Introducción El cambio climático es uno de los grandes problemas del siglo XXI y cada vez son más las estrategias encaminadas a reducir el impacto del ser humano sobre el planeta. En este sentido, la dieta desempeña un papel clave, ya que los sistemas alimentarios se consideran responsables de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), del uso del 60% del agua dulce y de la utilización de cerca de la mitad de la superficie libre de hielo del planeta. Dado que no todos los alimentos tienen el mismo impacto ambiental, la elección de los diferentes patrones dietéticos se vuelve fundamental para promover un sistema alimentario más sostenible, ya que el tipo de dieta influye sobre la calidad y cantidad de las ingestas, condicionando la huella ambiental individual que se genera.
Los estudios actuales coinciden en que los patrones alimentarios con menos alimentos de origen animal y más de origen vegetal, además de ser más saludables, tienen un menor impacto ambiental. Uno de los patrones dietéticos que reúne estas características es la Dieta Mediterránea (MedDiet), caracterizada por un elevado consumo de productos vegetales y un consumo bajo-moderado de carne, aves y productos lácteos. Este patrón dietético está reconocido por sus importantes beneficios para la salud cardiovascular y la prevención de enfermedades crónicas. Además, dado que reduce la ingesta de productos animales y fomenta la biodiversidad, se espera que este modelo dietético beneficie a la sostenibilidad medioambiental. Por ello, el objetivo principal de la presente tesis doctoral es valorar el efecto sobre la sostenibilidad ambiental de una intervención intensiva basada en la promoción de una Dieta Mediterránea hipocalórica.
Metodología Se utilizó la información de 5800 participantes del estudio PREDIMED-Plus y de 1554 participantes de la cohorte EPITeen sobre hábitos alimentarios y estilos de vida. La ingesta de alimentos se estimó mediante cuestionarios semicuantitativos de frecuencia de consumo de alimentos validados en población española y portuguesa, y la adherencia a la MedDiet mediante el índice Dietary Score que se clasificó por terciles.
A partir de las tablas de la Comisión EAT-Lancet se evaluó la influencia de la ingesta alimentaria en el impacto medioambiental medido a través de cinco indicadores: GEI, acidificación y eutrofización potencial, uso del suelo y energía utilizada.
La asociación entre la adherencia a la MedDiet y su impacto ambiental, así como la asociación entre la intervención y los cambios en cada uno de los factores ambientales se calculó mediante modelos de regresión lineal multivariante ajustados. Además, se realizaron análisis de mediación para estimar en qué medida los cambios en cada uno de los 2 componentes de la intervención, la adherencia a la MedDiet o la reducción calórica, eran responsables de las reducciones observadas en el impacto ambiental.
Resultados En el marco del estudio PREDIMED-Plus, una mayor adherencia a la MedDiet (alta vs. baja) se asoció significativamente con un menor impacto ambiental en los cinco términos estudiados tanto al inicio del estudio (GEI (4895,8 vs. 5133,2 g/CO2-eq), uso del suelo (8,9 vs. 10,6 m2), uso de energía (8763,3 vs. 9682,3 kJ), acidificación potencial (59,0 vs. 69,8 g SO2-eq) y eutrofización (22,6 vs. 26,1 g PO4-eq)) como un año después de permanecer en el estudio ((GEI (4513,7 vs. 4776,0 g/CO2-eq), uso del suelo (6,8 vs. 8,4 m2), uso de energía (8004,9 vs. 8817,5 kJ), acidificación potencial (47,9 vs. 58,1 g SO2-eq) y eutrofización (18,1 vs. 21,5 g PO4-eq)).
Los productos cárnicos tuvieron el mayor impacto ambiental en todos los factores analizados, aunque su consumo se redujo tras un año de intervención, provocando una reducción de un 6,5% en la emisión de GEI, 4,9% en el uso de energía, 3% en la acidificación, 3,6% en la eutrofización y 3,1% en el uso del suelo.
Además, en el grupo de intervención (GI) y tras un año de permanencia en el estudio, observamos una reducción significativa de los niveles de acidificación (-13,3 vs. a -9,9 g SO2-eq), eutrofización (-5,4 vs. -4,0 g PO4-eq) y uso del suelo (-2,7 vs. -1,8 m2). En cuanto a las emisiones de GEI y el uso de energía, aunque se observó una mayor reducción en el GI, no se alcanzó significación estadística (-377,7 vs. -345,1 g CO2-eq; y -899,7 vs. -787,9 kJ respectivamente).
