Política criminal y tipificación de la ciberdelincuencia terrorista en relación con la protección del orden público y el sistema constitucional

• Autores: Gabriel Fernández García
• Directores de la Tesis: Miguel Ángel Núñez Paz (dir. tes.), Juan Carlos Ferré Olivé (dir. tes.)
• Lectura: En la Universidad de Huelva ( España ) en 2023
• Idioma: español
• Número de páginas: 829
• Materias:
  • Ciencias jurídicas y derecho
    • Derecho y legislación nacionales
      • Derecho penal
• Enlaces
  • Tesis en acceso abierto en: Arias Montano
• Resumen
  • español

    Esta tesis se dedica al estudio y valoración crítica del complejo fenómeno del terrorismo y la ciberdelincuencia asociada a éste, con el objetivo de poder esclarecer tanto sus rasgos criminológicos esenciales, verificar el tratamiento penal que se le otorga a nivel internacional y en España, así como plantear propuestas de mejora sobre el estado actual de la cuestión en el plano jurídico-penal y político-criminal. La conceptualización criminológica del terrorismo que abordo en los dos primeros capítulos de este trabajo se centra en delimitar las características y factores contribuyentes más relevantes respecto al terrorismo desde distintas perspectivas, como la histórica, socio-política, cultural, comunicativa y psicológica. Se estudia el desarrollo histórico de esta violencia, dando cuenta de cómo el terrorismo se manifiesta cíclicamente a partir de “oleadas” desde su surgimiento a finales del siglo XIX, y analizando los rasgos distintos propios cada una de las cuatro oleadas y la reacción institucional al respecto, incluida la surgida en España. En el tercer capítulo, desarrollo la necesidad de fundamentación material de la norma antiterrorista, debiendo ubicar tal fundamento en razones y necesidades preexistentes a la propia norma penal. Para ello se acude la figura del bien jurídico-penal como instrumento de fundamentación material de la norma penal, configurado en el marco de los derechos humanos. Sobre esta base, razono un concepto criminológico de terrorismo para verificar si alguno de sus rasgos cuenta con un plus de antijuricidad material genuina: se trataría de actos de violencia grave que incorporan la amenaza condicional de reiterarse si no es atendido el cambio del statu quo sociopolítico que exigen sus autores, instrumentalizando así la atemorización generada en la sociedad para la consecución coercitiva de lo exigido. El plus de antijuricidad que avalaría una intervención penal más allá de la violencia grave radicaría en la atemorización coercitiva, que lesiona los bienes jurídicos de la paz pública y libertad de decisión y significación política de los ciudadanos. Tales bienes jurídico-penales son fundamentados detenidamente conforme al marco de los derechos humanos, rechazándose la pertinencia del orden público como bien jurídico referencial en este ámbito. En el último capítulo, se valora el marco de los delitos de terrorismo en España, cotejándolo críticamente con las anteriores propuestas conceptuales. El juicio global sobre ello es negativo, en tanto se acumulan distintos fundamentos de incriminación si una base fundamentativa sólida, más allá de intereses simbólicos y populistas, puesto que la ley carece de un concepto sustantivo y nuclear de terrorismo sobre el que se sustenten los distintos tipos. Éstos plantean una criminalización omnicomprensiva a través de un adelantamiento exacerbado de la punición sobre conductas previas a la preparación delictiva stricto sensu, previéndose además penas draconianas. Este vacío conceptual lastra la tipificación de la ciberdelincuencia terrorista, carente también de un injusto con sustantividad propia. Así, se concluye de lege ferenda cómo la ciberdelincuencia terrorista debería venir acompañada de una violencia grave en el plano físico para ubicarse en el marco penal del terrorismo, pese a que de lege lata se incriminen actuaciones inocuas a través de las TIC como actos autónomos de terrorismo. Por todo ello, se considera necesaria una reforma de estos delitos que permita la subsistencia de las garantías y derechos puestos en jaque, requiriendo de lege ferenda un concepto legal de terrorismo basado en los rasgos criminológicos expuestos, conformando los tipos penales sólo a través de una relación de ofensividad respecto a los bienes jurídico-penales defendidos. Por último, se plantean estrategias de eliminación de prejuicios intergrupales y de contacto para una política criminal más útil efectiva en la prevención antiterrorista.

  • English

    I have dedicated this thesis to the study and critical assessment of the complex phenomenon of terrorism and the cybercrime associated with it. I develop this task in order to reason the essential criminological features of terrorism, verifying the institutional treatment given to it internationally and in Spain, as well as putting forward proposals for improvement on the current state of the issue in the criminal law and political-criminal sphere. The criminological conceptualisation of terrorism that I address in the first two chapters of this work focuses on delimiting the most relevant characteristics and contributing factors with respect to terrorism from different perspectives, such as historical, socio-political, cultural, communicative and psychological. I firstly study the historical development of this violence, showing how terrorism has manifested itself cyclically in "waves" since its emergence at the end of the 19th century, and analysing the different characteristics of each of the four waves and the institutional reaction to it, including that which has arisen in Spain. After that, I analyse the need for a material basis for the anti-terrorist law is developed, founded in reasons that pre-exist the criminal law itself. To this end, I have justified the figure of the legally protected object as an instrument for the material basis of the criminal law, founded on human rights framework. On this basis, I assert the need of a criminological definition of terrorism in order to verify whether any of its features have a genuine plus of material unlawfulness. I identify the criminological definition of terrorism as acts of serious violence that incorporate the conditional threat of repetition if the threatened disobey the change in the socio-political status quo demanded by the perpetrators, who harness the fear generated in society to achieve coercively what they require. The additional unlawfulness that would justify criminal intervention beyond serious violence would lie in the coercive terrorisation, which harms the legally protected objects of public peace and freedom of political decision and its public demonstration. I have substantiated these legally protected objects carefully in accordance with the human rights framework, rejecting the relevance of public order as a legally protected object in this area. The last chapter assesses the framework of terrorist crimes in Spain, critically comparing it with the previous conceptual proposals. The overall assessment is negative; insofar Spanish criminal law accumulates different grounds for incrimination without a solid foundation beyond symbolic and populist interests, given that the law lacks a substantive and nuclear definition of terrorism on which to base the different types of offences. These offences allow an exacerbated advance of the punishment of conduct prior to criminal preparation, establishing very high penalties. This conceptual vacuum hampers the criminalisation of terrorist cybercrime, which also lacks legal definition of its own. I have therefore concluded that serious violence in physical space must take place alongside cybercrime in order to consider this last offence in the criminal framework of strict terrorism, despite the fact that the Spanish criminal law incriminates innocuous actions through ICTs as autonomous acts of terrorism. For all these reasons, I consider that a legal reform of these offences is necessary to allow the guarantees and rights that have been jeopardised to survive. To this end, I have reasoned to introduce a legal definition of terrorism based on the criminological features set out above, and to configure criminal offences only through a relationship of offensiveness with respect to the legally protected object that justifies this criminalization. Finally, I propose strategies for the elimination of group and contact prejudices for a more useful political-criminal approach to counter-terrorism prevention.