China continúa imparable su auge en un orden internacional que parecía estar bajo el dominio de Estados Unidos. Sin embargo, desde la refundación de la China actual en 1949 por Mao Zedong, un nuevo concepto de Estado ha dado paso a una política exterior más asertiva, no sujeta a los principios westfalianos, sino a un marxismo-leninismo con características chinas que ya se está abriendo camino en el nuevo orden mundial.
China está en el proceso de desarrollar un modelo propio que no pretende exportar, pues su objetivo mo es dominar el mundo, sino dominarse a sí mismo.
Esta particular interpretación del orden internacional ha encontrado en Estados Unidos una oposición frontal, bien por su incapacidad para entenderla, o por la imposibilidad de China para hacerla entender. Pero de lo que no cabe duda es que la actual coyuntura hace valorar si ambas potencias van encaminadas a un conflicto de consecuencias impredecibles.
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