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Modelos matemáticos de curvas ontogénicas craneanas en la filogenia hominina. La altricialidad secundaria en las Venus paleolíticas

  • Autores: Raúl García Martins
  • Directores de la Tesis: Sergio Ripoll López (dir. tes.)
  • Lectura: En la UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia ( España ) en 2024
  • Idioma: español
  • Número de páginas: 163
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Manuel Santonja Gómez (presid.), Francisco Javier Muñoz Ibáñez (secret.), Ricardo Ortega Ruiz (voc.)
  • Programa de doctorado: Programa de Doctorado en Historia e Historia del Arte y Territorio por la Universidad Nacional de Educación a Distancia
  • Materias:
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: TESEO
  • Resumen
    • El ser humano actual es la última especie del clado Hominina, una rama que se separó de sus parientes desde el ancestro común con el género Pan. Desde entonces modificaciones en la pelvis y otros elementos estructurales favorecieron la adopción del bipedalismo y, de éste, un desarrollo cerebral enorme. Estos aspectos han modelado el desarrollo filogénico en el clado, así como el ontogénico en cada especie.

      Es aceptable la conjetura de que todas estas especies hayan conservado un patrón compartido de desarrollo y, por ende, que pueda ser plasmado en un modelo matemático común a todos y específico para cada especie. Por ello, se establecerá un conjunto de ecuaciones diferenciales, cuyas soluciones permitirán relacionar la edad de cualquier individuo con su tamaño craneano y, en consecuencia, cerebral, así como diseñar curvas de crecimiento. La utilidad es evidente con vistas a identificar restos fósiles de individuos subadultos y a predecir hitos en el desarrollo de su especie.

      Estos cambios influyeron en la aparición de un periodo prolongado de dependencia de las crías tras su nacimiento, la altricialidad secundaria, debida a un parto prematuro con respecto a lo que le correspondería en comparación con especies próximas. Las razones de su aparición son hipótesis, pero sus consecuencias son evidentes.

      La altricialidad secundaria conllevó la aparición de una nueva etapa en la vida, la niñez, de dependencia de los adultos y de desarrollo cognitivo y aprendizaje social. De igual modo, influyó en los cambios en la forma femenina, con el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios en la pubertad, los cuales serían imprescindibles para la gestación y la crianza de los hijos. Por otra parte, la implicación del padre para compartir estas tareas y la enorme carga energética que representan, daría lugar a la vida en pareja estable, la monogamia social.

      Las venus paleolíticas han sido interpretadas desde muchos puntos de vista, si bien la mayoría se basan en la fecundidad o la fertilidad, en base a los rasgos exagerados que presentan. Este punto de vista no es admisible si se tienen en cuenta los condicionantes de la altricialidad secundaria. Más que a mujeres fecundas o fértiles, representan a mujeres nutricias y cuidadoras.

      La relación cintura-cadera (WHR) da una medida confiable del estatus reproductivo de una mujer, ya que está presente en sus años fértiles y en situación receptiva. Es posible establecer una tipología altricial sustentada en esa relación y comprobar que este tipo altricial se encontraría en gran parte de las venus conocidas. Las variaciones de este tipo vendrían dadas por otros condicionantes relacionados sobre todo con las necesidades energéticas en entornos difíciles.


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