La adherencia a la MedDiet medió parcialmente la asociación entre la intervención y la reducción de la acidificación en un 15%, la eutrofización en un 10% y el uso del suelo en un 10%. La reducción calórica medió parcialmente la asociación con los mismos factores en un 55%, 51% y 38% respectivamente. Además, la adherencia a la MedDiet medió totalmente en la asociación entre la intervención y la reducción de las emisiones de GEI en un 56% y del uso de energía en un 53%.
En el marco del estudio EPITeen, la mayor adherencia (alta vs. baja) a la MedDiet se asoció a un menor impacto ambiental en términos de uso del suelo (7,8 vs. 8,5 m2, p =0,002), acidificación potencial (57,8 vs. 62,4 g SO2-eq, p =0,001) y eutrofización (21,7 frente a 23,5 g PO4-eq, p <0,001). El uso de energía disminuyó solo en el modelo ajustado por la ingesta de calorías (9689,5 vs. 10265,9 kcal, p <0,001), y las emisiones de GEI únicamente se redujeron en un modelo complementario en el que se eliminó el consumo del pescado (3035,3 vs. 3281,2 g CO2-eq, p <0.001).
En este estudio, también los productos cárnicos fueron los alimentos con mayor impacto ambiental para los cinco factores ambientales analizados, contribuyendo a un 35,7% del total de emisiones de GEI, 60,9% en uso de energía, 72,8% en uso del suelo, 70% en acidificación y 61,8% en eutrofización.
Conclusiones En población adulta española, los participantes con una mayor adherencia a la MedDiet, al año de permanencia en el programa, redujeron su impacto medioambiental de forma significativa en términos de emisiones de GEI, acidificación y eutrofización potencial, uso del suelo y energía utilizada.
Tras un año de intervención nutricional intensiva con promoción de una MedDiet reducida en energía, los participantes del GI redujeron en mayor medida los cinco indicadores analizados, haciéndolo de forma significativa en acidificación, eutrofización y uso del suelo. Esta mejora en el impacto ambiental estuvo mediada parcialmente por el aumento de la adherencia a MedDiet y la reducción calórica en la dieta de los participantes.
En población joven portuguesa, una mayor adherencia a la MedDiet se asoció con un menor impacto ambiental en términos de acidificación, eutrofización y uso del suelo, e incluso menores emisiones de GEI y menor uso de energía dependiendo del modelo de ajuste utilizado.
En ambos casos, los productos cárnicos fueron los que tuvieron más peso en términos de impacto ambiental en los cinco factores analizados, por lo que se espera que las dietas bajas en estos productos sean más sostenibles ambientalmente.
Introduction Climate change is one of the major issues of the 21st century and there are a growing number of strategies aimed at reducing human impact on the planet. Diet plays a key role in this regard, as food systems are considered to be responsible for one third of greenhouse gas (GHG) emissions, 60% of freshwater use and the use of about half of the planet's ice-free surface. Given that not all foods have the same environmental impact, the choice of different dietary patterns becomes fundamental in making the food system more sustainable, as the type of diet followed directly influences the quality and quantity of what is eaten and this conditions the individual environmental footprint generated.
Current studies agree that dietary patterns with less animal-based foods and more plant-based foods, in addition to being healthier, have a lower environmental impact. One of the dietary patterns that meets these characteristics is the Mediterranean Diet (MedDiet), characterized by a high consumption of vegetable products and a low-moderate consumption of meat, poultry, and dairy products. This dietary pattern is recognized for its important benefits for cardiovascular health and the prevention of chronic diseases. In addition, since it reduces the intake of animal products and promotes biodiversity, this dietary pattern is expected to benefit environmental sustainability. Therefore, the main objective of this doctoral thesis is to assess the effect on environmental sustainability of an intensive intervention based on the promotion of a low-calorie MedDiet.
