En 1845, durante el debate de la Reforma de la Constitución de 1837, en el Congreso de los Diputados, adquirió singularidad, forma y vida propia, con doctrinas y programas concretos, un grupo parlamentario disidente del moderantismo, dirigido por el jurista Joaquín Francisco Pacheco. Formaban parte integrante del grupo el escritor Nicomendes Pastor Díaz, el banquero José Salamanca, los políticos y publicistas Antonio Ríos rosas, Patricio de la Escosura y otro personajes de reputada influencia, así como muchos jóvenes que se iniciaban entornces en la vida política, entre ellos Antonio Cáno del Castillo. El apelativo "Puritanos" que recibieron de sus compañeros moderados, representaba muy bien lo que querían: respeto estricto a las leyes, pureza en la adminsitración, consolidadción del régimen monárquico constitucional, apertura del sistema a todos los partidos exluidos por el régimen pretoriano de Narváez, libertad de prensa, alternancia pacífica en el poder ... Se trataba de conservadores orgullosos de serlo, pero muy alejados de los reaccionarios, de los intransigentes. Deseaban una realización plena de los ideales revolucionarios a través de las instituciones, creando un orden político estable que terminara con los dilemas exclusivistas (revolución-reacción) que desgarraban la sociedad. Sin añoranzas del pasado matenían una firme decisión de modernizacion y transformación del país. Por sus teorías y por su acción política, los puritanos fueron el auténtico origen del liberalismo centrista español que dio frutos tan señalados como la Unión Liberal y la Restauración canovista.
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