Frente a las condiciones procedimentales del gobierno representativo, mediante las cuales los ciudadanos sólo pueden apelar al mecanismo del voto para evaluar a posterior el desempeño de quienes actúan en su nombre; la presente obra se suma al replanteamiento teórico y al análisis empírico que sobre la presencia del sujeto en el espacio público y su implicación directa en la toma de decisiones, se viene desarrollando en las últimas décadas desde diferentes perspectivas teóricas.
Inscrita por tanto en el debate actual sobre la participación ciudadana, la investigación aporta elementos teóricos y empíricos que ponen en evidencia el escepticismo de la representación política para implementar instrumentos que garanticen la intervención periódica, directa y efectiva de los ciudadanos en la construcción y definición de la agenda pública.
Asimismo permite observar la dinámica de dominio político que históricamente han ejercido ciertos grupos compactos sobre el resto de la población, como un asunto medular para comprender la forma en que se desarrolla la vida política en el marco de la democracia liberal; lo cual se ha traducido en la precariedad de espacios institucionales que aseguren una deliberación pública, periódica, inclusiva y vinculante.
Más allá de la postulación de un modelo ideal, en esta obra se plantea que la deliberación cotidiana en diferentes esferas de acción colectiva, aporta la infraestructura social básica para la conciliación de los múltiples intereses en conflicto inherentes a las complejas sociedades contemporáneas; de ahí la propuesta de instituir a la deliberación como un nuevo derecho político de todos los sujetos.
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