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Representación de la arquitectura: aproximación a su estructura y génesis como lenguaje

  • Autores: José María Gentil Baldrich
  • Directores de la Tesis: Alberto Donaire Rodríguez (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Sevilla ( España ) en 1983
  • Idioma: español
  • Número de páginas: 437
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Alberto Donaire Rodríguez (presid.), Jaime López de Asiaín (voc.), Jaime Verdaguer Urroz (voc.), Julio Vidaurre Jofre (voc.)
  • Materias:
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: Idus
  • Dialnet Métricas: 1 Cita
  • Resumen
    • �No todas nuestras ideas tienen una naturaleza que pueda ser comunicada por medio de una lengua escrita o hablada. Las que conciernen a la forma y posición de los cuerpos están especialmente en este caso; frecuentemente se tiene la necesidad, para transmitirlas, de ayudar al discurso con representaciones dirigidas a la vista.� Así comienza el primer texto de Geometría Descriptiva que, recibiendo el nombre de �tratado�, desarrollaba las enseñanzas que Gaspard Monge había definido como:

      �� lengua necesaria al creador que concibe un proyecto, y a aquellos que deben dirigir su ejecución.� La comparación de la representación gráfica con el lenguaje escrito no era, desde luego, una idea nueva a finales del siglo XVIII. En la primera impresión de un libro de perspectiva, la que realizara en 1505 en Toul Jean Pelerin le Viatro, se dice de las representaciones de arquitectura:

      �� vistas, de memoria o proyectadas� (que)� fueron concebidas con los elementos precisos, como lo son las palabras por las letras.� Y aunque en estas citas sólo se establece una relación metafórica entre lenguaje y representación gráfica, nos mueven a reflexionar sobre si ésta última reúne ó no los requisitos que nos permitirán considerarla propiamente como un lenguaje no verbal.

      Aún hoy existe la tendencia a considerar la representación de la forma y el espacio como una parcela, aunque ciertamente marginal, de las ciencias exactas. Esta consideración arranca del pensamiento racionalista francés del XVIII que, ante las demandas de la revolución industrial en avance, impulsó una sistematización del dibujo descriptivo capaz de eliminar toda ambigüedad comunicativa. De esta forma, la Geometría Descriptiva se colocó temporalmente por delante de la Geometría Analítica, que había iniciado Descartes poco más de un siglo antes. Pese a que, desde entonces, otras ramas de la Matemática tomasen la delantera, aquella intención racionalizadora de Monge, Hachette y Valleé mantiene en torno a la Descriptiva una aureola de ciencia exacta.

      Sin embargo, hay muchas cuestiones relativas a la representación del espacio que no encuentran respuesta si nos ceñimos exclusivamente a esta concepción, y que exigen indagar hasta qué punto podemos entender la representación como un sistema de comunicación, como un lenguaje. Esta visión del problema, sorprendentemente, ha sido poco desarrollada: uno de los textos que participan de ella, �La Perspectiva como �Forma Simbólica� de Erwin Panofsky, continúa sin ser superado, en muchos aspectos, a pesar de que fue escrito hace más de cincuenta años. Hoy día el modelo lingüístico, que posee bases suficientemente precisas y desarrolladas, puede ayudarnos a responder a responder a las cuestiones planteadas.

      Conviene hacer una distinción previa entre semiología de la arquitectura y semiología de la representación arquitectónica. La aplicación de las teorías de la comunicación a la arquitectura ha conducido a resultados que en parte defraudan las esperanzas que en ello se pusieron. A nosotros sólo nos concierne aquí el estudio de la formalización gráficas del espacio, pese a la insoslayable relación que en muchos casos existe entre ella y la arquitectura misma.

      No es necesario insistir en que la consideración de la representación gráfica como lenguaje no es la única posible y no tiene, por consiguiente, carácter excluyente. No existe aquí la intención de sustituir desde la base los conceptos tradicionales, cosa imposible probablemente, sino hacer más bien una aportación clarificadora. Podríamos decir que la representación gráfica del espacio se puede estudiar como un lenguaje, mejor que considerarlo un lenguaje en sí.

      Hace unos años escribía Kandinski:

      �Sería de interés en arquitectura un estudio, a través de la historia, de las líneas y asimismo una traducción puramente gráfica de las construcciones. Dicha labor se realizaría a partir de la comprobación filosófica de la relación entre las fórmulas gráficas y la atmósfera espiritual de la época considerada.� Esta idea resulta evidente: la consideración lingüística de la representación, como la lengua hablada o escrita, estará sometida a la influencia del contexto social y cultural. El estudio de la su historia nos proporcionará las bases para el conocimiento de su génesis y desarrollo, aportándonos datos fundamentales para el análisis de su propia estructura.

      Así, pues vamos a intentar en este trabajo comprobar, y en su caso desarrollar, las siguientes ideas:

      - La representación del espacio se puede considerar un lenguaje, que emplea medios geométricos para expresarse.

      - Esta consideración del hecho gráfico como lenguaje, es una cuestión distinta de la consideración lingüística de la arquitectura. Se limita al estudio del proceso de comunicación de lo tridimensional mediante representaciones planas.

      - Siendo todo lenguaje un producto cultural, habrá que analizar su evolución en el tiempo, su fraccionamiento en lenguas diferenciadas, y su relación con el contexto social.


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