sigue el texto de la pasión precedido generalmente de un prólogo o exordio en el que el autor hace algunas consideraciones generales acerca de la necesidad de perpetuar el recuerdo del mártir y el valor edificativo y ejemplarizante de estas lecturas. Con frecuencia el autor lamenta su pobreza literaria para abordar empresa tan digna. En el relato del martirio se suceden una serie de temas tópicos generales: las virtudes del santo mártir; la fe (credulitas, fides, fiducia); el temor de Dios (timor, tomoratus) y la vida santa entregada a Dios y a los hermanos (sanctimonia); el amor, la caridad fraterna (karitas, dilectio, affectus, mirericordia, unanimitas, humanitas); la fidelidad (fidelitas, integritas, stabilitas); la justicia (rectitudo, iustitia) y la prudencia (sapientia, prudentia); la fortaleza (fortitudo, tolerantia, sufferentia), la humildad (mansuetudo, humilitas) y la valentía al afrontar el martirio a veces por propia voluntad. Los diálogos y el enfrentamiento con el juez confirman el carácter de lectura destinada a la moralización de los fieles pues en ellos se vierte de manera simplificada la doctrina sobre los principales misterios de la fe: la existencia de un solo Dios, la divinidad de Cristo, la redención, lo sublime de la vida eterna frente a la fugacidad del presente, la excelencia de la religión de Cristo frente a las aberrantes inmoralidad de los dioses paganos. Son frecuentes las alusiones a la Stma. Trinidad en aquellos textos redactados en época antiarriana. La constancia del mártir, la fe inquebrantable y el desprecio de los sufrimientos son motivos que se repiten en la descripción de los horrores del tormento, el fuego, la inmersión en líquidos ardientes, el potro, la parrilla, las planchas candentes además de la cárcel, el hambre, la sed, los azotes y los largos viajes descalzos y cargados de cadenas. La crueldad y ensañamiento de los verdugos contrasta siempre con la mansedumbre y beatitud del mártir, llegando a ser los propios verdugos quienes se infligen a sí mismos el tormento. Son típicos en las pasiones de dos mártires los diálogos en que mutuamente se confortan y animan al martirio (pasiones de S. Emeterio y Celedonio, Stas Nunilón y Alodia, S. Justo y Pastor); igualmente las alusiones y comparaciones con la Stma. Trinidad en las pasiones de tres mártires. A la consumación del martirio y la glorificación del mártir puede seguir el ensañamiento contra el cadáver y la protección milagrosa por medio de un animal o de alguna fuerza de la naturaleza. Frecuentemente hay pasajes marginales en los que se relatan sueños, presagios, portentos y milagros, sin faltar las apariciones después del martirio. 3. El final del texto es la doxología con la glorificación de Cristo o de la Stma. Trinidad. Tras el título y la doxología aparecen invariablemente las formulas Deo gratias y Amen, respuestas de los fieles oyentes que confirman el carácter litúrgico de estas piezas.

    El tipo de composición y la rigidez de estructura hace que casi todas las pasiones sean similares. Llegado el caso era posible redactar una passio aun cuando no se dispusiera de ningún dato acerca de la vida o martirio de un santo.

    El Pasionario¸ que constituyó un libro básico e imprescindible en la liturgia mozárabe, pasó a un segundo plano cuando ésta fue sustituida por la romano-galicana en la que se daba mayor espacio al misal y al breviario. Con todo el Pasionario pervivirá como lectura espiritual monástica.

    Los primeros estudios y recopilaciones sistemáticas de los pasionarios se iniciaron en el s. XVII. En 1689 el monje benedictino francés Ruinart realiza la primera crítica hagiográfica escogiendo y publicando 117 textos que consideraba históricos en sus Acta primorum martyrum sincera et selecta publicados en París. También en ese mismo siglo nace la obra de los Bolandistas Acta santorum iniciada en 1643 en Amberes por J. Bollandus y continuada hasta nuestros días. La monumental obra consta en la actualidad de 70 tomos dedicados a la edición y comentario de las fuentes hagiográficas. En 1882 comienza a publicarse en el seno de la sociedad Bolandista la revista Analecta Bollandiana, instrumento básico en la crítica hagiográfica.

    En España se publica en 1953 la primera edición de literatura hagiográfica hispánica: El Pasionario Hispánico de A. Fábrega Grau, publicado en dos volúmenes: el primero dedicado al estudio de las pasiones y el segundo a la edición crítica. En 1962 Ruiz Bueno publica en la B.A.C. las Actas de los mártires y en 1966 se publicó el trabajo de C. García Rodríguez El culto de los santos en la España Romana visigoda. Además se han ido publicando artículos y monografías dedicados a diversos temas de hagiografía hispana.

    La edición crítica que presentamos ha sido realizada con los manuscritos que utilizó Fábrega Grau en su edición. A éstos hemos añadido el ms. 44.11 de la Catedral de Toledo; el b-I-4 de la Biblioteca del Escorial; y el 1 de la Catedral de Tuy.


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus