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Resumen de Análisis de los efectos globales que ocasiona la hipoxia hipobárica crónica sobre el estado físico-emocional de los pobladores que residen en altitudes mayores a los 2,500 msnm

Esteban Ortiz Prado

  • ANTECEDENTES: A nivel planetario, al menos 200 millones de personas a nivel mundial residen en poblaciones ubicadas a grandes alturas. Vivir o visitar regiones montañosas puede provocar cambios fisiológicos significativos entre quienes visitan estos lugares durante cortos periodos de tiempo o provocar modificaciones adaptativas más crónicas entre quienes residen allí durante varias generaciones. Los seres humanos dependen de la presencia, disponibilidad y utilización de oxígeno para funcionar correctamente y mantener la homeostasis fisiológica alrededor de la respiración. En condiciones de hipoxia, los mecanismos adaptativos a largo plazo o compensatorios a corto plazo generan alteraciones genéticas, anatómicas, fisiológicas y, en algunos casos, patológicas entre los seres humanos. OBJETIVOS: El objetivo de nuestro estudio ha sido doble: desde un punto de vista más general, el de estudiar el impacto epidemiológico que representa el vivir por encima de los 2.500 m sobre el nivel del mar, y, más detalladamente, estudiar las diferencias fisiológicas más evidentes entre dos poblaciones indígenas, genotípicamente idénticas que residen a baja y gran altura. RESULTADOS: a) Diferencias antropométricas Nuestra tesis ha demostrado que las mujeres que residen a bajas alturas tienden a presentar tallas más cortas y mayor peso que sus pares de las grandes alturas, aunque estas diferencias no fueron estadísticamente significativas (p = 0,333). A su vez, los hombres que residen a grandes alturas son más bajos de talla que sus homólogos que viven a bajas alturas, siendo estos resultados estadísticamente significativos (p = 0,019). En relación con la composición corporal, las mujeres de las alturas tienen un porcentaje menor de músculo corporal (-24,8%), mientras que los hombres de la misma región tienen un porcentaje de masa corporal muscular significativamente mayor (+ 13,5%) que sus homólogos de bajas alturas. El porcentaje de grasa corporal fue menor entre las mujeres de las bajas alturas (-15,5%), mientras que entre los hombres no logramos encontrar diferencias estadísticamente significativas. b) Diferencias hematológicas, de perfil lipídico y de riesgo cardiovascular Al comparar estos parámetros, nuestros resultados nos demuestran que la proporción de individuos con sobrepeso y obesidad fue mayor entre los habitantes de las bajas alturas (p <0,05). A la vez, el número de glóbulos rojos (RBC), la concentración de hemoglobina y la fueron significativamente más altos entre los habitantes de las grandes alturas, mientras que la saturación de oxigeno arterial (SpO2%) y el tamaño de los glóbulos rojos resultaron ser menores entre pobladores de las grandes alturas. Por otro lado, el grupo viviendo cerca del nivel del mar, mostró niveles más bajos de colesterol plasmático, lipoproteínas de baja densidad (LDL) y lipoproteínas de alta densidad (HDL). c) Optimismo y autopercepción Los habitantes de las zonas altas presentaron puntuaciones más bajas en todas las dimensiones estudiadas dentro de la encuesta de salud SF-36. Las diferencias estadísticamente significativas se encontraron dentro de la esfera de vitalidad (p = 0,005), Salud Mental (p = 0,002) y funcionamiento social (p = 0,005). En todos los casos, los participantes que vivían a bajas alturas puntuaban más que los que vivían a grandes alturas. Por otro lado, las mujeres de la amazonia, que residen a baja altura, resultaron ser más optimistas que sus homólogas de las grandes alturas. d) Función pulmonar y parámetros ventilatorios Los habitantes de Oyacachi (3,800 m) mostraron tener valores predictivos mayores que los habitantes de Limoncocha (230 m). Por ejemplo, la capacidad vital forzada (CVF) y el volumen espiratorio forzado en un segundo (VEF1) fueron significativamente mayores entre los habitantes de las tierras altas que la de sus pares amazónicos (valor p < 0,001). El índice de Tiffeneau (VEF1/CVF) fue significativamente mayor entre los habitantes de las bajas alturas que entre los que residen a mayor elevación, siendo esto evidente tanto en hombres como en mujeres. CONCLUSIONES: Vivir a grandes alturas se asocia a cambios fisiológicos adaptativos bien conocidos y descritos como son el recuento de eritrocitos, la concentración de hemoglobina o el nivel de hematocrito. Nuestros resultados también demuestran que existen diferencias clínicas en el perfil lipídico plasmático, teniendo niveles más altos de colesterol, HDL y LDL entre los habitantes de las grandes alturas. Las diferencias antropométricas varían según el sexo y la edad. Nuestros hallazgos sugieren que la población que reside por sobre los 3,800 m es en general más ligera de peso y más baja en talla que la de sus pares de bajas alturas. Los hombres que residen a grandes alturas tienen cuerpos con mayores porcentajes de masa muscular que sus homólogos de las tierras bajas, pero en términos de edad corporal, los pobladores de las alturas resultaron ser mayores que los de las bajas alturas. Los habitantes de las grandes alturas tuvieron mayor capacidad pulmonar que la de sus pares de las bajas alturas. Al analizar los patrones espirométricos obtenidos en estas poblaciones, resultó evidente que las mayores capacidades pulmonares están probablemente relacionadas con pulmones más grandes, lo que mejora la oxigenación sistémica a pesar de la baja disponibilidad de oxígeno.


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