Methods Information on dietary habits and lifestyles of 5800 participants from the PREDIMED-Plus study and 1554 participants from the EPITeen cohort was used. Food intake was estimated using semi-quantitative food frequency questionnaires validated in the Spanish and Portuguese population, and adherence to the MedDiet using the Dietary Score index.
Based on the EAT-Lancet Commission tables, the influence of dietary intake on environmental impact (through five indicators: GHG, acidification and eutrophication potential, land, and energy use) was assessed.
The association between adherence to the MedDiet and its environmental impact, as well as the association between the intervention and changes in each of the environmental factors was estimated using multivariate adjusted linear regression models. In addition, mediation analyses were performed to estimate the extent to which changes in each of the 2 intervention components, namely adherence to the MedDiet and calorie reduction, were responsible for the observed reductions in environmental impact.
Results In the framework of the PREDIMED-Plus study, higher MedDiet adherence (high vs. low) was significantly associated with lower environmental impact both at baseline ((GHG (4895.8 vs. 5133.2 g/CO2-eq), land use (8.9 vs. 10.6 m2), energy use (8763.3 vs. 9682.3 kJ), potential acidification (59.0 vs. 69.8 g SO2-eq) and eutrophication (22.6 vs. 26.1 g PO4-eq)) and one year after remaining in the study ((GHG (4513.7 vs. 4776.0 g/CO2-eq), land use (6.8 vs. 8.4 m2), energy use (8004.9 vs. 8817.5 kJ), potential acidification (47.9 vs. 58.1 g SO2-eq) and eutrophication (18.1 vs. 21.5 g PO4-eq)).
Meat products had the highest environmental impact on all factors analysed, although their consumption was reduced after one year of intervention, leading to a 6.5% reduction in GHG emission, 4.9% in energy use, 3% in acidification, 3.6% in eutrophication and 3.1% in land use.
Furthermore, in the intervention group (IG) and after one year in the study, we observed a significant reduction in acidification levels (-13.3 vs. -9.9 g SO2-eq), eutrophication (-5.4 vs. -4.0 g PO4-eq) and land use (-2.7 vs. -1.8 m2). For GHG emissions and energy use, although a greater reduction was observed for IG, statistical significance was not reached (-377.7 vs. -345.1 g CO2-eq; and -899.7 vs. -787.9 kJ respectively).
Adherence to MedDiet partially mediated the association between intervention and reduction of acidification by 15%, eutrophication by 10% and land use by 10%. Caloric reduction partially mediated the association with the same factors by 55%, 51% and 38% respectively. In addition, adherence to MedDiet fully mediated the association between intervention and reduction in GHG emissions by 56% and energy use by 53%.
In the framework of the EPITeen study, higher adherence (high vs. low) to the MedDiet was associated with lower environmental impact in terms of land use (7.8 vs. 8.5 m2, p =0.002), potential acidification (57.8 vs. 62.4 g SO2-eq, p =0.001) and eutrophication (21.7 vs. 23.5 g PO4-eq, p <0.001). Energy use decreased only in the model adjusted for calorie intake (9689.5 vs. 10265.9 kcal, p <0.001), and GHG emissions were only reduced in a complementary model in which fish consumption was removed (3035.3 vs. 3281.2 g CO2-eq, p <0.001).
In this study, meat products were also the food with the highest environmental impact for the five environmental factors analysed, contributing to 35.7% of total GHG emissions, 60.9% in energy use, 72.8% in land use, 70% in acidification and 61.8% in eutrophication.
Conclusions In the Spanish adult population, participants with higher adherence to the MedDiet significantly reduced their environmental impact in terms of GHG emissions, acidification and potential eutrophication, land, and energy used after one year in the programme.
After one year of intensive nutritional intervention with promotion of an energy reduced MedDiet, the IG participants reduced the most on all five indicators analysed, doing so significantly in terms of acidification, eutrophication, and land use. This improvement in environmental impact was partially mediated by increased adherence to the MedDiet and calorie reduction in participants' diets.
In young Portuguese population, higher adherence to the MedDiet was associated with lower environmental impact in terms of acidification, eutrophication, and land use, and even lower GHG emissions and energy use depending on the adjustment model used.
In both cases, meat products had the highest weight in terms of environmental impact in the five factors analysed, so diets low in these products are expected to be more environmentally sustainable.
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