La conducta agresiva humana puede ser considerada un componente de la competición intrasexual enmarcada dentro de la teoría de los mercados biológicos, específicamente del mercado biológico de la elección de pareja. Bajo este enfoque, la conducta agresiva se relacionaría con la calidad de los rasgos que se poseen (indicadores de habilidad de lucha y atractivo) en función de los demás. En esta investigación se intentó demostrar que las personas modulan sus repertorios agresivos condicionados por la oferta y la demanda de rasgos sometidos a selección sexual dentro del grupo social. Mediante la observación distante y no participativa se registraron todas las conductas agresivas que se observaron en adolescentes de 14-19 años (N = 358) de un instituto mixto de Madrid. Además se obtuvieron datos morfométricos que se han vinculado a la selección sexual en humanos (asimetría fluctuante facial, masculinidad facial, índice de masa corporal e índice 2D:4D de los dedos) y se aplicaron cuestionarios para medir la autopercepción de la habilidad de lucha y de la agresividad. Los principales resultados permitieron confirmar y definir el grupo de edad en que la competición intrasexual es más intensa (17-19 años). Además se pudieron descartar las variables morfométricas que no incidían en la expresión de las conductas agresivas y se pudo definir claramente cuáles eran los principales mecanismos agresivos utilizados a esta edad. Finalmente, se estableció que las variaciones de la oferta y la demanda de los rasgos comunicadores de atractivo y habilidad de lucha configuran una presión de selección de mercado que se relaciona con la expresión de diferentes patrones agresivos, típicos de cada sexo.
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