Actualmente, el Núcleo Geniculado Lateral (NGL) es considerado un elemento clave en el procesamiento de la visión. Dada la inmensa cantidad de información que fluye a través de la vía, es preciso seleccionar aquella más relevante previamente a su llegada a la corteza, dónde será procesada en detalle. Mediante la respuesta en ráfagas de bajo umbral, el NGL es capaz de detectar estímulos novedosos en el campo visual y enviar información sobre ellos a la corteza, la cual modula la actividad talámica a través de las aferencias córtico-talámicas (bucle tálamo-córtico-talámico). Mediante la resolución de dos tareas visuales, se demostró que las ráfagas se generan inmediatamente después de la aparición del estímulo visual, y que su respuesta varía en función del mismo: ante estímulos novedosos, el número de ráfagas es superior, y sus características intrínsecas diferentes (mayor duración y número de espigas). La aplicación de Estimulación magnética transcraneal (EMT) sobre la corteza visual primaria, mostró una modulación de las aferencias córticofugales sobre el NGL, disminuyendo la actividad talámica. Por tanto, el tálamo participa activamente en la transmisión y análisis inicial de la información visual, aunque existe un control cortical sobre la actividad del NGL a través de la vía córtico-talámica.
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