Hoy día sabemos que los cambios físicos, psicológicos y sociales que se experimentan en la adolescencia y juventud hacen que sea en estas etapas cuando las relaciones de pareja empiezan a desarrollarse y consolidarse. Además, sabemos que las primeras relaciones de pareja van a tener importantes consecuencias en la salud, el bienestar y el ajuste psicológico de los chicos y chicas (Collins, 2003; Crouter y Booth, 2014; Furman y Shaffer, 2003).
En la mayoría de los casos estas primeras relaciones de pareja se van a convertir en fuente de apoyo, intimidad, afecto, confianza, cuidado, preocupación mutua, ocio, etc., afectando positivamente al desarrollo de los individuos (Furman y Shaffer, 2003). Desgraciadamente, para otro grupo significativo de chicos y chicas, estas relaciones van a constituir una experiencia conflictiva y, no pocas veces, abusiva (Wekerle y Wolfe, 1998). Contamos con numerosos estudios, tanto en nuestro país (Fernández-Fuertes et al., 2006; Muñoz-Rivas et al., 2007; Sánchez et al., 2008; Ortega et al., 2008), como fuera de él (Archer, 2000; Furman, 2002; Lewis y Fremouw, 2001; Wekerle y Wolfe, 1998), que han puesto de manifiesto la alta prevalencia, seriedad e importancia de la violencia en las relaciones de pareja de adolescentes y jóvenes.
Como señala López (2009), la teoría que mejor explica nuestra manera de estar en las relaciones es la Teoría del Apego formulada por J. Bowlby (1969, 1973, 1980). Y es que precisamente el proceso de construcción del vínculo de apego con nuestras figuras de referencia en la infancia, y a lo largo de nuestro desarrollo, es mediante el cual la persona desarrolla y adquiere las capacidades y competencias emocionales necesarias para relacionarse de manera sana, equilibrada y satisfactoria. Además de la importancia del apego en las relaciones de pareja, desde la Teoría de la Autodeterminación (Deci y Ryan, 2000) se sugiere que las variaciones en la satisfacción de las necesidades psicológicas básicas de autonomía, competencia e intimidad, en el contexto relacional probablemente determinan diferentes niveles de ajuste, seguridad y vinculación en relación con en el apego (La Guardia et al., 2000; Knee et al., 2013). Además, esta teoría también muestra que el grado en que las necesidades de uno están satisfechas/apoyadas, juega un importante papel en cómo los conflictos se experimentan (Knee et al. 2013).
Siguiendo estas ideas, la presente tesis doctoral pretende ser un acercamiento a las relaciones de pareja que surgen en la adultez emergente y cómo éstas pueden transformarse en violentas. En concreto nos centraremos en estudiar en qué medida el modo en que se regulan la ansiedad y la evitación en el apego en la pareja puede predecir la aparición de la violencia, teniendo en cuenta el efecto mediador que las necesidades psicológicas básicas puedan ejercer.
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