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Resumen de Comunicación Vital en la Formación Médica. Una propuesta pedagógica desde la intersubjetividad creadora

Francisco Fernando Bohórquez Gongora

  • La comunicación interpersonal es reconocida como la capacidad más importante que deben comprender y desplegar los médicos para establecer una relación médico-paciente efectiva y terapéutica. (Branda y Clèries, 2007) En la actualidad existe consenso entre las principales instituciones nacionales e internacionales responsables de la educación médica, que la comunicación constituye uno de los pilares nucleares que hacen competente la profesión médica y a las demás profesiones de la salud. (Klass et al, 1998, Whelan, 1999; Escobar, 2002; IIME, 2002; General medical council, 2003) El estado del arte de la comunicación médico paciente muestra que el principal problema de comunicación es la limitada capacidad de los médicos para atender y valorar apropiadamente las expectativas del paciente y para responder a sus necesidades e intereses satisfactoriamente. (Ong, De Haes, Hoos & Lammes, 1995). Los médicos usualmente orientan el encuentro médico bajo el esquema de la historia clínica, centrándose en los aspectos técnicos y restándole importancia a los aspectos afectivos y subjetivos del paciente, asumiendo en la relación una actitud de control. Además, controlan el uso del tiempo y dedican la mayor parte de la consulta al interrogatorio dirigido y a la exploración física, el paciente se ve frecuentemente interrumpido y es escaso el tiempo dedicado en atender sus expectativas; como la mayoría de emociones son expresadas en forma no verbal, éstas y los problemas emocionales del paciente, son poco tenidos en cuenta o ignorados por los médicos. Los médicos, emplean un lenguaje “clínico” propio a su profesión, dificultando a los pacientes la comprensión de la problemática; de allí que estos últimos pongan más atención a las expresiones afectivas del médico, pues el tiempo y contenido de la información dada por el médico suele ser insuficiente, confusa e insatisfactoria.

    Aunque la mayoría de estos estudios son anglosajones, en Colombia se han confirmado estas dificultades comunicativas, encontrando que cuando los pacientes se encuentran hospitalizados, son las enfermeras las que más atienden las inquietudes e intimidades del paciente, siendo breve el tiempo y limitados los aspectos que los pacientes pueden hablar con los médicos. (Jaramillo, Pinilla, Duque, y González, 2004) Para enfrentar esta problemática, se ha señalado que el médico debe ser capaz de establecer una comunicación médico – paciente que le permita construir una relación centrada en el paciente, establecer y mantener una conexión interpersonal, obtener una información apropiada, comprender los puntos de vista del paciente, usar el lenguaje favorable para hacerse entender, llegar a un acuerdo sobre los problemas y planes, así como saber concluir el encuentro (Bayer-Fetzer Conference, 2001). Se considera que la comunicación médica no debe depender de la personalidad o del temperamento de un profesional, ni constituir una capacidad accesoria a las habilidades clínicas, por el contrario, se cree que la comunicación es una competencia profesional susceptible de ser enseñada, aprendida y evaluada. Se ha demostrado que una adecuada comunicación genera confianza, adherencia terapéutica del paciente, reducción de consumo de medicamentos, mejores resultados en la respuesta de la enfermedad y menos demandas (Clèries, 2010).

    A la luz de estas expectativas, han surgido agencias que fiscalizan la capacitación de las competencias médicas. Una de ellas, el Consejo de Acreditación para la Educación Médica Graduada (ACGME, por su sigla en inglés) determina las competencias comunicativas de los egresados de pregrado y postgrado médicos en EUA. El ACGME ha definido los métodos para la enseñanza y evaluación de las competencias comunicativas e interpersonales, diseñado estrategias para cada nivel de la educación médica y creado una caja de herramientas para la enseñanza integrada de dichas habilidades en los currículos médicos (Rider y Keefer, 2006). Desde el 2004, los estudiantes de medicina y los graduados de escuelas extranjeras que quieren estudiar o ejercer en Estados Unidos, deben aplicar una evaluación para demostrar su competencia clínica interpersonal y sus habilidades comunicativas en el Examen de licenciamiento médico (US Medical Licensing Examination, -USMLE). Varios consensos de expertos: Toronto, 1991, Oxford, 1996, Amsterdam 1998, y Kalamazoo, 2001 (Bayer-Fetzer Conference, 2001), han revisado y actualizado periódicamente las habilidades básicas que determinan las competencias comunicativas.

    En España la enseñanza de habilidades de comunicación y de entrevista clínica han sido promovidas por la especialidad de Medicina familiar y comunitaria (Clèries et al, 2003). Allí para el aprendizaje de comunicación se emplea retroalimentación docente, juego de roles, así como observación y videograbación de la consulta con pacientes reales y simulados; para ello, las facultades recurren a cursos, seminarios y talleres con pequeños grupos (Borrell, 2004, Ruíz, 2004, Ruíz, 2010).

    En Latinoamérica, algunas escuelas de medicina empiezan a desarrollar programas y estrategias para la formación médica, especialmente en el cono sur (Moore et al, 2010). En Colombia, si bien se han reconocido las competencias comunicativas como parte del perfil del médico general (Ascofame, 2003) son escasas las publicaciones que se dediquen a estudiar la temática (Bohórquez, 2004, Bohórquez y Jaramillo, 2005).

    Desarrollar la educación en comunicación clínica, exige a los responsables de los currículos médicos explorar el contexto en el cual se desarrollan los procesos educativos, considerando que los planes de estudio se deben adecuar a las condiciones culturales, económicas, geográficas, lingüísticas y curriculares de cada entorno (WFME, 1998, 2000). Con este propósito, en el marco del desarrollo de la tesis de grado doctoral del autor (Bohórquez, 2005), una inquietud orientó estos dos trabajos: ¿Cuáles circunstancias y contextos hacen de la comunicación que surge en la relación educativa un proceso favorable a la formación del médico? Para responder a este interrogante, este trabajo aborda la comunicación médico-paciente y profesor-estudiante, estudiando grupos de profesores y estudiantes de medicina de la Universidad del Cauca, empleando como metodología la investigación cualitativa, siguiendo el enfoque hermenéutico y aplicando dos métodos, el taller investigativo en el primer trabajo y los grupos focales, en el segundo. Los dos estudios son: 1) Comunicación en la formación médica. La mirada del profesor; y 2) Comunicación en la práctica clínica. La mirada del estudiante.


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